10 años de La Pulseada


La historia y la música en el Hogar

El pequeño pie de Bayer, siempre el izquierdo, sigue el ritmo cruzado. Quizás sea nuevo para él y por eso permanece atento. El canto es a capella y hay síncopa e historias de lucha social.

El grupo de hip hop MLV del barrio Malvinas (pertenecientes a la comunidad Qom) entona sus versos sin música de fondo y Osvaldo Bayer parece anotar en su cabeza cada uno de ellos. “El hip hop no es sólo una letra que alienta al consumo y a las malas vivencias; el hip hop también es una manera de vivir”, dice uno de los integrantes que llevan gorras de viseras duras y ropa holgada. Cuando la banda -invitación sorpresa- va haciendo sus canciones, la mayoría de los chicos se junta a escucharlos. Luego también habrá tiempo para VGH, la banda hiphopera del Hogar.

Alrededor de las 19 del jueves 26 de abril, el Hogar Cajade comenzaba a vivir uno de los festejos por los 10 años de La Pulseada: charla del historiador Bayer y el artista plástico Andrés Zerneri sobre el proyecto que ambos impulsan por todo el país para construir un monumento gigante de bronce con el cuerpo de una mujer india y que busca la participación colectiva ofreciendo charlas y recolectando bronce (www.mujeroriginaria.com.ar).

Dos micros Este (pertenecientes a la línea 307) que partieron del Taller de Teatro de la UNLP de 10 entre 54 y 55, terminaron de llenar al SUM que sirvió como refugio del frío que se avecinó sobre los primeros días del otoño. Un niño, con una llave en la mano, va hacia Zerneri y Bayer, donde hay un recipiente con una pequeña apertura. El niño alarga su brazo y de sus guantes de colores cae una llave para la campaña nacional “Mujer Originaria, doná una llave y formá parte de esta historia”. Ahora hay una más (ya van cinco toneladas de bronce recolectadas de manera independiente) y los que están adelante miran al nene y ríen. Una señora que se ubica entre las primeras filas comienza a aplaudir y luego lo hace todo el salón.

“Mientras siga habiendo chicos con hambre la democracia no será tal”, suele afirmar el historiador y ahora afuera está oscuro, pero se ve un gran árbol; se mueve su frondosa copa y no parece que sea por el frío viento, sino más bien porque seguramente coincida con Osvaldo Bayer.

Crónica: Facundo Arroyo
Selección textuales de Osvaldo Bayer: María Soledad Iparraguirre
Fotos: Gabriela Hernández
 
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