La inundación arruinó maquinaria y sueros antiponzoñosos
El Instituto Biológico de la Provincia, donde se elaboran vacunas y sueros terapéuticos de invalorable uso en la salud pública, tampoco zafó de los efectos nefastos de la inundación del 2 de abril. Ubicado en uno de los barrios de Tolosa más castigados por el temporal -avenida Antártida entre 525 y 526- el subsuelo del laboratorio quedó bajo el agua; se arruinó la maquinaria que envasa la producción y se perdió material inmunológico contra la rabia, la difteria, el tétanos y la tuberculosis, como así también soluciones antiofídicas (combate la mordedura de víboras), antibotulímicas (contra el botulismo) y antilatrodectus (salva de la picadura de arañas).
Según se estima, las pérdidas incluyen cientos de dosis de vacunas y sueros antiponzoñozos, resultado -cada pequeño frasco- de un largo y complejo trabajo, porque como se trata de medicamentos elaborados a partir de procesos biológicos se tarda hasta cinco años, en algunos casos, hasta alcanzar el producto que neutraliza las consecuencias de los venenos animales o previene enfermedades causadas por virus o bacterias.
“Estamos muy tristes porque ya no son aptos vacunas y sueros para distintos tratamientos que nos han llevado años producir, y también muy preocupados, porque si bien no se frenó la producción por la falta de aparatos específicos que estaban en el subsuelo y los agarró la inundación no hay por ahora cómo envasarla. La Provincia necesita recuperar ese espacio”, imploró una profesional de larga antigüedad en el Instituto.
El Laboratorio Central -como se lo llama -cumple una función esencial en materia de producción pública de medicamentos. Nacido en los albores de la fundación de La Plata, abastece a los distintos centros antiponzoñosos distribuidos en la Provincia, donde, por las características ambientales de la región, se presentan casos de picaduras letales en los que hay que inocular de inmediato a la persona afectada. También llega con su trabajo a diferentes puntos del país.
Por otra parte, desde hace décadas, allí se fabrican la vacuna doble (antidifteria y antitetánica), la antirrábica y la bcg (antituberculosis).
Otros daños
Además de echarse a perder gran parte de la producción de drogas, el agua alcanzó elementos fundamentales para el funcionamiento científico y administrativo del Biológico, como escritorios, computadoras, impresoras, expedientes y herramientas de trabajo de los investigadores.
Según respondió a este diario Salud bonaerense -cartera de la que depende el Instituto-, los equipos que se utilizan para envasar los medicamentos y que fueron alcanzados por la inundación “se inspeccionarán en estos días por las empresas que prestan ese servicio, que los revisarán y los revalidarán”. Fuentes de ese ministerio detallaron los materiales que afectó el agua pero no brindaron precisiones sobre las pérdidas de vacunas y sueros.
El Instituto Biológico conformó el otro brazo que, conjuntamente con la dirección de Química, pasó a integrar en 1962, el Laboratorio Central de Salud Pública.
Pero su origen se remonta a una época mucho más lejana, pues a pocos años de crearse La Plata se elaboró, en lo que fue el Instituto de Higiene Experimental, la primera vacuna antivariólica (contra la vituela) del país.
Huelga y protesta
La Asociación de Trabajadores del Estado -ATE- reclamó ayer con un paro de actividades por “la regularización de más de 80 becarios” que trabajan en el Instituto Biológico y que se encuentran, según se denunció “precarizados”. Para llegar a una solución del conflicto el gremio solicitó una reunión con el ministro de Salud de la Provincia, Alejandro Collia.
Dirigentes de ATE señalaron durante la protesta en la puerta del Laboratorio que “los compañeros están trabajando de manera precarizada hace más de 3 años. Por eso venimos reclamando una reunión con el ministro Collia, para que ese sector pase a la planta permanente”.
Fuente: Diario el día