Hace años que los trabajadores de subterráneos denuncian el peligro que representa la presencia de asbesto en sus lugares de trabajo. Tres trabajadores ya murieron de cáncer y son más de 50 los que presentan afecciones pulmonares. En esta lucha por trabajar en ambientes saludables y libres de sustancias tóxicas los trabajadores aseguran que: «Ahora empezamos a descubrir asbesto en distintas lugares del subte y el premetro. Hay en las señales, los cuartos de bombeo, las escaleras mecánicas, los depósitos de agua empotrados en la pared, excepto en las estaciones nuevas-explicó Ledesma-. También lo encontramos en el cuarto de conductores del premetro. Tenían chapas fibrocemento con asbesto. Es decir no son solo los trenes sino en toda la estructura del subte”.
A continuación la nota escrita por Demián Verduga en Diario Z:
¿Hay asbesto en todas las instalaciones del Subte de Buenos Aires? Este es el interrogante que no tiene una respuesta unánime. Los trabajadores del servicio sostienen que definitivamente sí. La empresa concesionaria, Metrovías, y las autoridades políticas de la Ciudad ponen elementos sobre la mesa para rebatir la afirmación.
Hasta ahora, el saldo más trágico del asbesto en el subte porteño son tres trabajadores fallecidos por haberse enfermado de cáncer tras el contacto con el material. Hubo un cuarto al que se le detectó la enfermedad pero logró salvarse porque “la agarraron a tiempo”.
Otra cifra: son más de 50 los que ya tienen afecciones respiratorias provocadas por lo mismo, aunque sin tener aún una enfermedad grave. “Y los casi 3.000 que laburamos ahí tendremos que hacernos estudios periódicamente por el resto de la vida. Porque la afección puede aparecer en cualquier momento”, le dijo a Diario Z, Beto Pianelli, secretario General de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSYP).
El descubrimiento del asbesto en el subte porteño es reciente. A mediados de 2018, los trabajadores del metro de Madrid denunciaron que los vagones que se usaban en ese servicio tenían el material cancerígeno. Siete años antes, en 2011, la empresa Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), ya administrada por el Gobierno de la Ciudad, le había comprado al Metro de Madrid 24 coches (vagones) CAF5000. Son los que se utilizan en la línea B, pintados de amarillo, y cuya puerta termina de abrirse manualmente.
“Los casi 3.000 trabajadores que laburamos ahí tendremos que hacernos estudios periódicamente por el resto de la vida. Porque la afección puede aparecer en cualquier momento”
Beto Pianelli, Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro.
Al tomar estado público la denuncia de los trabajadores del Metro madrileño, sus colegas argentinos comenzaron a reclamar una revisión. “La empresa no quería reconocer que podía haber el material en esos trenes que denunciaban desde España y que se habían comprado acá -dijo Pianelli-. Hubo un conflicto”.
Luego de varios meses, en diciembre de 2018, Metrovías reconoció que en esa flota que se había comprado siete años antes había asbesto. Y comenzó una investigación limitada a esos vagones.
Francisco Ledesma, secretario de Salud Laboral y Condiciones en el Medio Ambiente del gremio, le dijo a Diario Z: “Desde ese momento conseguimos una mesa de trabajo con la Secretaría de Trabajo de la Ciudad y la empresa. Hay un plan que nosotros reclamamos, pero ese plan nunca llega. Formalmente, ni el gobierno porteño, ni en Sbase, ni en Metrovías, reconocen que en el subte hay asbesto a nivel general”.
Este es el punto de tensión. La respuesta de las autoridades porteñas y de la empresa es ir tratando cada caso puntual, lo que evita un plan generalizado.
“Hace cinco años comenzamos con los CAF 5000 en el taller Rancagua (donde se guardan los trenes de la Línea B). Ahora empezamos a descubrir asbesto en distintas lugares del subte y el premetro. Hay en las señales, los cuartos de bombeo, las escaleras mecánicas, los depósitos de agua empotrados en la pared, excepto en las estaciones nuevas-explicó Ledesma-. También lo encontramos en el cuarto de conductores del premetro. Tenían chapas fibrocemento con asbesto. Es decir no son solo los trenes sino en toda la estructura del subte”.
“En 2018 encontramos afectados con enfermedades por contacto con el asbesto entre guardas, reparadores de bombas, los que están en las subestaciones de energía y otras tareas”, recalcó Ledesma.
“Hay asbesto en las señales, los cuartos de bombeo, las escaleras mecánicas, los depósitos de agua empotrados en la pared”.
Metrodelegado Francisco Ledesma, secretario de Salud Laboral y Condiciones de Medio Ambiente
Desde ese año, el sindicato fue realizando su propia investigación. La hizo con la Universidad del Sur, de Bahía Blanca. Allí fueron enviando piezas de distintas partes de todo lo que se utiliza en el subte, no sólo de la parte mecánica de los vagones, para que se analizara se había asbesto.
“Cuando logramos que reconocieran lo de los CAF5000 empezamos con los Mitsubishi, también de la Línea B -dijo Pianelli-. Estaba plagado de asbesto. Nosotros ya lo sabíamos porque habíamos avanzado por nuestra cuenta. Fuimos a la Línea C y todos tenían. Fuimos a los Fiat y en todos había”.
En el gremio señalaron que también se encontró asbesto en las piedras que están entre los durmientes de las vías. Y por eso hay casos de afecciones entre quienes tienen la tarea de trabajar en los túneles. “Los que laburan revolviendo el piso del túnel del subte también están expuestos porque el sistema de cambio de los vagones está muy cerca de la vías”, explicó Ledesma.
Uno de los tres casos trágicos fue el de Jorge Pacci. Falleció el 1 de abril de este año por el cáncer provocado por el asbesto. Pacci tenía 7 años de antigüedad trabajando. Había empezado haciendo limpieza en el taller Rancagua, en Chacarita. Estuvo dos años con esa tarea y luego pasó al control de molinetes por otros cinco. Contrajo cáncer y falleció.
Según Ledesma, los conductores, a pesar de no hacer tareas de reparación, “también están expuestos”. “En la pintura bituvinosa que se había usado para revestimiento interior de la cabina había asbesto. Lo mismo encontramos, en menos cantidad, en otros elementos como los contactores”.
“Los resultados de los monitoreos periódicos confirman que las condiciones ambientales en que desempeñan sus funciones los trabajadores del subte son seguras y no existe riesgo para su salud.”
Respuesta de la empresa Metrovías a Diario Z
A mitad de este año, en una de las audiencias rutinarias de la comisión tripartita del sindicato, el gobierno porteño y la empresa concesionaria, quedó plasmado por primera vez en un acta formal el reconocimiento de la presencia de asbesto en el subte.
“Teníamos los enfermos, los muertos, los fallos judiciales, y recién este año se hizo un acta por el tema”, remató Ledesma.
“En relación a la presencia de asbesto se están llevando adelante numerosas acciones para su definitiva eliminación de la red de subte. Desde que se tomó conocimiento de la presencia (en febrero de 2018) se conformó una comisión para tratar este tema que está integrada por Sbase, Metrovías, los gremios, la Agencia de Protección Ambiental, la Dirección General de Protección del Trabajo, la Superintendencia de Riesgos de Trabajo, el INTI y la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires”, respondieron desde la empresa a Metrovías a las preguntas de Diario Z.
“Conforme avance el plan de desasbestización se ha intervenido con la oclusión de todas las piezas de la flota Mitsubishi de la Línea B y ya se está trabajando en los coches FIAT de la Línea E”, agregaron.
“Por último, en el marco de la comisión se realizan permanentes monitoreos ambientales. Los resultados confirman que las condiciones ambientales en que desempeñan sus funciones los trabajadores del subte son seguras y no existe riesgo para su salud.”
El asbesto-amianto-es un material fibroso que tiene infinidad de usos, en elementos mecánicos y en la construcción. Sus efectos sobre la salud se estudian hace varias décadas, pero es más reciente el descubrimiento de su relación directa con ciertos tipos de cáncer.
Fuente: Diario Z