Ciclo de Conversatorios para Volver a Carrillo: Medicamentos como Bien Social: Acceso, Racionalidad y Soberanía


La frase de Gianni Tognoni resonó fuerte: hoy no existe en el mundo la soberanía en el campo de la salud. “La pandemia ha demostrado muy violentamente –continuó- que la única soberanía que existe es la de los laboratorios farmacéuticos.”

El nuevo capítulo del ciclo de Conversatorios Volver a Carrillo por la Reconstrucción del Sistema de Salud referido a los Medicamentos como Bien Social: Acceso, Racionalidad y Soberanía invitó a la profundidad y a la reflexión porque los medicamentos atraviesan muchos aspectos de la vida, por eso fueron muchas las palabras que estuvieron llenas de contenido: los laboratorios imponen precios, el precio de los medicamentos está liberado, los medicamentos contra el Covid 19 aumentaron un 273,5% sobre la inflación, el valor de los medicamentos se establece según la capacidad de pago de quien los compra, accedemos a medicamentos de dudosa utilidad o profundamente inútiles. Más allá que el diccionario exprese que un medicamento es una «Sustancia que sirve para curar o prevenir una enfermedad, para reducir sus efectos sobre el organismo o para aliviar un dolor físico», la complejidad del tema es inquietante y justifica plenamente el compartir saberes, la discusión y el debate ante la evidente inequidad y las dificultades que existen para hacer realidad la salud como un derecho.

En esta misma página pueden ver el video de las exposiciónes de: Gianni Tognoni: Director del Instituto de Farmacología Mario Negri de Milán; Constantino Touloupas: Médico, especialista en Farmacología Clínica, experto en Sistemas de Gestión de Medicamentos; Gastón Morán: Subsecretario de Medicamentos e Información Estratégica, Ministerio de Salud de la Nación, en conjunto con Analía Aleman; Enio García: Magister en Salud Pública, Jefe de Asesores del Ministerio de Salud de la Pcia. de Buenos Aires; Gina Marín: Observatorio de Medicamentos IDEP Salud ATE Nacional.

Los expositores también abordaron, entre otros temas, la producción pública de medicamentos, los medicamentos de alto precio, el uso compasivo, la judicialización de los tratamientos médicos, la fragmentación del sistema de salud y la financiarización.

En la apertura a cargo de Daniel Godoy, director del IDEP Salud ATE e integrante de la Coordinación Nacional de Salud de ATE Argentina, se destacó la militancia sanitaria contra el neoliberalismo y se trazó un breve marco político sobre los gobiernos populares en la región: “El movimiento sanitario empieza a configurarse como un nuevo actor político en la Argentina, tanto en la disputa contra el cierre del Ministerio de Salud en la época de Macri, como ahora que ha sido el semillero de la posibilidad para que estemos discutiendo la necesaria reconfiguración del sistema de salud.” También invitó a discutir el campo de los medicamentos desde la perspectiva del acceso e indicó que “La experiencia del nuevo gobierno ha tropezado con la pandemia y también con ciertas dificultades para promover políticas a la altura de la esperanza de la voluntad popular que le dio cierre al gobierno de Macri y a la nueva derecha en la Argentina. Ha sido un tropezón muy importante para el movimiento popular porque del otro lado está la aplicación de los mandatos del vaciamiento del sistema de salud desde la perspectiva solidaria. La derecha lo que quiere es que no haya sistema de salud ni aparato del Estado regulando estas situaciones sino a favor de las políticas de negocios y las políticas de acumulación de las minorías privilegiadas.”

El encuentro fue coordinado por Patricia Rivadulla, Coordinadora del Observatorio de Medicamentos como Bien Social IDEP Salud ATE Argentina, quien expresó que “La cadena de valor del medicamento es una cadena muy compleja porque tiene en sí la dicotomía de ser un bien industrial, que cuando surge la necesidad de la gente, pasa a ser un bien social y es muy difícil de manejar para el poder y para toda la estructura del sistema de salud.”

A continuación, expresiones textuales de los expositores:

Gina Marín, Observatorio de Medicamentos como Bien Social: Los medicamentos contra el Covid 19 aumentaron 237,5% por encima de la inflación»

-El Observatorio busca visibilizar las problemáticas que existen en el mercado de los medicamentos, ponerlas en cuestionamiento y generar información actual y de calidad, con fundamentos y resultados para que los trabajadores y trabajadoras accedan y debatan estas problemáticas”

-Realizamos varias investigaciones cuyos resultados se pueden ver en: Monitoreo del impacto de los aumentos de los medicamos en el bolsillo de los trabajadores, los riesgos que conlleva la medicalización de la sociedad, análisis de los medicamentos más dispensados y el impacto real de sus aumentos, problemática de medicamentos de alto precio, incrementos de precios de medicamentos contra Covid 19.

“El precio de los medicamentos contra el covid 19 que se utilizan en tratamientos de unidades de terapia intensiva aumentaron 278% para el periodo marzo 2.020-marzo 2.021, un 218% sobre lo que fue la variación en el precio del resto de los medicamentos más dispensados en consumo ambulatorio y un 237,5% por encima de la inflación.”

¿Quiénes son los beneficiarios de la pandemia? Los laboratorios tuvieron ganancias exorbitantes, También hay una gran dispersión de precios entre las marcas más económicas y las más caras, de entre tres a cuatro veces. Estos nos lleva a cuestionar el gran poder de los grandes laboratorios que imponen precios muy por encima de sus competidores y estos competidores, además, los toman como referencia para poner sus precios.

Enio García, Jefe de Asesores del Ministerio de Salud de Pcia. Bs. As.: «El medicamento cuesta lo que podés pagar por él»

-El medicamento es a la vez un bien social y un bien de consumo y eso genera una complejidad tremenda. Es un insumo estratégico para el tratamiento y la recuperación de la salud y es un bien muy preciado.

-En 2.015 negociábamos un medicamento contra la Hepatitis C, con la industria, con una multinacional, que ponía un precio exorbitante para el tratamiento: 80 mil dólares. Era un medicamento (sofosbuvir) desarrollado hacía mucho tiempo y en teoría ya no debía tener patente. Nosotros sabíamos que Brasil lo estaba comprando a la mitad de ese precio y también se podía producir en India a menor costo para poder venderlo a países de bajos ingresos. Entonces nosotros preguntamos: ¿Por qué a Brasil le cuesta tanto, a Bolivia tanto y a nosotros otro precio? Y respondieron que tienen un algoritmo que muestra las variables económicas de cada país y el precio es según la capacidad de pago de cada país. Es decir, el medicamento cuesta lo que podés pagar por él.

-En los medicamentos de alto precio se ve que no hay una correlación directa entre la cadena de valor de producción y el precio al que se vende ese medicamento.

-Esta es una situación global, todos los sistemas de salud están presionados con la cuestión de los precios de los medicamentos.

-La innovación tecnológica y el desarrollo tecnológico es el campo en el que podemos invertir para la producción pública de medicamentos porque la Argentina tiene una base universitaria y científica muy importante. Tenemos que asociar al Estado, a la industria privada nacional, que también es carente de innovación y la necesita. Eso es lo que estamos haciendo en la Provincia de Buenos Aires con la inversión en una nueva planta de producción de medicamentos. Tenemos el Instituto Biológico de La Plata, Tomás Perón, construido en la década del 50, con una estructura ya muy desfasada. Por eso desde el Estado provincial estamos haciendo una inversión de cerca de 50 millones de dólares para construir una planta nueva, moderna, pero que no está pensada solamente desde la producción, no estamos haciendo un laboratorio de producción de medicamentos, sino un complejo productivo, tecnológico, innovador. Es extremadamente político sostener la inversión en lo público y la asociación al sector privado y al sector técnico científico, porque ningún gobierno neoliberal va a invertir en producción pública de medicamentos.

Gastón Morán Subsecretario de Medicamentos e Información Estratégica, Bioquímico: «Desde que tengo uso de razón siempre hubo el medicamento más caro del mundo y va a seguir siendo de esa manera»

-La política de medicamentos la entendemos asociada a la ciencia y la tecnología, nos vinculamos fuertemente con el Ministerio de Ciencia y Tecnología y a la matriz productiva. Buscamos poner todas las capacidades del Estado al servicio de la salud y a hacer que la gente acceda.

-Tenemos hoy desde las universidades nacionales hay becarios trabajando con ANLAP y el CONICET que trabajan en el desarrollo de medicamentos para el tratamiento de la fibrosis quística, también en formulaciones pediátricas para el tratamiento de VIH.

-Una problemática muy compleja son los medicamentos de alto precio. Desde que tengo uso de razón siempre hubo “el medicamento más caro del mundo” y va a seguir siendo de esa manera. Hoy el medicamento que nos atraviesa es el Zolgensma y la problemática es compleja, porque si bien tiene una especificación muy acotada y muy poca gente aplica para ese tratamiento, hay un montón de gente que quiere tener acceso. Los medicamentos de alto precio son un tema muy complejo que hay que abordar porque hay instancias del sistema judicial, de integración de los financiadores y genera una tensión muy importante sobre los sistemas de salud. El Zolgensma es un medicamento que sale un millón quinientos mil dólares más IVA.

-Se necesitan centros de investigación de Fase 1 y de Fase 2.

Analía Aleman, Presidenta de la ANLAP (Organismo que coordina la producción pública de medicamentos): «En un año los laboratorios de producción pública duplicaron sus entregas al Plan Remediar»

-Estamos trabajando desde la ANLAP respecto a la garantía del acceso y la disponibilidad de los medicamentos, no solo de los medicamentos huérfanos o estratégicos sino de todas las tecnologías sanitarias (ingredientes farmacéuticos activos, kits de diagnóstico, etc).

-Hay tres grandes ejes de gestión que son elevar los estándares de calidad, garantizar que la mayor cantidad de los laboratorios de producción pública de medicamentos tengan la habilitación ANMAT y puedan registrar sus productos, lo que permite mayor diversificación, circulación y consolidación de la red de laboratorios públicos.

-Otro eje estratégico de gestión es promover todo lo inherente a la investigación y el desarrollo de tecnologías sanitarias. Además, la vinculación entre los organismos del gobierno (Ministerio de Salud, Ministerio de Ciencia y Tecnología, las becas que gestionamos desde la ANLAP, también consustanciados con el CONICET y los proyectos de financiamiento y acompañamiento para consolidar estas políticas estratégicas.

-Los laboratorios de producción pública de medicamentos participaron en las licitaciones del Plan Remediar y en dos años duplicaron su participación para llegar en 2.021 a proveer 30 millones de unidades. Esto también consolida y muestra lo que es capaz la producción pública.

-En la convocatoria para financiación de proyectos estratégicos de la ANLAP tenemos 24 proyectos por más de 600 millones, que triplica el presupuesto que tiene la agencia.

-Desde la ANLAP se trabaja fuertemente para acompañar los procesos de habilitación y de registro, como sucedió en el caso del Misoprostol que se produce en el Laboratorio Industrial Farmacéutico de Santa Fe.

Constantino Touloupas, farmacólogo: «En la seguridad social accedemos a medicamentos de dudosa utilidad o profundamente inútiles, más allá de su precio»

-El problema de acceso que tiene hoy la Argentina (y el mundo) pasa por mirar, no el medicamento y no las necesidades sanitarias, sino las prioridades sanitarias. La Argentina hoy tiene inequidad en el acceso porque en el sector público no estamos accediendo a medicamentos útiles, seguros y necesarios. En la seguridad social nos pasa que además accedemos a medicamentos de dudosa utilidad, profundamente inútiles, más allá de su precio.

-Hay mucha mora en articular una política nacional de medicamentos.

-El precio de los medicamentos está liberado. Por ejemplo, un medicamento de alto precio puede costar 430 mil pesos o 125 mil pesos, el mismo medicamento del mismo laboratorio, en un circuito de comercialización X puede tener un precio y en el mismo circuito privado de comercialización puede tener otro. Nosotros queremos evitar la inequidad y propender a un uso justo del medicamento.

-Nosotros tenemos que lograr que la Superintendencia de Servicios de Salud junto con el Ministerio de Salud articulen, que la ANMAT revise su política de registro, que la ANMAT revise su política de uso compasivo. Nosotros tenemos un grave problema: tenemos más agencias de registro que agencias de regulación. Y tenemos una fragmentación en el sistema de salud que, pensando en un sistema integrado, hay que romperla.

-El mercado trabaja todos los días: cambiando el precio, cambiando la distribución y promoviendo un uso que ni siquiera fue evaluado en el ensayo clínico para lograr el registro. Estamos en un escenario en el que lo que tenemos que hacer es una epidemiología de los beneficios clínicos reales de los tratamientos. ¿Qué beneficios reales tienen los tratamientos contra el Alzahimer? Ninguno. Hay muchos tratamientos que tienen resultados científicos irrelevantes.

-La primera prioridad sanitaria son las enfermedades crónicas no transmisibles, esa es nuestra carga de enfermedad, cosa que la pandemia nos ocultó, con dificultades incluso en el diagnóstico y en el tratamiento. No podemos seguir permitiendo que el precio aumente con la cronicidad, con la necesidad. Acá hay que recuperar la política nacional de medicamentos que alguna vez se enunció con todas las organizaciones populares, de distinta extracción partidaria, sindicales, la CTA, la CGT, cómo no van a apoyar una política de medicamentos que privilegie el acceso a los medicamentos útiles, seguros y necesarios, y que le diga a la gente lo que no tiene evidencia.

-Todos esperamos que el Estado convoque y articule a todos para ponernos a trabajar.

Gianni Tognoni, Director del Instituto de Investigaciones Farmacológicas Mario de Negri de Milán: «Hoy en el mundo no hay ninguna soberanía posible en el campo de la salud»

-Lo que hemos aprendido de una manera muy violenta con este tiempo de pandemia es que no hay ninguna soberanía posible hoy en el mundo, en el campo de la salud. Por el hecho de que evidentemente que todo lo que ha pasado en un tiempo que, al principio, era el tiempo de respeto de los derechos y que permitiera promover la soberanía y la autonomía de los estados, los últimos dos años han hecho ver que todo eso solo son palabras, que no existe ninguna soberanía solo la soberanía de los laboratorios farmacéuticos. Punto.

-El punto de partida es que la salud es un derecho pero la realidad que se ha repetido y se repite es que la salud no es un derecho. No es un derecho ni fundamental ni humano por eso que lo que está pasando con las vacunas está acostumbrando de una manera muy pandémica, que interesa a todos los países, que salud depende de los equilibrios económicos de los poderes económicos.

-Carrillo tuvo una característica que quiero destacar: tener el coraje de no repetir siempre las mismas cosas sino pensar que para innovar necesitamos innovar pensamientos.

-¿Hay que preguntarse si el punto de partida son los medicamentos o las poblaciones para las cuales los medicamentos esenciales son necesarios? Es decir, si son un derecho de salud.

-El bien común se ha convertido en una categoría virtual del derecho, no existe más.

-El problema es cómo garantizar un sistema de distribución y de accesibilidad para que lleguen al tiempo oportuno a las personas oportunas.

-El tiempo de los Estados separados, como protagonistas autónomos, “soberanos”, es un tiempo que ha quedado un poco atrás. Yo pienso que habría que retomar una epidemiología que sea efectivamente la que pone en primer plano las necesidades sin respuestas, accesible.

-Hay dos cosas que me parecen preliminares para una política de medicamentos: primero, imaginar un programa de enseñanza de farmacología que sea efectivamente inclusivo de la practicabilidad en salud pública. De empezar a enseñar, por ejemplo, de la práctica de la oncología debe ser una enseñanza de la accesibilidad a los medicamentos oncológicos y una enseñanza que permita tener una idea epidemiológica de cuáles son los cánceres que son curables o no curables. Cosas que no se hablan, de estas cosas se habla solamente cuando hay casos escándalo, pero eso no es una cultura.