Por Aliné Santana, IDEP Salud ATE Argentina
Desde comienzos de enero el fuego comenzó a desparramarse en Corrientes. Casi dos meses después, más de 5 focos ígneos siguen activos y aún no fueron controlados, según el Reporte diario de Manejo del Fuego correspondiente al 27 de febrero. En este tiempo ya se incendiaron más de 935.000 hectáreas, lo que representa cerca del 11% del territorio provincial.
La situación aún es crítica, no sólo porque las políticas del Estado Nacional y Provincial no pueden (o no quieren) prever ni controlar esta situación, sino porque los daños ocasionados son irreparables y actualmente no hay un plan de contingencia para reconstruir, en la medida de lo posible, lo perdido. Tristemente, esta situación no es nueva; porque desde hace varios meses nuestro territorio ha sido víctima de los incendios a lo largo y ancho del país.
En los últimos meses, se registraron focos de ígneos en más de 11 provincias, aunque la mayoría han sido controlados todavía quedan muchos territorios en llamas. Las secuelas trae consecuencias enormes no solo para las personas afectadas; sino también una pérdida casi irreparable de la biodiversidad, la contaminación de los ríos y la desertificación de los suelos.
Aunque era de esperar que, en una época de sequía como la que atravesamos, los focos ígneos se desaten con mayor facilidad y rapidez; resulta inevitable y necesario vincular de manera directa los incendios con el avance del modelo productivo extractivista y todas sus consecuencias.
ATE CORRIENTES ORGANIZA UNA CAMPAÑA SOLIDARIA PARA LOS AFECTADOS
Ante la emergencia que enfrenta la provincia, desde ATE Corrientes se inició una campaña solidaria para juntar alimentos no perecederos, agua mineral, indumentaria, artículos de limpieza, barbijos, elementos de botiquín, sanitizantes y todas las donaciones que puedan ser de utilidad para las familias de los parajes rurales afectados por los incendios de los últimos 50 días.
Conversamos con el Secretario General de ATE Corrientes, José “Chano” Romero para conocer más acerca de la colecta solidaria y sobre la dura situación que enfrentan en estos días.
“Hay familias enteras que han perdido absolutamente todo y, cuando digo absolutamente todo estoy diciendo familias que salieron corriendo para salvar a los chicos y salvarse ellos y su casa ha sido arrasada” nos relata “Chano” Romero acerca de la situación que se vive en la provincia y señala que uno de los problemas más grandes lo vive la gente humilde, ya que ante estas situaciones las empresas productoras reciben subsidios y ayuda por parte del Estado. Estas personas “no son como los grandes grupos económicos que sí tienen miles de hectáreas de plantaciones, tienen seguro y además tienen el subsidio permanentemente. Esta gente es la que verdaderamente va a quedar desamparada”.
La situación duele pero desde lxs trabajadorxs correntinos resaltan la necesidad e importancia de pensar en el mañana. “La realidad de hoy es que acá va a venir el invierno, van a comenzar las clases y los chicos no tienen ni qué ponerse. De esta manera nosotros somos quienes vamos a sufrir las consecuencias por eso consideramos que somos nosotros los que tenemos que pensar en el después. Por eso estamos recolectando y trabajando en coordinación para ver de qué manera podemos seguir avanzando con solidaridad para todo el pueblo de Corrientes”.
Si bien los reportes indican que la mayoría de los incendios son producidos accidentalmente, producto de las sequías y el estrés hídrico poco se habla desde el oficialismo sobre las consecuencias del modelo productivo. En relación a las causas, el Secretario General recalcó que es responsabilidad de los grandes grupos de terratenientes que han inundado nuestra tierra de pinos y eucaliptos donde, de acuerdo a algunos científicos, cada planta absorbe más de 200 litros de agua por día. Se imaginan que acá los más perjudicados y las zonas más destruidas por el fuego, son las zonas de los Esteros del Iberá, la zona de los humedales –una ley que ya hace rato se viene pidiendo y no tiene quórum-.
El proyecto de Ley de Humedales ya perdió estado parlamentario en tres oportunidades – en el 2015, el 2017 y la última, en diciembre de 2021-. Asimismo, en lo que refiere a la provincia, en el 2020 el Senado rechazó la sanción del proyecto de Ley mientras que la Coordinadora de Entidades Productivas de Corrientes, se manifestó en contra ya que “No existen evidencias objetivas que demuestren algún daño provisorio o irreparable sobre los humedales de Corrientes a pesar de convivir con actividades productivas y culturales desde hace más de 300 años, suficiente motivo para expresar que no se aprecian razones o motivos que justifiquen una legislación restrictiva de la magnitud de la pretendida por los proyectos en cuestión (…) Por lo cual es inoportuno, inconveniente e innecesario aprobar algún proyecto de ley con tales características”.
No podemos dejar de preguntarnos ¿Cuáles son las consecuencias para estos grupos que con liviandad y total impunidad se expresan, sientan posición y políticas públicas en detrimento de nuestros bienes comunes?
En este sentido, Romero expresa “el clima por el cual hoy estamos acá, es responsabilidad de esos grandes grupos terratenientes Lógicamente también hay muchos intereses, porque hay muchos que en lugar de tener plantaciones que tardan 20 y 25 años para ser explotada la madera, les convienen las plantaciones de soja que lo pueden hacer hasta dos veces por año”
Asimismo, reflexiona sobre esta realidad que tanto nos duele:
«Quienes sacan ventaja de toda esta situación siempre son los más poderosos y las consecuencias y las penurias la pagan los trabajadores, los pueblos, los puesteros.»
En diálogo con IDEP SALUD, Dora Herrera, enfermera del Hospital Santo Tomé, Corrientes y referente local y congresal de ATE contó cómo se vive esta situación desde la primera línea. Santo Tomé fue una de las zonas más afectadas por el fuego junto a Ituzaingó, San Miguel, Concepción y San Martín.
«El fuego arrasó con un montón de cosas, especialmente con el trabajo de muchos años y principalmente con la gente que menos tiene. Las personas que perdieron las hectáreas de campo, en cierta parte, van a recibir ayuda por parte del gobierno destinada a los productores. En cambio, la gente que pierde su trabajo por ser peón de campo, persona rural o por ejemplo las personas que viven cerca de la escuelita no tienen mucho para elegir.
Hay mucho por arreglar y para ayudar, está viniendo mucha ayuda de muchos lados, pero no están coordinando bien. Porque ya tenemos que pensar qué viene después del incendio: viene reconstruir una casa, una vida.»
«Lo más urgente es agua mineral o frutas, pero analizando las donaciones creo que hay que juntar ropa, zapatillas, ropa de camas y colchones. Y las donaciones tienen que venir a los bomberos que son uno de los grupos más afectados y a los grupos de personas abocadas a trabajar en este momento.
Los animales están siendo atendidos en diversos lugares de Santo Tomé, ya que al igual que la flora, resultaron devastados y uno de los más afectados. Además como consecuencia, en la atmósfera queda como un aire contaminado que repercute en las personas asmáticas o personas que hayan salido del Covid ya que les cuesta respirar.
Asimismo, por un lado el viento ayuda a llevar a otro lado pero no ayuda en el incendio porque lo reaviva y los focos activos permanecen en las plantaciones de pinos y eucalipto en los campos aledaños, con precaución en la ciudad porque el fuego tiene una velocidad inalcanzable una vez que empieza.
En este momento la ayuda de la Nación es increíble, la tecnología puesta allí por bomberos de otra provincia es espectacular. Santo Tomé tiene lo básico para un incendio, pero no cuenta con tecnología de última generación para estos combates y con respecto a la comunidad hay que aplaudir a nuestro pueblo. Aunque si hace un mes, hubiesen invertido lo necesario y actuado a tiempo, nos hubiéramos ahorrado toda esta desgracia.
Creo que es necesario organizar al personal para combatir el fuego y ya presentar un plan para revertir el crítico estado de la flora y la fauna.
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