Editorial | Construyamos entre todxs el fin de ciclo Macri y el inicio de la reconstrucción del Estado y los derechos indispensables


El proceso electoral que ya se inició en la República Argentina no encarna unas elecciones más. A lo trascendental que significa la manifestación popular en el acto soberano de elegir la representación institucional, se le agrega en esta ocasión la necesidad imperiosa e imprescindible de terminar con uno de los tramos más nefastos desde la recuperación de la democracia.

 

La “Tercera reforma del Estado” que están desplegando Macri y el conjunto de personajes y sectores que representan lo más concentrado del espectro anti popular en la Argentina, no sólo pone en riesgo la calidad de vida cotidiana de la mayoría de lxs argentinxs con tarifazos, inflación y desempleo, sino que acarrea una decisiva pérdida de soberanía para las próximas generaciones, y un deterioro severo sobre las condiciones de ciudadanía, derechos sociales y salud mental en particular.

Mauricio Macri es la pieza clave en lo geopolítico de la intención de EEUU de reconquistar el continente de manera duradera. El sobre endeudamiento, las reformas estructurales acordadas, el rol del gobierno argentino en la situación de Venezuela y la apertura del territorio para la instalación de bases de ayuda militar del Comando Sur de los EEUU sobre los recursos naturales y un proceso que tiende a habilitar a Gran Bretaña en la cuenca malvinense por el petróleo, son la síntesis que explican esta hipótesis.

Es absolutamente auspicioso en ese sentido, la tendencia que aglutina a buena parte del espectro social y partidario de raigambre popular, en caracterizar ese objetivo político en términos estratégicos y no coyunturales en ocasión de las próximas elecciones.

Esto significa ni mas ni menos que imaginar el tiempo post MM en términos de reconstrucción de un Estado y popular con políticas públicas al servicio de las mayorías.

Los acuerdos por la Producción y el Trabajo, y el reciente pacto contra el hambre en la Argentina son ejemplo de ello.

Desde igual vocación de confluencia activa, venimos trabajando productivamente en el marco del mismo espectro de representaciones multisectorial para proponer al pueblo argentino y a las representaciones electorales 15 puntos de coincidencia por el Derecho a la Salud en la Argentina, en ocasión del proceso electoral de este año, pero que debe trascender hacia una recomposición activa y movilizada no sólo del Universalismo social, sino de la capacidad de incidencia de las mayorías populares en la realidad argentina. Trabajadorxs, sindicatos, partidos políticos populares, intelectuales sanitarios, representantes de Universidades, estudiantes, usuarios y familiares, movimientos sociales.

El Ministerio que creó y honró Carrillo debe volver a ser Ministerio, hay que derogar la CUS, hay que mejorar el estado edilicio de los Hospitales y ampliar la red de Atención Primaria en los barrios y las comunidades en horarios ampliados y con capacidad resolutiva, los medicamentos deben ser un bien social, se deben reincorporar a lxs despedidxs, hay que fortalecer el sector Público jerarquizando y ampliando el equipo de Salud, se debe implementar cabalmente la Ley de Salud Mental y una atención digna para nuestrxs mayores, se debe incorporar la perspectiva y las reivindicaciones de géneros y la pluriculturalidad, fortalecer los programas territoriales, ampliar el presupuesto nacional y redistribuir con justicia a las provincias, se deben eliminar la pobreza y el extractivismo porque provocan enfermedades, y se debe convocar a la participación popular en las decisiones de salud, quizá entre otras tantas acciones.

En el plano de la Salud Mental, la gestión de Luciano Grasso desde de la Dirección Nacional de Salud Mental intenta desandar todo lo logrado: desmanteló equipos territoriales en varias provincias, abandonó a su suerte a trabajadorxs y usuarixs de distintos dispositivos comunitarios e interdisciplinarios y empuja a una situación de crisis a centros de día como el emblemático Franco Basaglia de La Plata.

Por eso llegamos a este tercer número de nuestra revista Las almas repudian todo encierro donde se conjugan las luchas de los trabajadorxs y usuarios para defender la plena implementación de la Ley Nacional de Salud Mental y Adicciones, con las historias de transformación y construcción colectiva, en este caso, con la experiencia en salud mental comunitaria de Schiappapietra en Río Negro. En este número también compartimos un profundo análisis de Leonardo Pinho sobre la situación de la salud mental en Brasil y la historia de “Las Casas” en Santa Fe, un escrito de María Chidichimo sobre la externación de usuarixs en esa provincia. Además, Cecilia Fernández Lisso publica un profundo ensayo sobre Géneros y Salud Mental, relatos de experiencias a partir de la producción de usuarios en contextos de encierro «Las bastardillas son nuestras» y «Parches del Sur» la voz de los protagonistas y mucho más contenido que invitamos a leer.

Las almas repudian todo encierro es una herramienta política a disposición de los trabajadorxs, usuarixs y comunidad en general, para aportar a la transformación colectiva y avanzar hacia la implementación definitiva de la Ley Nacional de Salud Mental y Adicciones, hacia una salud mental comunitaria, en esta ocasión nos encontramos además organizando el III Encuentro de la Red Latinoamericana y del Caribe de Derechos Humanos y Salud Mental, que nos reunirá en septiembre en Rosario para continuar armando la trama.

Apostar al pensamiento crítico como un modo de construir comunidad implica una posición ética, no es para nosotrxs desde IDEP Salud-ATE Argentina, una mera declamación. Creemos que el pensamiento crítico, que dialoga, que reconoce al otro, a los otros, que se ocupa también de las consecuencias, de la dimensión de la responsabilidad, de responder por lo que le toca. Es preciso resistir el olvido, el engaño y ejercer la memoria, son las condiciones para garantizar derechos y reparación cuando estos son avasallados.

Un modo discursivo de esta, nuestra época, usado constantemente, es la distorsión, como síntoma de lo social: “distorsionar es poder” (Tiburi, 2016), una forma de la deshonestidad y confusión calculada. Ciertos hechos o cuestiones circulan como verdades simplemente porque son repetidas. De este modo advertimos nuevamente y todas las veces que sea necesario acerca de la “Cobertura Universal de Salud” como falacia y engaño.

 

EQUIPO IDEP SALUD MENTAL ATE ARGENTINA

Dirección | Daniel Godoy

Coordinadora de Área Salud Mental IDEP SALUD | Celina Pochettino

Coordinadora General y Comunicación | Cecilia Fernández Lisso

Producción Periodística | Rubén Fernández

Desarrollo MultimediaJulio Burgardt

Diseño y diagramación | Sofia Goñi