Homenaje a Matilde Ruderman escrito por el Lic. Ángel Barraco
El pasado 20 de abril, el campo compartido de la Salud Mental y los Derechos Humanos sufrió un duro golpe: el fallecimiento de una luchadora sin par, la compañera Matilde Ruderman.
Matilde supo, con lucidez y desde su profesión de psicóloga, amalgamar una trayectoria desde la cual sus intervenciones en la clínica no estaban escindidas de la realidad social, política y económica. Situaba así en el centro de la escena a un sujeto de derecho, en el marco de los padecimientos que atraviesan las poblaciones en general y, muy particularmente, los sectores más vulnerables.
Esta nueva perspectiva ética para trabajar con el sufrimiento mental de las personas, surgió y se consolidó en ella a partir de sus comprometidas intervenciones con las personas que sobrevivieron y sufrieron tormentos en los nefastos tiempos del Terrorismo de Estado, producto del golpe cívico-militar-eclesiástico que asoló nuestro país a partir del año 1976. Así también su dedicación en la atención de familiares de los 30.000 detenidos-desaparecidos, tratando de mitigar y aliviar el sufrimiento ocasionado por la tan perversa acción genocida.
Este marco de compromiso, fue sin dudas el que propició que nuestra compañera Matilde continuara su sendero de lucha, centrándose en la defensa de los derechos de las personas, respecto de la salud y la salud mental. Se dedicó con muchas energías a una tarea que resulta muy anónima y poco reconocida, pero fundamental estratégicamente, que es la de trabajar asesorando en dichas temáticas en los ámbitos legislativos.
Así fue que participó muy activamente en el equipo de trabajo del entonces diputado Leonardo Gorbacz, para la elaboración de la Ley Nacional de Salud Mental N°26.657, sancionada en las postrimerías del año 2010. Su intervención no sólo implicó aportes técnicos, sino que muy primordialmente, la capacidad de articular voluntades de un gran colectivo para la construcción participada de dicha norma tan valorada y, paradojalmente, al presente tan incumplida. Vale recordar que la ley fue votada por unanimidad en ambas cámaras legislativas. Siempre estuvo ligada y comprometida de la lucha que históricamente sobrelleva la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), en defensa de la salud y la salud mental pública.
Cómo no podía ser de otra manera, en estos dos últimos años, Matilde fue activa participe en la defensa de la Ley Nacional de Salud Mental cuando se pretendió avasallar los lineamientos expresados en la misma, a partir del intento de cambiar su reglamentación. Este avance contra la Ley Nacional de Salud Mental, llevado a cabo por la acción conjunta del actual gobierno neoliberal y el corporativismo médico-psiquiátrico, fue neutralizado por una gran respuesta de rechazo emprendida por diversos colectivos, entre ellos, el Movimiento en Defensa de la LNSM, del cual formaba parte la querida compañera.
En el marco de la continuidad de esta lucha que implicaba exigir la plena implementación de la ley, es que fue y fuimos sorprendidos por la triste noticia del padecimiento de nuestra compañera, y el cual, muy rápida y lamentablemente, sesgó la vida de tan digna mujer.
Matilde, pese a su desaparición física nos ha dejado un legado, que es el de transmitir a las jóvenes generaciones el compromiso y la ética de una lucha en la defensa de los derechos humanos de las personas que sufren en su salud y, muy particularmente, en su salud mental.
¡¡¡Querida compañera Matilde Ruderman, en y por tu lucha, hasta la victoria, siempre!!!