Por María José Cano, ATE.
Las diferentes medidas políticas, económicas y sociales implementadas por la alianza Cambiemos, no solo han aumentando la brecha entre los más ricos y pobres, sino también los índices de pobreza e indigencia, empujando a la marginación a miles de personas, la mayoría niñxs y adolescentes.
Por otra relación del Estado con la Niñez, Adolescencia y Juventud. Mesa: Infancias y políticas públicas: los desafíos de las crianzas en tiempos neoliberales, en el III Encuentro de la Red Latinoamericana y del Caribe de Derechos Humanos y Salud Mental.
Aporte de María José Cano, ATE Argentina -Foro por Niñez, ex Presidenta del Colegio de Trabajadores sociales de la Pcia. de Buenos Aires-. La autora compartió el panel junto a Adriana Molas, Asamblea Instituyente por Salud Mental, Desmanicomialización y Vida digna, docente UdelaR; Nadia Fink, Antiprincesas; Silvia Faraone, UBA; Cecilia Collares, CFP-Brasil; Maira Almeida, Feminista/usuaria SM. Coordinacion: Silvia Lampugnani, Facultad de Psicología UNR; Relatoría: Marianela Fondato, estudiante UNR.
En el marco de la lucha por los Derechos Humanos y la Salud Mental y ante la preocupación de que la niñez, adolescencia y juventud transita su desarrollo y crecimiento, tuvo lugar el debate respecto a las implicancias de la brutal ofensiva neoliberal en la región sobre ese sector poblacional. Implicancias que hoy tienen como correlato un gran sistema de desprotección frente a un desenfrenado crecimiento de pobreza e indigencia, desencadenando hambre, violencias, enfermedades, así como sufrimientos e intensos padecimientos.
Las diferentes medidas políticas, económicas y sociales implementadas por la alianza Cambiemos, no solo han aumentando la brecha entre los más ricos y pobres sino también los índices de pobreza e indigencia, empujando a la marginación a miles de personas, la mayoría niñxs y adolescentes. El último informe del INDEC, con respecto a la pobreza por ingresos, estima que alcanzó al 35,4% de la población en el primer semestre de 2019 y la indigencia subió a 7,7% en el mismo período. Y comprendiendo que la crisis recae especialmente sobre la niñez y adolescencia: el 52,6% de los niñxs son pobres y en esa franja etaria, la indigencia subió de 8% a 13,1%. Pero la pobreza en la niñez no sólo se mide por ingresos, sino también que se representa a través de las privaciones que experimentan niñxs, adolescentes y/o jóvenes en lo que respecta en derechos humanos y sociales -alimentación, saneamiento, vivienda, salud, educación, deporte y juego, entre otros-, donde el porcentaje asciende al 60%.
Detrás de cada número hay niñxs y adolescentes, que sufren y revelan una dura realidad. Tendencia que además se profundizará, existiendo aún cierta negación sobre la posibilidad de pensar como sociedad las condiciones de vida de la niñez, el impacto de la pobreza en su vida cotidiana, en consonancia con la decisión política de no avanzar en respuestas estatales para atender tales situaciones, y sin un compromiso presupuestario o de inversión en niñez.
Con ajuste, represión, pobreza, desocupación y precarización/flexibilización y dependencia externa, NO hay derechos. Las distintas respuestas estatales que dicen “implementar” no se han dirigido a transformar de raíz las condiciones estructurales por las cuales lxs niñxs y sus familias recurren al Estado. Muy por el contrario, avanzaron en mayor castigo, control y vigilancia, en mayor institucionalización como también prisionalización y/o encierro de niñxs, cada vez más pequeñxs, que así expresado, hablar de concreción de derechos para la niñez es expresar la lucha contra la barbarie, contra decisiones deshumanizadas, violentas, salvajes.
Frente a ello, y como acción política concreta, venimos organizando junto a otras organizaciones, los Encuentros Nacionales por la Niñez -La Plata 2014, Rosario 2016 y Viedma 2018-, donde a partir del debate e intercambio, diagnósticos, experiencias y propuestas sobre todos los temas que atraviesan la relación del Estado con la Niñez en nuestro país, construimos colectivamente una agenda alternativa basada en la organización y movilización de las comunidades, con el protagonismo de niñxs y adolescentes, generando propuestas que incidan en las políticas públicas -y especialmente en sus financiamientos– para asegurar y garantizar sus derechos.
Porque creemos que es necesario y fundamental resolver colectivamente la necesidad de una propuesta política acorde a las normativas nacionales e internacionales para proteger realmente los derechos de la niñez, pero no discutir cómo su castigo o encierro, como también resolver la falta de recursos concretos y/o materiales con mayor presupuesto e inversión en niñez, para mejorar sus condiciones de vida y no seguir inflando el presupuesto de seguridad.
Hacia fines del mes de noviembre nos convocaremos junto a las organizaciones que han participado en los distintos encuentros, para así definir la sede del IV Encuentro Nacional por la Niñez y profundizar nuestra organización, con debate, con más participación, con más unidad en función del tiempo que se viene, donde se vuelve a abrir una oportunidad para asegurar la centralidad de una perspectiva de derechos, y así instalar la implementación de las reformas necesarias para construir otra relación del Estado con la niñez, adolescencia y juventud.