La Garganta Poderosa en el III Encuentro | La locura y la pobreza tienen la misma génesis, vamos a juntarnos para desarmarla


Por María Claudia “La Negra” Albornoz, de La Poderosa.

Nosotras y nosotros, que venimos de las villas y de los barrios populares, decimos que nos robaron las palabras.

Nos invitaron a participar del III Encuentro Latinoamericano y del Caribe de DDHH y Salud Mental donde compartimos la mesa de debate con compañerxs y luchadorxs de diferentes sectores. Nuestra intervención giró en la importancia de la Palabra.
“Hoy queríamos hablar sobre las palabras. Nosotras y nosotros, que venimos de las villas y de los barrios populares, decimos que nos robaron las palabras. Hay una categoría de palabras que son las concretas, las que se ven y se tocan: «ventilador», «mesa», «silla», que son mucho más fáciles de representar. Pero en los barrios empobrecidos decimos que nos robaron las palabras porque a las palabras abstractas, que son las que más circulan por las academias, no las entendemos mucho. Tenemos que construirlas y es un trabajo bastante grande. Por ejemplo, «democracia». Si a una vecina del barrio le decís: «¿qué es democracia?», es difícil que pueda definirlo. Lo primero que te dicen es: «sí, hay que votar». Pero la construcción de esa palabra, que es abstracta, porque no se puede agarrar, es difícil de representar.

Y no nos roban las palabras porque sí. No es casual que nos roben las palabras. Los barrios más empobrecidos no tienen acceso a la educación. Es muy difícil que nuestras pibas y nuestros pibes lleguen a la secundaria. Y tampoco es casual. No es casual que no lleguemos a terminar la primaria o la secundaria y que nos sea casi imposible llegar a la universidad. Tampoco es casual que los que dirigen esas democracias son los que pasaron por las universidades y, seguramente, son los que toman las decisiones en mi ciudad, en esta ciudad, en el país. Y no representan a los sectores populares, no representan al pueblo empobrecido. Yo hago una pregunta siempre que voy a charlar a algún lugar: ¿cuántos de ustedes viven con la zanja en la puerta? Vieron que somos pocos. Y esto implica un lugar para empezar a mirar. Nosotros tenemos que situarnos en un lugar para empezar a mirar, y el lugar en el que nosotros nos situamos para poder contarles a ustedes qué pasa no es lo mismo que si ustedes vivieran ahí. Lamentablemente, podemos tener mucha empatía pero si no viven en los lugares que tenemos que defender, es muy difícil que se los defienda. Lo hemos visto en estos años de democracia. Entonces es como una trampa. A nosotras y a nosotros nos roban las palabras y después los que deciden, con muchas palabras que a veces no entendemos, son estos poderosos que nacieron sin la zanja en la puerta, sin la calle de tierra. Es una trampa porque para llegar a los lugares de decisión necesitaríamos tener un montón de palabras, porque las palabras convencen.”
Sabemos que en los lugares de encierro como los manicomios, son lugares donde las palabras son destituidas y muchas veces apagadas por la medicación, como nos contó la compañera de Uruguay del Movimiento Instituyente. Los llamados “Hospitales Monovalentes” o Manicomios, donde se encierra a las personas, tratándolas como un cerebro enfermo, desde un lugar de salud hegemónica, donde somos vistos como pedazos de cuerpos que enferman y no ven las condiciones concretas de existencia donde se da la vida, en una sociedad de clases que aísla y deposita lo más lejos posible a lo que no se adapta a su norma. Se vulneran derechos en los barrios empobrecidos como se vulneran derechos en los manicomios. Existe una ley de salud mental que proyecta una mirada integral hacia una nueva atención digna de las personas generando espacios de libertad. Por eso la lucha es una contra todas las opresiones.
Basta de Vulnerar Derechos, la locura y la pobreza tienen la misma génesis, vamos a juntarnos para desarmarla.
Septiembre 2019