Entrevista a la doctora Giovanna del Giudice, Presidente de la Conferencia Permanente por la Salud Mental en el Mundo, Franco Basaglia, Italia.
Giovanna del Giudice es una luchadora global por una psiquiatría sin manicomios, en la siguiente entrevista sostiene, entre otros conceptos, que hay una equivocación que circula: que si el manicomio se cierra los trabajadores se quedan sin trabajo. Además, destaca que ATE es una organización de trabajadores que piensa que restituir derechos y ciudadanía a las personas con problemas de salud mental, significa también restituir dignidad de trabajo y competencias a los trabajadores.
-¿Cómo evalúa el convenio de cooperación internacional para la formación de delegados/as entre la Conferencia Basaglia y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE)?
-Giovanna del Giudice: Nunca me ha sucedido en mi larga historia de trabajo, 45 años de trabajo y de trabajo de cooperación internacional, que fuera un sindicato el que quiera ser parte de un proyecto de salud mental. Yo creo que esto tiene muchísimo valor, un gran valor, porque significa que ATE es una organización de trabajadores que piensa que restituir derechos y ciudadanía a las personas con problemas de salud mental, significa también restituir dignidad de trabajo y competencias a los trabajadores. Y principalmente es un sindicato que entiende que para hacer la política correcta en el debate con los trabajadores necesita poner la mirada sobre las instituciones, sobre la vida de la gente, necesita ocuparse hasta del más vulnerado. Y esto no sucede muy fácilmente.
-Cuáles son, según su experiencia, las expectativas que pueden tener los trabajadores de las instituciones totales ante la demanicomialización que dispone la Ley de Salud Mental?
-Giovanna del Giudice: El hecho de que un sindicato quiera formar a sus delegados respecto a la Ley de Salud Mental argentina me parece muy importante porque hay una equivocación que circula: que si el manicomio se cierra los trabajadores se quedan sin trabajo. Y como el sindicato defiende los derechos de los trabajadores, que el sindicato afronte el problema de la clausura del manicomio me parece de gran relevancia porque el sindicato también debe afrontar el miedo que los trabajadores tienen, en especial los operadores de enfermería, que es uno de los sectores con nivel más bajo en la jerarquía de trabajo interno en el manicomio. En el proceso de deconstrucción del manicomio -es lo que ha habido en Italia y es lo que viene en todos los países que afrontan esta cuestión-, se modifican las relaciones de poder. El poder en las instituciones totales está atado a una única persona, al responsable, al director del hospital psiquiátrico, que es casi un padre patrón de todo lo que sucede en el hospital psiquiátrico. Con la deconstrucción del manicomio el poder se distribuye y retorna a todos aquellos que están en la escala jerárquica alrededor del director.
-¿Qué modificaciones pueden prever los operadores de salud, por ejemplo los enfermeros/as, ante esta transformación institucional?
-Giovanna del Giudice: En particular, en el proceso de transformación del manicomio el destino de los enfermeros es un destino fuertemente sujeto al destino del paciente, al destino de quienes están internados. Y la lucha por la liberación de las personas con padecimiento es también la lucha por la liberación de los enfermeros. Primero porque para liberar a las personas con padecimiento y cerrar el manicomio es necesario el esfuerzo de muchos, para estar en una institución total, cerrada, basta el poder de uno, porque es un poder de vigilancia que mantiene el orden constituido. Cuando se pone en discusión la organización institucional de las instituciones totales aquello que viene y que hace posible esta transformación, es que el poder se distribuya. Poder en tanto ser operadores de salud mental, los enfermeros son entonces los que necesitan el poder que requiere competencias profesionales. En el manicomio esto no es posible porque en el manicomio, en realidad, se custodia a la persona y punto. ¿Cuál es la competencia del enfermero, cerrar una puerta, atar a un interno, darle un remedio, curar alguna herida, a bañarlos a todos juntos con una manguera contra la pared? Necesitamos sustituir este paradigma que ve al otro como peligroso, incomprensible, destinado a la cronicidad, el paradigma bio-psico-social. Y también necesitamos la construcción de recorridos y de instituciones capaces de hacerse cargo del sufrimiento de las personas en su contexto social y familiar. Ahora, cuando se abren las puertas, cuando se desata a los pacientes, cuando se hace un intercambio con la persona singular y no con su enfermedad, necesitan emerger las competencias humanas y profesionales de los operadores de salud. Y nuestra historia empieza a ser una historia de operadores de salud, no más de vigilancia, custodia y violencia. Y este proceso va a la par de la restitución del poder y los derechos de parte de paciente.
-¿Cómo es posible realizar este proyecto? ¿Cómo es posible tener políticas que arriben a la clausura del manicomio?
-Giovanna del Giudice: En Italia, en los años 60, 70, esto fue posible a partir de la presencia de psiquiatras innovadores -todos recordamos a Franco Basaglia-, y de políticas innovadoras que han arriesgado y deseado fuertemente la transformación. En otras partes del mundo se ha arribado a la clausura del manicomio para disminuir el gasto público, porque el manicomio cuesta mucho. Y esta desmanicomialización y la salida de los pacientes del manicomio ha aportado a una disminución del gasto público pero no a una restitución de derechos ni de poder, ni para los enfermeros ni para los usuarios. Y esto sucede en América con las políticas. Este proyecto y este empeño de ATE alude a otro recorrido, un recorrido de exigencia desde la fuerza política sindical para restituir derechos y poder tanto a los usuarios internados y como a los operadores de salud. Sabiendo que solos no vamos a ninguna parte, el sindicato se empeña, quiere empeñarse, para construir una red, una plataforma de reclamo a partir de la formación y el compromiso de sus delegados y delegadas, que se convierten entonces en una herramienta de negociación con el gobierno y esto me parece que es otro recorrido que no conozco y veremos cómo resulta. La formación que estamos haciendo es una formación de competencias técnicas pero también política al mismo tiempo. Yo creo que una de las grandes lecciones de Basaglia es la de tener juntas técnica, ética y política, porque si uno hace éticamente su propio trabajo, hace política, porque hace política de transformación y de acción que encarna en un proceso de restitución de derechos y de liberación para todos. Y como esta es una apuesta muy difícil esperamos poder vencer juntos.
Entrevista y producción audiovisual: Celina Pochettino, Celeste Romero, Cecilia Fernández Lisso y Sofía Goñi
Noviembre 2016, En ATE CDP Buenos Aires, en el marco del Proyecto IntegrAr.
Redacción: Rubén Fernández
Giovanna Del Giudice es Doctora en Psiquiatría. Comenzó a trabajar en el hospital psiquiátrico de Trieste en diciembre de 1971, bajo la dirección de Franco Basaglia. Directora del Departamento de Salud Mental de ASL Caserta 2 desde 2002, en 2006 se convirtió en directora del Distrito de Salud Social de Cagliari. Fue representante de la región de Cerdeña en la Comisión Estatal de salud mental. Es portavoz del Foro Nacional de Salud Mental, posición que ha ocupado desde 2003. Es presidente de la Conferencia Permanente de Salud Mental Franco Basaglia en el Mundo desde noviembre de 2013. Tiene numerosas publicaciones, brinda conferencias internacionales y fue profesora en las universidades de Trieste y Cagliari.
Destacados:
Giovanna del Giudice: Hay una equivocación que circula: que si el manicomio se cierra los trabajadores se quedan sin trabajo.
Giovanna del Giudice: Este empeño de ATE alude a un recorrido de exigencia desde la fuerza política sindical para restituir derechos y poder tanto a los usuarios internados y como a los operadores de salud.
Giovanna del Giudice: Necesitan emerger las competencias humanas y profesionales de los operadores de salud. Y nuestra historia empieza a ser una historia de operadores de salud, no más de vigilancia, custodia y violencia. Y este proceso va a la par de la restitución del poder y los derechos de parte de paciente.