OCUPARSE DE LA SALUD MENTAL, UN PRIVILEGIO DE POCXS


Como si fuera algo de lo que no se puede hablar, como si no fuera parte de la vida y la salud. Pero ojo, sin salud mental no hay salud, no hay respeto a los derechos humanos ni normas respetadas.

¿Qué es la salud mental? 

Para la Organización Mundial de la Salud -ONU- la salud mental es un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y puede aportar algo a su comunidad.  La salud mental es, además, un derecho humano fundamental

De este modo, se puede poner en evidencia todos los cimientos sociales que se derrumban si esta parte primordial de la salud no funciona. Las problemáticas mentales no tienen límites ni fronteras ya que afectan a personas de todas las edades, géneros, niveles socioeconómicos de todo el mundo. 

Consecuentemente, y como para no correrse de la historia, hay sectores poblacionales más vulnerables que otros atravesados por la pobreza, la falta de acceso a la educación, a la información, a la salud. Como así también, en un grupo familiar contando con uno o dos ingresos, hoy, apenas se pueden solventar los gastos mínimos del día a día. De este modo, si alguien no tiene la oportunidad de tener satisfechos los derechos básicos a la vida cómo poder priorizar a la salud mental; sí invertir en su cuidado se vuelve un privilegio para pocos.

 Acompañado por las crisis económicas sostenidas en el tiempo, la hiperinflación, el mal vivir, la pobreza, la inaccesibilidad a los tratamientos y con ello incluimos los costos de las terapias psicológicas, psiquiátricas, alternativas, consultas y sesiones, el costo de medicación, entre otros. Se encuentran dos bifurcaciones, la asistencia privada y la asistencia pública. En el primero, como lo mencionamos anteriormente es muy difícil de sostener en el tiempo dado los costos de dinero, y aún más si son varias personas que necesitan atención y/o tratamientos específicos. Mientras que en el segundo, no hay costos a nivel económico, pero si hay costos en espera, calidad y atención debido a encontrarnos con un sistema de salud colapsado, turnos demorados, sobredemanda de atención, falta de personal médico, falta de inversión, entre otros.

De este modo, la Organización Panamericana de la Salud a través de estadísticas pone en evidencia la falta de inversión en lo que respecta a la atención mental en todo el mundo, reflejando de este modo las diferencias entre los países de altos y bajos ingresos.   

“La mediana del gasto en los servicios de salud mental está a nivel mundial en 2,8% del gasto total destinado a la salud. Los países de ingresos bajos gastan alrededor de 0,5% de su presupuesto de salud en los servicios de salud mental, y los países de ingresos altos, 5,1% 15. En la Región de las Américas, el gasto oscila entre el 0,2%  en Bolivia y el 8,6% notificado por Suriname. Existe una significativa correlación lineal directa entre los ingresos nacionales y el gasto público destinado a la salud mental como proporción del presupuesto total destinado a la salud”.

Asimismo, existen para la ONU, múltiples determinantes que pueden hacer que las personas sean más vulnerables a la salud mental, tanto de manera positiva o negativa a lo largo de sus vidas de manera individual como colectiva. Entre ellos, se encuentran los factores psicológicos y/o biológicos individuales vinculadas a las habilidades emocionales, el abuso de sustancias y la genética; la exposición a circunstancias sociales, económicas, geopolíticas y ambientales desfavorables, como la pobreza, la violencia, la desigualdad y la degradación del ambiente.

De este modo, se sostiene que la mayoría de las personas no desarrollan afecciones de salud mental aunque estén expuestas a circunstancias de riesgo, mientras que muchas personas no expuestas a factores de riesgo conocidos desarrollan una afección de salud mental. Por lo que, los determinantes de la salud mental, que están relacionados entre sí, contribuyen a mejorar o socavar la salud mental.

La salud mental en cifras

Los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo en 2030. * Datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud

  • 1 de cada 4 personas tendrá un trastorno mental a lo largo de su vida.

  • El 12,5% de todos los problemas de salud está representado por los trastornos mentales, una cifra mayor a la del cáncer y los problemas cardiovasculares.

  • Un 1% de la población mundial desarrollará alguna forma de esquizofrenia a lo largo de su vida.

  • El 50% de los problemas de salud mental en adultos comienzan antes de los 14 años, y el 75% antes de los 18.

  • 450 millones de personas en todo el mundo se ven afectadas por un problema de salud mental que dificulta gravemente su vida.

  • Más de 300 millones de personas en el mundo viven con depresión, un problema que ha aumentado un 18,4% entre 2005 y 2015.

  • Cerca de  800.000 mil personas se suicidan cada año, siendo la segunda causa de muerte en personas de 15 a 29 años.

De Amnistía Internacional; sugieren formas de fortalecer la salud pública para brindar una buena atención a lxs pacientes y sugieren que los gobiernos prioricen la inversión en la atención de la salud mental; potenciar la atención primaria con un plan específico de evaluación de necesidades, aumento de recursos y reducción de listas de espera; aumentar el número de psicólogxs en los centros de salud, así como incrementar los recursos públicos para tratar las problemáticas de las niñeces y adolescentes e implementar un plan de recuperación por el Síndrome de Burnout y de Estrés Postraumático (TEPT) del colectivo sanitario, que integre una perspectiva de género.

Asimismo, si bien en la Argentina se encuentra en vigencia desde el 2010, la Ley Nacional de Salud Mental N ° 26.657, que es un avance hacia la protección de los derechos, aún quedan aspectos por mejorar. La empatía hacia lxs pacientes, la compresión, el saber que del otro lado hay alguien que pueda sostener una mano, una palabra, una mirada y la regularidad en la atención, y con esto nos referimos al colapso sanitaria y demora en la atención. De este modo también , quedan aspectos por mejorar para incluir en esta atención las víctimas por violencia de género, trata, acoso escolar, entre otros.

A su vez, gestionar y practicar la empatía a la comunidad en su totalidad, a las familias, a los entornos, a las amistades, a los medios de comunicación, a todas las personas que habitamos el mundo. Porque hablar sana, hablar rompe estigmas, hablar naturaliza, hablar libera.. 

Porque a pesar de que las enfermedades mentales son un común denominar en el planeta, con millones de variantes y condiciones, “las personas que viven con ellas muy a menudo experimentan discriminación y son tratadas de manera diferente. El estigma y la discriminación se interponen e impiden que las personas busquen y obtengan la ayuda y la atención que necesitan” así lo afirma la Organización Panamericana de la Salud.

Por Antonella Zuccarelo, IDEP Salud ATE Argentina

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https://www.proyectosuma.org.ar/