Parches del Sur de Chubut: un ensamble de inclusión, organización y libertad.


El ensamble Parches del Sur es un colectivo que cumple una función social como laboratorio de desarticulación de estigmas y viene a sacudir prejuicios tan arraigados en nuestra sociedad, tal como asegura Leonardo, uno de los participantes: “Estoy re contento porque salimos de acá y demostramos que con la discapacidad que tenemos, que tenemos corazón para todos y esa es la diversión mía. Compartimos muchas cosas con los chicos y demostramos a la gente que podemos y que se acerquen a tocar con nosotros. La discapacidad no ensucia a nadie.”

 

Asomándonos por un paredón fuimos cómplices del festejo que hacían las y los integrantes de Parches del Sur. Trasmiten con su música, su baile, sus charlas y su disposición a compartir, eso que sentimos cuando estamos entre amigas/os. A medida que empezás a conocer al grupo, te genera intriga cada historia y te volvés a entusiasmar con la idea de la construcción colectiva como remedio a los tiempos de desesperanza.

 

El sábado volvemos… ¡Arriba Parches!

Publicado por Parches del Sur en Miércoles, 27 de marzo de 2019

Fuente Video: https://www.facebook.com/parchesdelsur/videos/393035601274262/

 

 

Parches del sur es un ensamble mutable de percusión que aloja a sus visitantes y les abre la puerta a su mundo interior. Se trata de una experiencia pensada desde el campo de la Salud Mental Comunitaria, que no suele reconocerse a simple vista y que tantas marcas subjetivantes deja a través de su práctica, en este caso, de su música. Y justamente es la música la que relanza el deseo de cada participante y del colectivo que hace tiempo son. En esta oportunidad, participamos de la doble jornada que organizaron un sábado en Puerto Madryn (Chubut). Festejaban su participación en los Carnavales de Dolavon y armaban bombones artesanales para sustentar el arreglo de sus instrumentos musicales.

 

Nos asomamos y ya no nos dieron ganas de irnos. Escuchando sus batucadas y conversando fue pasando una tarde de esas que abrazan. Conocimos la historia del ensamble a través del relato de Fabián Carrizo (profesor de música, entre otros variados saberes y miembro de Parches) y Juan Pablo Martínez (acompañante terapéutico y miembro de Parches). Se sumaron los testimonios de quienes se fueron acercando a compartir sus historias y sus proyectos.

 

Marzo trae sorpresas en nuestra Patagonia. Nos recibió Anita en el patio de su casa y nos dijo que siempre tiene sus puertas abiertas para recibir a sus amigas/os de Parches.

 

Conozcamos el ensamble

 

-¿Cómo inicia “Parches del Sur”?

 

-Fabián: Surge en el 2015 por un evento que generaba EDDIM[1] que se llamaba “Japón en Madryn”. Nos prestaron unos instrumentos, unos taikos japoneses, que son unos tambores grandes. Se me ofreció en dos meses prepararlos para la presentación. Nos presentamos y nos regalaron los seis tambores japoneses. Para ensayar le pedí a la coordinadora de EDDIM que nos diera un lugar, un espacio, para hacer un taller con ellos. Y así empezamos Parches del sur, el primer año con estos taikos japoneses, con ritmos básicos y después ya empezamos a aplicarle otros instrumentos y otra dinámica a medida que el grupo iba avanzando. Al día de hoy estamos haciendo batucada avanzada.

 

-¿Cómo describirían la dinámica del grupo?

 

-Fabián: Nos juntamos una vez a la semana. Ahora estamos en el comedor infantil, pero pasamos por la casita de EDDIM, el Club de Pesca, distintos lugares. En el invierno, en lugares cerrados dónde podemos dejar los instrumentos y en el verano agarramos los instrumentos y tocamos en la playa, terminamos tocando a la orilla del mar.

 

-¿Cómo está conformado el grupo?

 

-Fabián: Son personas adultas con diferentes discapacidades.

 

-Juan Pablo: La invitación es abierta a la comunidad. Obviamente arrancó orientado con el tema de los taikos a personas con discapacidad. Pero es abierto. “Nos juntamos los sábados ¿querés venir? La puerta está abierta, a tomar mate, a compartir la tarde, a tocar si querés”. Pero el 85% del grupo son personas con discapacidad. Hace un tiempo se sumaron Priscila y Gonzalo “el Paisa”, más otras personas que nos fueron dando una mano. Con esto de los sábados a la tarde ad honorem no es muy fácil que la gente esté dispuesta a prestar el espacio. Los chicos son los que todos los sábados van a ensayar. Hay gente que cada tanto pasa a tomar unos mates. Pero la idea es que sea abierto en la comunidad, pensando en lo que es la convivencia, el abrir las puertas a esto, usarlo como herramienta para borrar mitos y prejuicios. Que la comunidad se acerque y comparta. Por eso también tenemos la página de Facebook[2] para dar difusión a todo lo que se hace, para dar otro mensaje.

¡Arriba Parches ?!Muchas gracias Carolina por la visita y el video

Publicado por Parches del Sur en Miércoles, 10 de abril de 2019

Fuente Video: https://www.facebook.com/parchesdelsur/videos/382651098996841/

 

 

Primero la pertenencia

 

-¿Qué creen que hace que el grupo se sostenga en el tiempo?

 

-Fabián: Primero, que sea gratuito. Es crucial, porque muchas de las personas vienen caminando desde su casa y es complicado pagar y sostener algo. Por otro lado, yo me imagino que la predisposición de ellos mismos hace que se mantenga, al ver que es un lugar que va generando cosas, lo van haciendo su espacio. Se apropiaron totalmente.

 

-Juan Pablo: Yo creo eso, primero la pertenencia y también porque la mayoría de las cosas, si bien por ahí los motores somos nosotros, todo se debate en grupo. Se les pide su opinión, cómo creen que es la mejor forma de llevar adelante las actividades. Por ejemplo, los bombones que hacemos hoy. Se necesitaba recaudar algo para arreglar los instrumentos y se los hizo partícipes de la situación. Que sean voz.

 

-Fabián: También las ideas salen de ellos.

 

-Juan Pablo: Incluso se juntan en la casa en la que estamos hoy y empiezan a cranear ideas. Cuando fuimos a Dolavon teníamos miedo que se nos pinchara el colectivo y ya estaban pensando alternativas. Eso significa que hay grupo, que en el grupo hay un profe y esa es la consigna, pero que somos todos compañeros, estamos todos en el mismo lugar. No es que hay alguien que está más arriba y esto es lo que rompe con todas las dinámicas a las que ellos asisten diariamente. Todos los sábados, haga frío, calor, viento o lluvia, nunca se suspende un ensayo, no hay forma.

 

-¿Cuáles son estas actividades que van surgiendo?

 

-Juan Pablo: Tuvimos la invitación el año pasado a Rawson, al festival “Patas Arriba”[3], y después nos invitaron este año a Dolavon, a los Carnavales que se realizan ahí. Hemos participado también, porque surgió de ellos, de las marchas de docentes del año pasado porque docentes de ellos de CERELADI[4] estaban con problemas de cobro en el contexto del conflicto que había. Ellos quisieron acompañar a las marchas, nos preguntaron y los acompañamos y participamos de las marchas. Participamos también en la toma de acá[5].

 

-Fabián: Nosotros ese verano nos habíamos preparado para marchar y tocar en el Carnaval de Puerto Madryn. Después de tantos años de practicar, había llegado la hora del Carnaval, pero el intendente lo suspendió. No habíamos tenido vacaciones, trabajamos el doble y llegó el fin de año y no pudimos hacer nada. Llegó el 24 de marzo, la gran marcha y todo Parches del sur la encabezó. Aguantamos durante 2 horas, caminando, acompañados con las familias, tocando. Todo lo que se hace en cada marcha a la que vamos está conciliado con los chicos y con las familias. Si de ellos no surge, no tienen ganas, no tocamos. No tocamos para promover el taller o el trabajo de los docentes, por ahí algo que se ve en otros lados. Al contrario, esto es para ellos y, si no está bien ensayado, ni siquiera tocamos.

 

-¿Cómo perciben al grupo en general?

 

-Juan Pablo: Nos hemos encontrado en situaciones en las cuales sentimos que, por ahí, con la parte de la música, el trabajo ya está hecho. Quizás, si hoy estuviesen los tambores acá y nosotros no, ellos estarían tocando igual. Además hay otra actividad que también hace que tengan pertenencia, esto de ganar espacios nuevos y comunes. La llamamos “La oficina”. Nos juntamos a tomar mate en la playa los días que no ensayamos y eso también hace que se vayan apropiando de eso. “Quién tiene la llave de la oficina?, ¡yo la tengo, yo la abro!”. Se juntan en la rambla a tomar mate y eso también les da una pertenencia, se organizan ellos mismos. Por ejemplo, en el caso de chicos no videntes que se han llegado a tomar el colectivo solos para llegar hasta el ensayo, van arreglando para pasarse a buscar.

 

-Fabián: Caminan un montón para ir a “La oficina” que es en la playa. Previamente hacen un trabajo de comunicarse entre ellos, de organizarse, para lo cual usan el WhatsApp.

 

-¿Cómo ven la participación de las familias en este tipo de actividades?

 

-Fabián: Estamos arrancando, vamos un poco lento. Hay de todo, padres que los depositan y padres que tienen un compromiso constante.

 

-Juan Pablo: Por ejemplo, algunos nos acompañaron en el bondi a Dolavon y otros aparecieron directamente allá y fue una sorpresa. Terminamos de tocar y ¡apareció una señora que llevaba comida para todos!

 

Reinventar todo para generarlo

 

-¿Qué repercusiones tiene en sus vidas participar y ser parte de Parches del Sur?

 

-Fabián: ¡Muchas! Yo en estos cinco años aprendí un montón. Lo que no sabía, me lo tuve que poner investigar. Me encontré con que no había tantas cosas descriptas sobre el ensamble de percusión propiamente dicho que estaba dando. Fui aplicando todo lo que sabía, mis herramientas pedagógicas y didácticas y sacando información de todos lados. Hablar con profes amigos y ver la forma para llegar a generar este nivel de percusión. Porque, por ejemplo, no se pueden hacer señas, hay un montón de trabas que en la teoría que te da la percusión no están resueltas. Cuando te lo enseñan, no te hablan de estas situaciones. Tuve que inventar y reinventar todo para generarlo. Tengo satisfacciones de todos lados. Lo que aprendo con ellos, lo que me llevo de la música y de lo humano es increíble.

 

-Juan Pablo: En lo personal, la parte humana, el aprendizaje permanente. Yo trabajo fuera de esto como acompañante terapéutico y siento que, más allá del trabajo que uno haga de manera personal, siempre salís vos más enriquecido en la experiencia que la persona con la que trabajaste, por más que se haya logrado lo que se haya logrado. Y, por otro lado, en los tiempos que vivimos, el compromiso colectivo. Porque afuera de esto, cuesta un montón encontrar gente que se comprometa, que se mantenga como grupo consolidado en el laburo. Y acá es así. Somos 20 y somos 20 para todo. Vos decís “vamos a hacer tal cosa” y están ahí. Se nos pinchaba lo del bondi, nosotros estamos tirando la toalla y ellos no, “va a salir, quedate tranquilo”. Todo esto no lo encontrás en otro lugar. Vos miras para atrás y están los 20, no afloja nadie. Eso hoy, colectivamente, no lo he visto en otro ámbito. Eso es lo que hoy más me engancha a mí.

 

-Fabián: No es un taller donde los pibes van, pagan, les dan la clase y se van a la casa. Sino que ellos también saben que hay un esfuerzo. Ellos valoran nuestro esfuerzo y cotejan ese gesto de alguna forma. Entonces, se involucran y a la vez, nos obliga a nosotros a tener mucha más responsabilidad de un montón de cuestiones y ponernos serios, orientarnos bien, aprovechar todas las herramientas que tenemos y las posibilidades. Yo soy profe de música y después empecé a estudiar como acompañante. Mediante el trabajo me di cuenta que era necesario que tuviera recontra claro el tema de ser acompañante terapéutico, para adquirir más herramientas.

 

-Juan Pablo: También es importante que, en base a esto, se les han abierto puertas en otros espacios. Hay por lo menos tres chicos que están en otros grupos más de percusión, algunos tocan en Tamarisco, en una banda de música. No sé si es que los otros les abrieron la puerta o ellos mismos se empezaron a animar a ir.

 

-Fabián: ¡Las dos cosas! Las personas empezaron a abrir las puertas y los chicos se animan a ir a pedir el espacio, eso no pasaba.

 

-Juan Pablo: ¡Es muy lindo ir a verlos del otro lado! Tratamos de acompañarlos en las otras actividades, de fomentar que vayan otros talleres.

 

-Fabián: Venían con un chip “Yo soy de acá, de este taller” y no se movían de ahí. Ahora entienden que pueden estar donde quieran.

 

-¿Cómo surgió el nombre?

 

-Fabián: Estuvimos casi 2 años buscando nombre, creo que yo lo propuse entre un montón y quedó este.

 

-Juan Pablo: La mayoría de los nombres que se proponían estaban vinculados con la discapacidad y eso era lo que quisimos evitar. Este tema es algo que se repite. Cuando vos invitás gente a escuchar a Parches, a mí me pasó con mi propia familia, están mirándote al momento de tocar y cuando arrancamos a tocar, es tremendo ver cómo se les transforma la cara. Cuando terminás de tocar, lo primero que vienen a decir es “che, que bien que tocan”. O sea, se imaginaban que íbamos a hacer ruido.

 

-Fabián: Eso nos pasó en Dolavon: Veían personas que venían todos con las remeras grises, abrigadísimos porque hacía frío, con personas al costado que nos acompañaban que no tenían el traje. Era todo medio difuso. Había muchas comparsas tocando y no se alcanza a escuchar. Entonces nos íbamos acercando a las personas y les tocábamos enfrente. Cuando lograban escuchar y los veían a los chicos, que a algunos se les dificulta hasta caminar, que iban tocando con sus redoblantes y repiques una batucada, la cara de las personas era alucinante, empezaban a aplaudir, no lo podían creer.

 

-¿Creen que hay alguna posibilidad de potenciar las relaciones entre el Estado y los espacios como Parches del Sur?

 

-Fabián: Por lo visto, no. Las instituciones, los gobiernos, los municipios… yo no veo que generen cosas para que la comunidad esté mejor o para que esto crezca. Tienen un par de talleres para hacer su propaganda política pero no están ahí, no tienen el acompañamiento. A nosotros nunca se nos acercó nadie a ofrecernos aunque sea horas o cosas para que podamos comprar materiales. Ahora hay campañas políticas y se acercan a prestarnos un colectivo y así todo, renegamos y golpeamos un montón de puertas.

 

-Juan Pablo: El presupuesto que se designa a éste área es mínimo o es nada. Lo que hace que todo esté atado con alambre y sabés que es mucho a pulmón. Esto que se generó acá es ad honorem, es gratis. Hoy por hoy y más en los tiempos en los que estamos viviendo es imposible pensar que se puedan abrir estos espacios en el ámbito público. Se ha podido sostener lo poco que se pudo sostener, no sé qué nuevo ha surgido de un tiempo a esta parte. Yo siento, en lo personal, que se está retrocediendo. Es muy linda la bibliografía, son muy lindas las leyes que tenemos, pero la realidad es que la práctica no acompaña. Yo lo veo desde afuera porque trabajo de manera privada y ves que a lo Estatal lo está sosteniendo el empleado. No es que hay recursos, lo está sosteniendo la gente a pulmón, como puede y generando eventos, ventas, ferias de pulgas, para ver cómo se pueden sostener. Muchas de las cosas que se ganaron, como acá en Madryn sin ir más lejos, el Centro de Día de Salud Mental, está en un espacio prestado y estamos hablando que para el año que viene tendríamos que estar en otra historia. No hay presupuesto como para que si la gente lo quisiera hacer, lo pudiera hacer.

 

-¿En qué está Parches del Sur hoy?

 

-Juan Pablo: Nos fue superando siempre la cantidad de gente. Al principio, pasamos del taiko a la murga porque nos quedamos cortos con los taikos. Entonces empezó el ensamble, a sumar otros instrumentos porque nos quedamos cortos y ahora también nos pasa esto. Estamos ya cubiertos de lo que es cuerdas y entonces, para no cerrar la puerta, buscamos bailarines y bailarinas. Ya tenemos la reina de la comparsa y un bailarín.

 

-Fabián: Si alguien no puede tocar nada o no puede bailar nos acompaña tomando mate, siempre hay algo para hacer.

 

-¿Qué les gustaría hacer como grupo? ¿Qué proyectan para el futuro?

 

-Fabián: ¡Queremos ir a Río de Janeiro! Cuando yo arranqué, una meta muy grande era tocar en un Carnaval y creo que ahora nos está quedando medio chica ¡Podemos hacer cualquier cosa!

 

-Juan Pablo: Lo que estaba pensando con esto de la cantidad de gente que somos ¿dónde está el límite? Por ahí el año que viene volver a ir a Dolavon o esto que estamos pensando en poder volver a abrir los Carnavales de acá e invitar a las murgas de otros lados. Yo creo que no hay techo.

 

-Fabián: Podemos ir a diferentes lugares a mostrar que se puede, que podemos hacer lo que hacemos.

 

Fragmentos de experiencias

 

Parches del Sur se presenta para sus integrantes como un territorio del todo disfrutable, “Me gustan los profesores, los compañeros, todo!” (Agustín, 18 años). “El grupo está re bien, me gusta la onda que tiene y también me gusta la onda que se le mete a todos, los sábados, son buenos compañeros, son buenos profesores” (Beto, 35, años). “Acá venimos para pasarla bien para disfrutar con los amigos” (Sebastián, 43 años). “Creo que la vida se trata de eso, de compartir momentos, cada momento, cada segundo de cuando nos juntamos” (Antonio, 32 años). “¡En Parches me siento mejor!” (Nico, 44). Territorio que se expande hacia diferentes lugares de la región, participando de actividades culturales, donde las y los participantes de Parches del Sur comparten su música. “Me puso muy contenta ir a Dolavon” (Débora). “Me pongo contento porque me invitaron a Dolavon, ¡la alegría que tengo!“ (Leonardo, 38). Carnavales, festivales, marchas se convierten escenarios diversos para el ensamble que asombra a sus oyentes “cuando estuvimos con los docentes en el paro, fui, me la aguanté, me salieron ampollas en las manos pero igual fui y estuve con ellos. También proteste por el TEG que no me lo querían dar” (Anita, 22 años).

Si de sueños se trata, el ensamble los motiva, acompaña y va generando las condiciones de posibilidad para que cada persona se anime aún más a tenerlos: “También se cumplió un sueño que tengo, ahora mi novia es bailarina en Parches” (Beto, 35 años).

La organización colectiva, la identidad construida, está presente en lo cotidiano. Así nos cuentan sobre las actividades de la tarde de un sábado “Estamos haciendo unos alfajores para salir a vender, para hacer los parches para los zurdos, esta es la actividad que estamos haciendo, estamos tratando de arreglar” (Jorge). No hay sábado que no se junten, sea para tocar, festejar o compartir en “La Oficina”. “Yo a veces les digo que tenemos que estar en la costa y les digo “chicos vamos a reunirnos, nos vamos a divertir. Llevamos galletitas, algo fresco y a disfrutar la vida, estar tranquilos con todo este grupo como un familia” (Sebastián, 43 años). El colectivo es un ensamble de historias, “nos conocemos como personas, la música nos une  a todos” (Charly, 46 años), “podemos sentir que cuando necesitamos estamos los otros ahí para escucharnos, para compartir” (Antonio, 32 años).

A la vez, el ensamble cumple una función social como laboratorio de desarticulación de estigmas, consolidado en primera persona, viene a sacudir prejuicios tan arraigados en nuestra sociedad, “estoy re contento porque salimos de acá y demostramos que con la discapacidad que tenemos, demostramos que tenemos corazón para todos y esa es la diversión mía. Compartimos muchas cosas con los chicos y demostramos a la gente que podemos y que se acerquen a tocar con nosotros. La discapacidad no ensucia a nadie” (Leonardo, 38 años).

Sobrevuela sobre Parches del Sur un aire de agradecimiento colectivo[6]. Por un lado, de quienes impulsaron el espacio, por los aprendizajes que lograron tener, quizás también por el refugio que encontraron frente a otros espacios. Por otro lado, de quienes se fueron sumando, por los lazos y experiencias que van construyendo, “Desde mi lugar yo les doy muchas gracias a ellos, a los chicos, no me quedan más que palabras de agradecimiento por abrirme las puertas de Parches del Sur en su momento y hasta el día de hoy sigo vigente” (Antonio, 32 años).

Texto: Lic. Amanda Gotti, Trabajadora en salud pública.

 

[1] EDDIM es un Centro Terapéutico destinado a personas con discapacidad que funciona en la localidad de Puerto Madryn. Es una organización sin fines de lucro creada en el año 1994. Su surgimiento fue motivado por familiares de personas con discapacidad.

[2] https://www.facebook.com/parchesdelsur/

[3] El festival “Patas Arriba” se desarrolló por primera vez en la Patagonia en el año 2018. Enmarcado en la Red Patas Arriba, el primer festival se hizo en el año 2008 a través de un trabajo conjunto entre ADESAM y dos organizaciones italianas ANPIS y UNASAM en Buenos Aires. Desde entonces, la Red Patas Arriba crece cada día más, incorporando organizaciones, redes y personas de distintas partes de Argentina y otros países. El festival tiene como objetivo habitar el escenario público y realizar propuestas para trabajar en la desarticulación de prejuicios y estigmas que recaen sobre las personas con padecimiento psíquico y visibilizar el derecho a una inclusión social real. Para más información se puede conocer su sitio web: https://redpatas.wixsite.com/patasarriba

[4] Centro de Rehabilitación Laboral, ubicado en la localidad de Puerto de Madryn al cual asisten varias de las personas que conforman “Parches del Sur”

[5] Durante el año 2018 la provincia atravesó una crisis política que generó la instalación de una  “Carpa de la Unidad y la Dignidad” en las puertas de la casa de gobierno provincial, como muestra de la unión de los diferentes sectores de trabajadores/as del ámbito público luego de haber pasado un año sin paritarias, pago escalonado de sueldos, precarización laboral, carencia de infraestructura, entre otros puntos. Se sucedieron también ocupaciones pacíficas de diferentes edificios de la administración pública, entre ellos el Ministerio de Educación de la provincia y varias Áreas Programáticas de Salud.

[6] Aprovecho el aire de agradecimiento e incluyo lo propio. Gracias a Alejandra Guerra, autora de las fotos de esa tarde y a Sergio Pravaz, quien realizó el acompañamiento terapéutico de mi escritura.