Son tiempos sombríos, pero nos alumbra la esperanza. Al decir de Monseñor Pedro Casaldáliga, nuestro obispo brasileño de la Teología de la Liberación: “El mundo está en invierno, pero huele a primavera”. Nos fuimos para quedarnos con Rosario en el corazón.
Breves impresiones sobre el III Encuentro Latinoamericano y del Caribe de Derechos Humanos y Salud Mental (Córdoba, 12 al 14 septiembre 2019). José León Uzcátegui*, Venezuela
Tres días de intensas actividades académico-políticas-organizativas, con impresionante participación, sin precedentes en cantidad y calidad, de profesionales, trabajadores, estudiantes, usuarios, en una atmósfera que combinó, de manera armónica y acogedora, el saber científico y el saber popular, que incorporó lo lúdico, lo mágico, lo poético y la locura para convertirlas en discurso que señala el nuevo camino de la Salud Mental Colectiva y el Buen Vivir para América Latina; son la síntesis de lo convivido en tan peculiar festival de vida que muestra que otro mundo es posible. La Gran Marcha de cierre del Encuentro se convirtió en una fiesta popular en la cual más de 3.000 personas invadieron las calles de Rosario para gritarle al Continente: “Alerta, alerta que camina, el anti-manicomio por América Latina”. Sin pasar por alto que la organización del Encuentro, excelente, coherente, completa, fue obra fundamentalmente de las mujeres rosarinas que hicieron gala de su maestría y competencia en sus preparativos y realización.
Sin duda que a partir del III Encuentro Latinoamericano y del Caribe de Derechos Humanos y Salud Mental, efectuado en Rosario (Argentina) del 12 al 14 de septiembre, se reafirman los acuerdos de Florianópolis y Montevideo, donde se celebraron los dos primeros, y en sus deliberaciones y conclusiones se diseñó una hoja de ruta que contribuirá al logro de lo que pregonan sus consignas centrales: “Por una Latinoamérica sin manicomios”, “Nada sobre nosotrxs sin nosotrxs”, “La vida no cabe en un diagnóstico”, “Sin derechos humanos no hay salud mental”, “¡que vivan todas las locuras!”. Ahora , a transformar toda esa riqueza de conferencias, reflexiones, presentaciones, debates, en un programa, en un plan de acción que permita, con la organización mínima necesaria, avanzar en toda nuestra Abya Yala (América) en la lucha por el derecho a la salud, el derecho a la Salud Mental Colectiva y el Buen Vivir.
Conviene destacar que en las presentaciones y conferencias del Programa se mostró la adecuada y certera caracterización de la coyuntura política que vive el Continente, exponiendo la ofensiva neo-liberal de perfil neo-fascista, y al mismo tiempo la resistencia de los pueblos latinoamericanos para hacerle frente y derrotarla. El mensaje luce claro cuando se evidencia que democracia y capitalismo son incompatibles. En el campo de la salud resaltaron los señalamientos para enfrentar la política de la falsa universalidad de salud que se esconde detrás de la política neo-liberal de la Cobertura Universal de Salud, también para mostrar una nueva conceptualización de la salud como lo son la determinación social frente a los determinantes sociales, la salud colectiva ante la salud pública tradicional, la epidemiología crítica frente a la epidemiología convencional, el avance hacia una clínica y una epidemiología no positivistas. Y hoy, desde la cosmogonía andina indígena ancestral nos llegan los aportes del Buen Vivir, del Vivir la Vida en Plenitud, del saber Amar la Vida. Todo ello constituye el marco teórico-conceptual que sirve de bases a la lucha ideológica que hay que librar contra los intereses de la mercantilización de la salud, la medicalización y psiquiatrización de la vida cotidiana, la colonización del saber, del poder y del ser. Son más de treinta años de construcción teórico-práctica de la Medicina Social Latinoamérica que hoy son referencia a nivel mundial y que arman conceptualmente la lucha de nuestros pueblos por el Derecho a la Salud, y a la Salud Mental en particular. Sin duda que Rosario 2.019 marca el camino de las luchas por venir.
Son tiempos sombríos, pero nos alumbra la esperanza. Al decir de Monseñor Pedro Casaldáliga, nuestro obispo brasileño de la Teología de la Liberación: “El mundo está en invierno, pero huele a primavera”. Nos fuimos para quedarnos con Rosario en el corazón.
*José LEÓN UZCÁTEGUI, Venezuela
Medico-Psiquiatra, Doctor en Ciencias Sociales.
Equipo Coordinador de la Red Latinoamericana de Organizaciones y Movimientos Sociales por el Derecho a la Salud (RED LOMSODES)