Trabajadores del hospital neuropsiquiátrico “Colonia Montes de Oca”, denuncian el incumplimiento de la nueva Ley de Salud Mental y el retroceso a las prácticas del manicomio

El año pasado, la Dirección de Montes de Oca desplazó al equipo que tenía a su cargo las casas de externación, contempladas por la nueva ley de salud mental argentina – N° 26657. En varias oportunidades, sus integrantes cuestionaron la decisión e invitaron a las autoridades a un debate público, pero el avance de las autoridades sobre la autonomía y los alcances de este proyecto que se inició en septiembre de 2011, con la primera vivienda cogestionada abierta, hizo de este hospital emblema de la salud mental, un lugar con las “características de una escuela represiva disciplinadora”.

A fines del siglo XIX, e psiquiatra Domingo Cabred -un verdadero revolucionario-, promovía la rehabilitación de los enfermos mentales estimulándoles la mente y el alma a través de actividades laborales y recreativas. Hasta ese entonces, los tratamientos psiquiátricos consistían en fuertes medicaciones, palizas, duchas frías, sangrías, aislamiento e, incluso, reducción a la servidumbre como singular método de reubicación social.Como presidente de la Comisión Asesora de Asilos y Hospitales Regionales fomentó la creación de los psiquiátricos Open Door y Montes de Oca bajo el régimen de “asilo, escuela y colonia”. En ambos (a escasa distancia de diferencia), los internos recuperarían sus capacidades a través de tareas en agricultura, ganadería, horticultura, jardinería, lechería, cría de aves o de cerdos o albañilería, capaces de generar los recursos básicos para el autoabastecimiento de la colonia.

A partir de la nueva Ley de Salud Mental, las políticas públicas referidas al tema apuntan a la externación paulatina de los pacientes que, en muchos casos, llevan un encierro hasta de 50 años. En ese marco, aparecieron distintos dispositivos o casas de externación para lograr la vida de estos pacientes en la comunidad. En este caso, sus promotores –ahora desplazados- sostuvieron que se trataban de proyectos cogestionados con la Colonia Montes de Oca, ya que si bien los profesionales los aporta la institución, las casas son alquiladas y mantenidas económicamente en cuanto a sus servicios por los propios habitantes, a partir de subsidios y pensiones.

En 2014, a través del ingreso de Silvia Palamarchuk a la Dirección de Rehabilitación, que es el área que tiene a su cargo las casas de externación, y de nuevos integrantes al Equipo de Monitoreo y Enlace;  se ordenó el desplazamiento de los integrantes del grupo interdisciplinario que administraban y acompañaban a “las casas asociadas”, a pesar de los reclamos y el apoyo recibido de comerciantes y vecinos de la zona. Gladys Chutte, trabajadora de Montes de Oca desde hace 20 años que se desempeñó como coordinadora de la primera casa de externación y el primer centro de día que tuvo la Colonia, denunció la situación que interrumpió el proceso generado por los trabajadores para la adecuación a la nueva ley: » Pensamos en un acompañamiento diferente al del manicomio, porque quienes conocíamos las casas sostenidas por la institución sabíamos que las prácticas manicomiales se repiten, que vuelven, porque la cultura institucional está enraizada en cada uno de los trabajadores”.