JORGE YABKOWSKI y RICARDO SANTAMARÍA | NUEVAS FORMAS DE EXPLOTACIÓN CAPITALISTA Y SU IMPACTO EN SALUD – AGROTÓXICOS Y TRANSGÉNICOS


Mesa sobre el eje Nuevas Formas de Explotación Capitalista y su Impacto en Salud  «Agrotóxicos y Transgénicos» 

 

Jorge Yabkowski

 

Presidente de la Federación de Asociaciones Sindicales de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FeSProSa), Secretario de Salud Laboral de la CTA A., Co-fundador del Movimiento por el Derecho a la Salud en Argentina

 

La evidencia mundial científica sobre el daño de los agrotóxicos en la salud humana y en el ambiente es incontrastable

 

El fracking es una catástrofe sanitaria, los agrotóxicos son una catástrofe sanitaria, la megaminería y el envenenamiento de las aguas, son una catástrofe sanitaria. La Argentina tiene el récord mundial de uso de agrotóxicos por habitante.

Somos partícipes de esta lucha desde que los compañeros de la Asamblea de Famatina nos convocaron para participar en contra la instalación de los proyectos megamineros en la Argentina, que viene desde el comienzo de los años 2000. Y en el 2011 produjimos un documento antiextractivista donde fundamentamos como gremio la necesidad de implicarnos en la lucha de nuestros pueblos, de nuestros pacientes, de nuestros usuarios, contra el extractivismo porque veíamos que era un determinante fundamental en todo el arco andino, así como en toda la Gran Pampa, lo son la soja y otros cultivos transgénicos con agrotóxicos.

A partir de este pronunciamiento en 2011 avanzamos a instancias, en primer lugar, de nuestro gremio de la pampa húmeda; nuestro gremio de Santa Fe fue el primero que organizó, en 2012, una mesa en la que estuvo Andrés Carrasco, un investigador que rompió con el establishment científico de la Argentina y planteó el daño que está causando el glifosato en la salud de la población, que se implicó en la lucha de las Madres de Ituzaingó contra Monsanto y por la denuncia de la epidemia de cáncer en esa localidad cordobesa. Hoy nuestro colectivo lleva su nombre. Y ese investigador, Andrés Carrasco, también estuvo en esa primera actividad de nuestra FESPROSA (Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina) alrededor del 2012.

 

El drama de los agrotóxicos y el extractivismo

 

En el 2014 constituimos un colectivo plural que es parte del Movimiento por el Derecho a la Salud, el colectivo Andrés Carrasco, que tuvo como uno de sus ejes la campaña por la prohibición del glifosato en Argentina. Esta campaña tuvo alcance nacional, la trajimos acá a ALAMES al congreso de Asunción (Paraguay). En esa campaña logramos miles de firmas de la población, la llevamos a distintos eventos y junto con ellos y con otros colectivos presentamos denuncias ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y permanentemente planteamos dentro de nuestro gremio el debate de la unidad entre la batalla por las reivindicaciones, por la salud pública y la batalla antiextractivista. Y lo hacíamos sin tener ruidos; el posicionamiento político o distintos debates provocaban dentro de nuestra organización más ruido que la posición antiextractivista.

Cuando la Barrick produce ese brutal derrame de cianuro inmediatamente nuestros gremios de San Juan y Mendoza salieron, sin ninguna directiva nacional, en solidaridad y organizaron una caravana con agua y participamos en las denuncias, trabajamos con la Asamblea de Jáchal, apoyamos a la Asamblea de Famatina y participamos del Encuentro de Pueblos fumigados, participamos activamente del encuentro de Médicos de Pueblos Fumigados que auspiciamos y en general nuestro activismo y nuestra dirigencia comprendió e incorporó que este drama de los agrotóxicos y el extractivismo es parte de una agenda insoslayable que nos atraviesa todos los santos días. Viviana García ha hecho una presentación en colaboración con el Observatorio Petrolero Sur, sobre el fracking y hoy tenemos que decir que en Argentina, en toda la década pasada, década de gobierno ubicado en el progresismo, ha avanzado el fracking, ha avanzado la megaminería, de 60 proyectos pasamos a 600 y ahora voy a algunos números del avance de los agrotóxicos y los transgénicos en los últimos tiempos.

 

Uno de los temas que me parece que tenemos que reflexionar, por lo que nos planteaba ayer García Linera, si verdaderamente no estamos ante el fin del ciclo progresista, si verdaderamente tenemos una oportunidad en esta crisis compleja del capital, de que vuelvan gobiernos progresistas en algunos países, lo que tenemos que empezar a discutir es para qué van a volver, con qué programa van a volver y, en particular, tenemos un debate muy serio porque aún gobiernos que plantean con absoluta claridad el respeto a la Madre Tierra, como decía ayer el vicepresidente de Bolivia, «si yo no saco un poquito de soja y no me meto a sacar soja no tengo plata para los hospitales y la gente me reclama los hospitales y por eso nos metimos en el negocio de la soja, financiamos los insumos, son el 30% de las exportaciones de soja y obviamente con ello obtenemos una renta que la invertimos en políticas sociales», y dice «Los compañeros ambientalistas nos critican todo el tiempo y ese es un debate porque no lo podemos resolver.» Ese gesto que ayer Álvaro (García Linera) hacía Democracia/Revolución hasta dónde y también lo planteó en este punto, qué hacer con estos 3 mil millones de dólares que el complejo sojero Boliviano aporta a las arcas del presupuesto, que tenemos la discusión con el conjunto de los gobiernos progresistas.

 

El círculo histórico de genocidio entre Monsanto y Bayer

 

La evidencia mundial científica sobre el daño de los agrotóxicos en la salud humana y en el ambiente es incontrastable por más que Monsanto se disfrace de lo que se disfraza, el informe de la IARC (Agencia Internacional para la Investigación sobre Cáncer) de marzo de 2015 contiene elementos sobre el potencial cancerígeno del glifosato en particular, pero que se extiende al conjunto de los agrotóxicos, ya estaban en los estudios de Gilles-Eric Séralini, uno de los grandes investigadores, en 1995. Como ustedes saben, la anécdota por la cual Monsanto obtiene la patente para el glifosato en la Unión Europea en 1995, en la que presentó estudios de dos meses sobre los ratones. Y en el estudio que tenía Séralini, a los 24 meses, todos los ratones tenían tumores, todos. Y ese estudio fue desechado, ocultado y recién retomado con fuerza en el juicio de La Haya contra Monsanto.

La condena a Monsanto en el Tribunal de La Haya planteó claramente el carácter criminal de la empresa y, en general, el carácter criminal de los agrotóxicos como una catástrofe ecológica y sanitaria, un verdadero genocidio. Y no podemos entonces, cuando hablamos de genocidio, sino recordar no solo el origen de Monsanto y el gas naranja, sino el de su actual adquiridor que es Bayer. Ustedes saben que IG Farben, la empresa que controlaba Bayer en los tiempos de la 2a Guerra Mundial, fue la que a pedido de Eichmann y de la cúpula nazi fabricó el Ciclón 5, el gas de las cámaras de gas y que luego en los juicios Núremberg lo que hizo el gobierno alemán fue disolver IG Farben pero en realidad se recicló en Bayer, que hoy terminando el ciclo es la dueña de Monsanto. Es decir, lo que es «si es Bayer es bueno» completó ese círculo histórico de genocidio entre Monsanto y Bayer.

 

La Argentina: récord mundial de uso de agrotóxicos por habitante

 

El problema es que todos los gobiernos progresistas dieron un impulso brutal a los agrotóxicos. La Argentina, por ejemplo, en 2017 consumió, según la Cámara, 3.8 millones de toneladas de agrotóxicos, lo que constituye el récord mundial pasando los 10 litros por año y por habitante. El doble, aproximadamente, que Estados Unidos, para comparar volúmenes parecidos. Los grandes jugadores de la soja, ustedes saben, son EE UU, Brasil, Argentina y se une ahora, cuarto, Paraguay con la prácticamente sojización completa del suelo paraguayo como nos mostraban hoy los compañeros en su exposición en la mesa central.

Ninguno de nuestros gobiernos progresistas enfrentó a Monsanto ni a las multinacionales del negocio y no desarrolló ni formuló una política de sustitución posible del modelo. Porque el problema clave es que te dicen, y esto lo hemos charlado con el Ministro de Salud, entran 30 mil millones de dólares por el complejo sojero o 40 mil, no podemos hacer otra cosa; lo necesitamos, la economía Argentina se cae sin estas divisas. Pero nosotros le decimos con toda claridad que está absolutamente demostrado que la agroecología no pierde plata. En la transición a la agroecología, tenemos 1 millón 200 mil hectáreas agroecológicas en Argentina, que al lado de las 20 o 25 millones que tenemos con agrotóxicos es nada, pero demuestran en los balances económicos de las unidades productivas que aunque e rinde es un poco menor, el costo también es menor por el no consumo de agrotóxicos, que ya está en el 15% del costo total de la producción. ¿Por qué? Porque la curva de malezas que ha habido en los últimos 15 años es de la rama negra chiquita y ahora hay 100 malezas cada vez más resistentes, por tanto necesitan cada vez más glifosato y esto no para. No es que la curva se estancó y se hizo una meseta, la curva sigue subiendo y las malezas son cada vez peores. Por lo tanto el uso es cada vez mayor, entonces el costo es cada vez mayor. Nuestros ingenieros agroecológicos que están convenciendo a productores individuales, por ejemplo el que trabaja con nosotros, el compañero Raúl Cerdá, dice: tengo tantos productores que quieren abandonar los agrotóxicos que no doy a basto con el asesoramiento. Y no tenemos formados ingenieros agroecológicos porque todas las facultades de agronomía están cooptadas por Monsanto y por los agentes de Monsanto, igual que los ministerios de agricultura y todos los controles y el servicio nacional de sanidad, etc. El potencial de Monsanto es muy fuerte y lo vivimos en Paraguay, donde hicimos el encuentro en la facultad, estábamos con la planilla firmando y los chicos de 21 años de agronomía venían a discutirnos que Monsanto era agua bendita y que todo lo que decíamos contra los agrotóxicos no era cierto y venían a discutirnos a la mesa.

 

La transición a la agroecología es posible

 

Entonces, nosotros decimos la transición a la agroecología es posible, es económicamente posible, que lo que tenemos que dar son signos para caminar en una dirección. Por supuesto que esa transición es una transición de tiempo, hay que dar elementos tecnológicos, formar ingenieros, dar estímulos fiscales y obviamente sostener una política de mediano plazo. Más aún, los ingenieros agroecológicos no le dicen a los productores se acabó el glifosato, no, es una transición parcial. Pero el problema es que el poder del lobby es tan grande al interior del conjunto de las formaciones políticas que hoy tenemos que decir que el movimiento contra los agrotóxicos es un movimiento marginal. Todavía no tiene la potencia en los propios pueblos productores, es un movimiento contracultural y los productores lo miran de costado.

Los agrotóxicos son un problema urbano, no es un problema de campo. Nosotros tenemos muchísimos estudios de Damián Marino, nuestro excelente investigador de la ciudad de La Plata, sobre contaminación en todas las zonas urbanas con plaguicidas, pero también el famoso estudio que ustedes habrán conocido sobre contaminación con glifosato de tampones y toallas de uso higiénico, porque el 100% del algodón argentino es transgénico, por lo tanto el glifosato no desaparece y se lo lleva toda la producción y todo el proceso de la esterilización el glifosato lo resiste y llega con significación a la comercialización urbana.

Hay más glifosato en los cascos urbanos que en el campo

 

¿Cuáles son los ejes de una campaña contra el glifosato? Tenemos muchos grupos ambientalistas muy militantes, muy buenos en las comunas, que están planteando como eje de su trabajo el tema de las ordenanzas para que el glifosato y los agrotóxicos en general sean fumigados a tal cantidad de metros de las zonas urbanas y las escuelas. Por un lado eso no se cumple, pero por otro lado lo que se ha visto a través del estudio de las derivas es que hay más glifosato en los cascos urbanos que en el campo. El estudio de Monte Maiz donde el compañero Medardo Ávila Vázquez demostró que en la plaza central del pueblo había 5 veces más glifosato que en el campo, era porque el vientito de los depósitos y demás terminaba concentrando en los cascos urbanos y las derivas del glifosato son realmente muy importantes y están en el agua de lluvia. Y los últimos estudios de la Universidad Nacional de Córdoba demostraron incluso 5 veces más glifosato en agua de lluvia que los primitivos estudios en Monte Maíz. Por tanto el tema de la deriva inclusive en la epidemia de la mortalidad de las abejas, que es un tema también, tiene que ver con las derivas; por lo tanto no hay una solución con las restricciones, no hay una solución, hay que terminar con el modelo, en transición. Pero para terminar con el modelo hay que tener la decisión política de terminarlo y eso es lo que creo tenemos que construir.

 

Buen vivir es combatir los agrotóxicos

 

Por último, no hay política sanitaria hoy, no hay sistema único de salud, no hay política de salud colectiva que pueda desarrollarse sin la dimensión antiextractivista. El fracking es una catástrofe sanitaria, el agrotóxico es una catástrofe sanitaria, la megaminería y el envenenamiento de las aguas son una catástrofe sanitaria; si nosotros no incorporamos la dimensión antiextractivista inclusive en el discurso anticapitalista, porque el capitalismo de hoy, y sobre todo en nuestros países, es capitalismo extractivista; y no hay ninguna posibilidad en la política progresista real que no aborde seriamente esta presión. No se puede hablar de buen vivir con 10 litros de glifosato arriba de la cabeza de cada uno de los habitantes de nuestra república, buen vivir también es hoy combatir los agrotóxicos.

Nuestro Movimiento por el Derecho a la Salud, desde su creación nuestro colectivo Andrés Carrasco, nuestra Federación sindical ya lo ha incorporado a su ADN. Lo debatimos, lo volvimos a plantear, lo replanteamos permanentemente pero no tenemos retroceso. Sabemos que esta lucha es una lucha por la supervivencia de la especie humana como la conocemos ahora. Y creo que de acá de ALAMES y de todo el movimiento progresista tiene que salir un programa muy claro y sobre todo un programa de acción que permita no solo potenciar a los colectivos y unirlos en su dispersión sino también crear una agenda de alta incidencia política que resista la ofensiva neoliberal, que es brutalmente extractivista, y también incorpore la dimensión antiextractivista en todas las formaciones de izquierda y progresistas.

 

 

Ricardo Santamaría,

 

Actualmente es funcionario de la Dirección Nacional de Enfermedades no Transmisibles de El Salvador, es miembro de la RED LODSOMES ALAMES por el Movimiento de profesionales de la salud Salvador Allende

 

 

 

En El Salvador estamos enfrentando una epidemia emergente y catastrófica de enfermedad renal crónica

 

Hay seis veces más muertos por esta causa que en cualquier otra parte del mundo y mayoritariamente usan agrotóxicos. Los agricultores más afectados en Centroamérica son los cañeros y también los agricultores de arroz en Sri Lanka. ¿En qué se podría parecer un campesino de Sri Lanka y un campesino en El Salvador, ya que uno cultiva arroz y otro cultiva caña de azúcar? El glifosato. Para los mayores de 20 años en El Salvador, la enfermedad renal crónica no tradicional es la segunda causa de muerte entre los hombres y la tercera causa de muerte en las mujeres.

 

En El Salvador se crea el Instituto Nacional de la Salud y se hace una investigación en el año 2009 que deja al descubierto algo que los medios de derecha nunca habían dicho: en El Salvador en este instante estamos enfrentando una epidemia emergente y catastrófica como lo es la enfermedad renal crónica por el número creciente de casos, por el rezago en la atención, por los elevados costos de la enfermedad y porque el crecimiento de pacientes es superior al 9% cada año. El gasto se nos ha incrementado en un 14%. No hay sistema público en el mundo que logre soportar tal gasto en la enfermedad renal, ni siquiera un país industrializado.

 

Doble epidemia de enfermedad renal

 

La doble epidemia de enfermedad renal en el país es porque aparte de los enfermos renales que tenemos producto de la hipertensión arterial y la diabetes mellitus, ahora tenemos que más de un 48% de pacientes por enfermedad renal por causas no tradicionales. El riñón es el filtro de la sangre, casi medio litro de sangre pasa por el riñón a cada minuto. ¿Qué es lo que pasa cuando tenemos una enfermedad renal por causas no tradicionales? Esta enfermedad, a partir de los noventa, ha sido observada también en otras regiones del mundo como Asia y es un grave problema de salud pública, sobre todo en Sri Lanka.

Los agricultores mayormente afectados en Centroamérica principalmente son los cañeros y también los agricultores de arroz en Sri Lanka. ¿En qué se podría parece un campesino de Sri Lanka y un campesino en El Salvador, ya que uno cultiva arroz y otro cultiva caña de azúcar? El glifosato. Entonces se acuña el término nefritis intersticial crónica en las comunidades y ha sido visualizado también en otros países de Centroamérica. Lo que sucede en El Salvador es que a partir de la reforma de salud se invierte dinero en hacer investigación y entonces comenzamos a preguntarles a los agricultores para hacer su historia de vida, a medir el suelo, a medir el agua, a medir el ambiente y nos damos cuenta que esta enfermedad renal por causas no tradicionales constituye un importante problema, se ubica entre nuestras principales causas de muerte y su comportamiento clínico y epidemiológico tiene patrones diferentes a los que se han reportado en otros países.

 

Los más afectados son los que cultivan caña y algodón

 

La tasa internacional de muerte a causa de enfermedades renales es 10 por cada cien mil habitantes, en El Salvador tenemos en algunos lugares hasta 62 muertos por cada 100 mil habitantes, o sea que tenemos seis veces más muertos por esta causa que en cualquier otra parte del mundo. Esto es en las zonas donde se cultiva la caña y donde se cultiva el algodón. Con la información que tenemos de la carga de mortalidad en los hombres la primera causa de muerte siguen siendo las enfermedades cardiovasculares pero la segunda causa de muerte en mi país, para los hombres arriba de 20 años en adelante, es la enfermedad renal crónica y después el cáncer. En las mujeres tenemos las enfermedades cardiovasculares, en segundo lugar el cáncer y en tercer lugar aparece otra vez la enfermedad renal crónica. En otros países ni aparece entre las diez primeras causas de muerte. Y cuando analizamos las causas años perdidos de vida productiva, la enfermedad renal crónica es la principal causa entre los hombres y entre las mujeres el cáncer. El mayor índice de fallecidos ocurrió en el área rural.

Para que ustedes se den una idea: en el 2017 tuvimos 3828 muertos solamente de enfermedad renal. Esto no sucede solamente en El Salvador, también en Nicaragua que también está reportando e informando los casos. Cuando hacemos un estudio en comunidades agrícolas de 2388 pacientes estudiados, 976 hombres tenían algún grado de enfermedad renal, la prevalencia entre los hombres fue de 24%. Esto extrapolado a la población total de agricultores a los que se les entregó un paquete agrícola que son 460 mil, quiere decir que en este momento 110.400 agricultores tienen enfermedad renal en alguno de sus estadios, que no ha sido detectado. Cuando vamos a la población general esto disminuye al 12,6%, que es preocupante.

 

Hay daño renal porque usan agrotóxicos

 

Este problema se empieza a producir cuando se introducen ciertos agrotóxicos en el mercado Centroamericano y salvadoreño, más o menos entre los setenta y los ochenta del Siglo XX, cuando empieza a haber grandes cantidades de territorios que son fumigados para matar la hierba. En estudios que realizan en Sri Lanka han encontrado partículas de glifosato en el cordón umbilical, quiere decir que estos productos no solamente afectan al adulto sino que afectan ya al niño en el vientre materno. Hay daño renal porque usan agrotóxicos. Los reportes mundiales cada vez son mayores y una semana antes que viniéramos a este Congreso se conformó un grupo presidencial de trabajo con cuatro o cinco ministerio para tratar de dar soluciones al tema de la enfermedad renal.

A pesar de los datos que he presentado todavía existe un sub registro muy importante de casos por diagnosticar y reportar, si tuviéramos ese universo creo que no le quedaría otra cosa a la Ministra de Salud que declarar alerta sanitaria por esta emergencia porque sobrepasa cualquier otra epidemia que hayamos tenido en el país históricamente. El sistema de salud es incapaz hasta el momento. Con pena, con tristeza pero también con vergüenza podemos decir que nos ha desbordado la enfermedad y la epidemia. Hay pacientes que están varios días esperando que apenas le hagamos una diálisis peritoneal en la sala de una urgencia. Y por eso esta enfermedad debe ser abordada desde la determinación social y no es con otra cosa que las fuerzas populares que estén presionando, si no son los agricultores que se organizan, los sindicatos de trabajadores, si no son las madres de los niños que están siendo afectados, cuando el funcionario está sentado ahí, a veces cuesta llegar a ellos y por eso es muy importante que compañeros y compañeras nos unamos siempre para seguir luchando.

 

Para los que no conocen donde queda El Salvador, porque no han tenido el privilegio o la oportunidad de ir. Está en el istmo centroamericano, une al Norte con el Sur. Es un territorio bastante pequeño, tenemos aproximadamente 20 mil KM2 y una población de 6.5 millones de habitantes. Casi 2.5 millones están dispersos por el resto del mundo y 1.5 están allá en la tierra de Trump. Nuestra moneda ya hace un par de años es el dólar, porque fuimos el segundo país que dolarizó en América Latina, aunque hablamos el español y el presidente es un ex-comandante guerrillero de las Fuerzas Populares de Liberación, FPL, que estuvo peleando en la montaña por un El Salvador distinto.

 

El cacao: de bebida sagrada a monocultivo

 

Para que ustedes puedan comprender un poco lo que nos ha llevado a ciertas conclusiones en el país, quería hablarles un poco de cómo ha sido la agricultura en El Salvador. En el Popol Vuh, el libro sagrado de los Mayas es muy importante reconocer que en El Salvador los Pipiles tenían una bebida sagrada, una bebida que luego de la colonización, la explotación y la masacre colonialista, durante 300 años se explotó el cacao como una bebida de la mayor alta calidad. Recién hace 4 semanas tuvimos la oportunidad de estar con un geólogo y vulcanólogo norteamericano y él nos explicaba que tanto el café que produce El Salvador, como otros productos, tienen un sabor único por la cantidad de materia volcánica dispersa alrededor de todo el país. Estamos en el cinturón de fuego centroamericano, en zona de El Salvador hay cerca de 26 volcanes, 5 de ellos están activos, uno hizo erupción en el año 2013. Estábamos a cargo de esa zona sanitaria cuando el volcán Chaparrastique hizo erupción.

Y el cacao era tan preciado que era aprobado por el rey de España, que quería cacao de El Salvador específicamente. Y eso le producía divisas importantes, pero esas divisas se generaban a partir de la explotación y de la pobreza, por supuesto, de los pueblos indígenas.

 

El auge del añil

 

El cacao comienza a caer en decadencia porque había piratas que ya se sabían la ruta de cacao y se lo robaban. Y también fue sustituido por otras bebidas, entonces entra en auge el añil como un nuevo producto de exportación. De hecho hay algunos historiadores que apuntan que todos esos puntitos que están ahí son haciendas que cultivaban añil, en donde tenían estos obrajes y los indígenas también, bajo condiciones de explotación y esclavismo, trabajaban entre 14 y 16 horas para producir el añil, que logra que la tela blanca, el algodón, se vuelva azul.

Pero ahora también la tecnología logra que haya colorantes de origen químico y entonces el añil comienza a perder vigencia y es mucho más caro producirlo que comprarle a Alemania o cualquier país europeo los colorantes para poder tener telas de distintos colores.

 

El café, la explotación, la masacre de indígenas y la insurrección de 1932

 

No solamente el añil fue un producto importante, allá por el año 1846 un presidente introduce el café como una bebida que comienza a cultivarse y que fue muy bien apreciada por el mercado internacional. Esto hace que el producto de exportación ya no sea primero el cacao, monocultivo, luego el añil, monocultivo, ahora también el café que despoja a los indígenas de sus tierras ejidales o comunales. Eso fue un decreto constitucional por 1891, mediante el cual las tierras que no estaban siendo trabajadas, según el gobierno, iban a ser confiscadas a los dueños de las tierras para dárselas a los señores empresarios y amigos del presidente y a algunos colombianos como los Álvarez, para que puedan sembrar café.

Entonces no tiene nada de extraño el levantamiento de 1932 donde Feliciano Ama fue uno de los líderes de la insurrección campesina, en esos departamentos donde hubo una masacre de casi 30 mil indígenas por el dictador Maximiliano Hernández Martínez. Era donde estaban las fincas más grandes de café del país, donde se producía mucho dinero pero se administraba pobreza.

 

Algodón: agrotóxicos e insecticidas

 

Pero no se introduce solamente el café sino más adelante el cultivo del algodón. El cultivo del algodón necesita cierta temperatura para poder producirse, más o menos arriba de los 30 grados centígrados, entonces se siembra en el oriente del país que tiene esas características climatológicas. Esto es en las zonas costeras como los departamentos de Usulután, La Paz, San Miguel, La Unión y San Vicente.

Esto lleva un proceso, se prepara la tierra, se siembra y se tiene un control de plaga; al principio con métodos bastante rudimentarios y luego con la introducción poco a poco de los químicos y los insecticidas que permitió una explotación a mayor escala. Pero aunado con el tema del algodón, que también desciende grandemente por la introducción del poliéster y por otros productos que eran mucho más baratos que el algodón en sí, comienzan a cambiarse las zonas que estaban siendo cultivadas con algodón por la caña de azúcar. Es así como tenemos otro gran monocultivo en esos territorios que es la caña de azúcar.

 

Brutal explotación y guerra civil

 

Esto es importante porque podemos ir viendo lo que han ido administrado desde el país, los que han manejado el poder económico, prácticamente no han tenido nunca la más mínima idea de equilibrio, de la diversidad, sino más bien el único interés de producir intensivamente para obtener ganancias y que estas incluso no sean nunca repartidas.

Esta es una fotografía de unos salvadoreños allá por 1932, en donde teníamos el auge del café que llegó a costar casi 300 dólares el gramo en oro de algunas fincas, y a un cortador de café le pagaban un dólar pero el producía 300 dólares a su patrón. O sea que el porcentaje de explotación era de 300 veces sobre lo que él producía. Esto generó por supuesto una explosión social en el país, una explosión social que lleva en definitiva a la necesidad de exigir un cambio y tenemos en el país la guerra civil.

En los años 70 se juntan las fuerzas revolucionarias, el Ejército Revolucionario del Pueblo, el Partido Centroamericano de Trabajadores, el Partido Comunista, las Fuerzas Populares de Liberación, la Resistencia Nacional y conforman, el 10 de octubre del 80, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Los 5 comandantes distribuidos en el territorio nacional para poder tomar el poder al igual que como lo hizo Daniel Ortega y los sandinistas en Nicaragua. Pero no hay guerra que dure 100 años ni cuerpo lo resista, entonces se firman unos acuerdos de paz, por supuesto este acuerdo tiene que ver con los cambios que había en el mundo.

 

Monseñor Romero y la luchas por los derechos humanos

 

La fotografía de una monja besando a nuestro beato, ahora santificado por el Vaticano, monseñor Óscar Arnulfo Romero que fue un sacerdote que denunció permanentemente el abuso de poder de las autoridades y el atropello a los derechos humanos. Fue asesinado mientras estaba auspiciando una misa. Todavía no hay ningún preso por su asesinato ni ningún juicio, a pesar de que el Vaticano lo ha declarado santo por odio a la fe, en donde ha sido muy claro en decir que incluso el mismo clero salvadoreño de enemigo de la fe al desvirtuar y atacar a Monseñor.

 

Ahora una fotografía ya de la ceremonia de hace un par de días donde ya se proclama como San Romero de América.

Pero después de esto que pensábamos que podía ser un punto de quiebre importante un parteaguas para profundizar los derechos humanos. Ustedes ven ahí abajo la firma del acuerdo de paz en donde nuestro agradecimiento siempre al pueblo mexicano, porque el pueblo mexicano fue capaz de reconocer al FMLN, no como un grupo subversivo sino como una fuerza beligerante que necesitaba tener reconocimiento nacional e internacional, asimismo lo hizo el gobierno francés. Y es por eso que en Chapultepec se firman los Acuerdos de Paz, en donde uno de los representantes del Frente Farabundo Martí, es el actual presidente de la nación, el comandante Leonel Sánchez Cerén. Pero pensábamos que podíamos pasar a una construcción de un país más justo y más equitativo. Los acuerdos fueron muy claros: justicia, reconciliación, vamos a tratar de resarcir los daños. Pero tuvimos 20 años de profundización neoliberal en donde gana el partido conservador Alianza Republicana Nacionalista y lo que hace es que privatiza lo que pudo privatizar en 20 años, nos dolariza, privatiza las pensiones, tuvo una intentona muy fuerte de privatizar el sistema de salud pero salimos a las calles. Yo estaba en tercero o cuarto año de la Facultad de Medicina cuando salimos a la calle a defender el derecho humano a la salud. Pero también, ayer lo decía García Linera, esas oleadas que van avanzando pareciera ser que las olas se tardan mucho en llegar.

 

El Frente Farabundo Martí y la reforma de salud

 

En el año 2009 tuvimos la primera victoria del Frente Farabundo Martí, de una fuerza de izquierda, después de más de 500 años de dominio ultraconservador derechista. Y entonces se construye una reforma de salud fruto de un debate intenso donde movimientos sociales, instancias gremiales, instancias académicas, población en general, y para nosotros es muy importante y un orgullo que este legado al pueblo salvadoreño haya sido construido con el liderazgo de María Isabel Rodríguez, fundadora de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social (ALAMES).

Ella es electa Ministra de Salud de El Salvador y comienza toda una serie de apuestas políticas y decisiones a fin de garantizar el derecho humano a la salud a las personas que no lo tenían desde siempre. Ahora bien, cuando ya tenemos en nuestras manos el poder muchas veces es bien complicado, porque no es lo mismo estar afuera de la Asamblea, como médico, estudiante, gritándole a los diputados de derecha que tienen que ser más eficientes y es muy diferente ser el gerente de una región de salud o un departamento.

 

Roque Dalton García poeta revolucionario

 

Me despido con un poema de Roque Dalton García, un compañero revolucionario, poeta, que fue asesinado por sus mismos compañeros porque lo acusaron de ser un agente secreto de la CIA. El que lo acusó y el que dio la orden del asesinato ha trabajado para tu presidente en cosas contrainsurgentes, ha trabajado también para el presidente de México en el tema de narcotráfico, es Joaquín Villalobos, que es un traidor. Roque Dalton García dice:

Yo, como tú, amo el amor, la vida, el dulce encanto de las cosas, el paisaje celeste de los días de enero. También mi sangre bulle y río por los ojos que han conocido el brote de las lágrimas.

Creo que el mundo es bello, que la poesía es como el pan, de todos. Y que mis venas no terminan en mí sino en la sangre unánime de los que luchan por la vida, el amor, las cosas, el paisaje y el pan, la poesía de todos.

 

ALGUNAS INTERVENCIONES Y REFLEXIONES FINALES

 

Cecilia Fernández Lisso, Argentina

 

Desde hace mucho tiempo estudio la problemática de los agrotóxicos, una problemática abordada en todo el mundo porque los agrotóxicos son algo que se utiliza para la producción masiva y para ganar dinero por el capitalismo en todo el mundo, y está estudiado. Hay un montón de indicadores en los diferentes lugares de cómo ese veneno afecta la salud de las personas y sin embargo en América Latina, donde el agrotóxico llega mucho tiempo después, hace 20 años que estamos estudiando cuáles son las epidemias y las problemáticas de salud que el agrotóxico genera sobre los cuerpos, los territorios, el agua, el aire… Y lo tenemos que llevar a dato duro y a estadística, pero al campo popular no solo le lleva un montón de tiempo eso porque no hay recursos económicos, sino que las empresas continúan dando papeles que les permiten seguir avanzando con sus propósitos económicos; y el campo popular sigue queriendo «comprobar científicamente» con «datos duros» -dos frasecitas que ya me tienen harta-, que las políticas del modelo mega productivo nos matan, que los agrotóxicos nos mandan, que la megaminería a cielo abierto genera unas catástrofes tremendas; otro extractivismo que no estuvo nombrado son las mega represas para la mega industria hidroeléctrica… Todas situaciones que provocan una infinidad de trastornos mortales en muchos de los ciclos vitales, que ya están comprobados en muchas partes del mundo: en África, en Europa, incluso en Estados Unidos. Paraguay tiene un montón de estudios, Brasil tiene un montón de estudios, Argentina tiene un montón de estudios… En el juicio de la Haya contra Monsanto se presentaron una infinidad de estudios.

Entonces, yo lo que me pregunto es, desde el campo popular militante y conocedor, porque estamos en contacto con la realidad misma, con la muerte misma, con la enfermedad misma… Por qué tenemos la necesidad de seguir preguntándonos en estos ámbitos ¿Dónde presentamos el próximo papel? ¿Cómo construimos la próxima encuesta para saber cuánta gente se muere en los próximos 10 años, mientras nos fumigaron 10 años más…?

Me parece que desde la academia y desde los lugares de militancia, especialmente en contacto con los espacios de acción… Por ejemplo, cuando yo me introduzco al tema de los agrotóxicos lo hago a través de Jorge Rulli, que fue una persona absolutamente desechada por el campo de la política Argentina, y Rulli era un tipo que decía hace muchos años todo lo que se está diciendo ahora, incluso acá. Un tipo que fue a tocar las puertas casa por casa en Corrientes, Entre Ríos, Santiago del Estero… antes de que aparezca el primer informe de pueblos fumigados, antes de que aparezca el primer informe de médico de pueblos fumigados, que dio cuenta del primer juicio latinoamericano contra las fumigadoras por parte de las Madres de Barrio Ituzaingo Anexo en Córdoba. Tardaron 20 años en hacer ese juicio, 20 años tardaron en juntar los papelitos que les permitieron meter a una empresa fumigadora un cargo

– A un tipo de una empresa (agraga Gonzalo Moyano, Argentina)

A un tipo! Es una cosa tremenda! y todo ese circuito se reduce a un documento. Tenemos un documento, que una fumigadora… No nos sirve para combatir al monstruo mutante de dos millones de cabezas, que lo nombran de unas formas brillantes los pensadores, los escritores y los políticos, pero que no nos alcanza para transformar esa realidad.

Digo, estos espacios y los espacios académicos, y los conocimientos del mismo campo de acción deberían servirnos para generar nuevas herramientas de combate, las herramientas estadísticas y los datos duros no nos están sirviendo porque nos llevan siglos de ventaja, ahí tienen ellos el poder y nosotros estamos atrás demostrando que se nos murieron 14000 más. O repensamos las herramientas de combate o vamos a seguir atrás del imperio… pongámosle el nombre que sea.

 

 

Mario Hernández, Colombia

 

La conciencia de que estamos en una lucha que en Colombia llamamos tigre con burro amarrado, porque lo que estamos viviendo es una cosa muy dramática; esa reconfiguración del capitalismo se ha atado cabos de muchas maneras a través de esta cosa del conocimiento y las patentes; esas relaciones son globales con una potencia enorme y una división del trabajo que hace que efectivamente sea en estas zonas del sur, de todo el sur global, en dónde estamos reprimarizando con la lógica ya nueva de la protección de la propiedad intelectual y eso es lo que ata Monsanto con Bayer y con los medicamentos y con otros insumos para las diálisis, por ejemplo, que precisamente permiten hacer todo el consumo y la búsqueda de más servicios de salud a través de la salud como un derecho universal… Entonces estamos en un problema, porque de alguna manera reproducimos el asunto; hacemos parte del círculo de acumulación sin darnos cuenta. Y eso es una reflexión muy profunda, creo que no es un problema de si a ALAMES o no ALAMES, sino como un movimiento que está dándose cuenta de esta situación. Entonces tenemos que primero ser conscientes de esas relaciones y segundo buscar estrategias más potentes, estrategias que implican necesariamente articulaciones mucho más allá de nuestros campos: de nuestros campos de trabajo, de nuestros campos de pensamiento y de acción; y en eso estamos muy cortos, yo creo que precisamente este congreso en particular de ALAMES ha sido muchas veces más fuerte en autocrítica, en donde se vienen cosas que están interpelando completamente como corriente de pensamiento, y que necesitamos generar unas nuevas estrategias. No hay manera de entender la salud y bueno creo que estamos por lo menos aplicando un proceso que es muy difícil. Yo soy menos optimista que García Linera en el sentido de si estamos en la incertidumbre, sí, hay una ventanita de oportunidades y cada vez se puede aprovechar de cierta manera, pero si la correlación de fuerzas hace que todos nuestros movimientos progresistas no tengan otra opción, eso está mal, es decir, no por ellos, no por los líderes siquiera, sino porque no logra ser una masa crítica suficiente para transformar el gobierno y las cosas en un sentido político distinto; y ahí estamos en problemas, pero bueno, también para estimular que organicemos de otra manera y trabajemos de otra manera para superar semejante monstruo de mil cabezas como dice la compañera.

 

 

Maritza Martínez, República Dominicana

Yo agradezco la reflexión de esta tarde, y los últimos dos comentarios me ayudan a ser más breve en el sentido de cómo estamos, para ver eso que es una situación que puede estar más lejos de lo que nosotros estamos viendo. En este momento nosotros tenemos, por nuestras últimas encuestas, diabetes e hipertensión arterial en un 10% de la población general, y te lleva a que tengas un ciclo biológico donde comienzan todas las intervenciones; hay que tratar temprano al diabético y al hipertenso para no llegar a los costos que tienen que ver, por ejemplo, con una diálisis.

Sin embargo hoy mirando esta presentación lo hemos visto, el lugar de dónde vienen los que tienen hipertensión, diabetes, los que están en diálisis hoy y los posibles… Comentábamos con mi compañera, nosotros tenemos que fumigar permanentemente arroz, café, cacao, caña de azúcar, y tenemos por el otro lado que el enfoque está siendo sumamente biologista. A nosotros nos abre ese interés porque la lucha con los agrotóxicos y con las infecciones la estamos teniendo desde la contaminación del agua, es una mirada nueva, distinta, con otros paradigmas. Estamos teniendo unas marchas permanentes, porque una zona donde está extrayendo la Barrick Gold hoy tiene los ríos rojos, no se puede usar el agua, pero nos estamos quedando en la parte fenomenológica. Entonces esta es como una mirada, un alerta ¿Qué está pasando con los ambientalistas? Nosotros estamos  sumados como ALAMES a todos estos movimientos, sin embargo estamos con la miopía de un paradigma sumamente biologista.

Entonces, gracias por esta posibilidad de que comencemos a apoyarnos en otras personas que han ido más lejos porque uno ve el estado de situaciones y las inferencias; entonces cómo puede la academia junto con estos movimientos, que son movimientos que no van a producir el dato ni las evidencias, porque no les corresponde, cómo nosotros si podríamos tratar de ver como montamos esas evidencias que permitirían otro tipo de lucha?

 

REFLEXIONES FINALES DE LOS PANELISTAS

 

JORGE YABKOWSKI

 

Por supuesto en Argentina tenemos un grave problema en el hoy desaparecido Ministerio de salud, el Ministerio de salud no sabe cuántos médicos hay en la Argentina. El problema estadístico con el cuento de que las provincias son autónomas es gravísimo, pero en el caso particular de los agrotóxicos todo lo que es Instituto Nacional del cáncer, Registro Nacional epidemiológicos… manipularon y manipulan las cifras para ocultar la realidad. El gobierno de Córdoba por ejemplo se negaba a dar los datos regionales de las investigaciones que hace Edgardo María Vázquez en Monte maíz y en las zonas sojeras. Hacia la mezcla del conjunto, una ensalada para diluir el impacto epidemiológico del aumento del cáncer o las otras patologías, que porque los campamentos sanitarios que organiza la Universidad Nacional demostraron también qué hay disfunción endocrina, que hay tasa de abortos prematuros y otras; es un conjunto de patologías la de los agrotóxicos. Me parece que ahí hay un problema político, hay un problema de lucha popular porque nosotros no necesitamos más diagnósticos en el sentido, a ver, la Organización Mundial de la Salud y el IAR, que después lo confirman en el simposio de Lyon, tenemos evidencia de la superestructura suficiente hoy como para decir – Hay que prohibir; lo que no tenemos es correlación de fuerzas políticas, ese es el tema.

Lo cual no quiere decir que la epidemiología, sobre todo la epidemiología popular, no siga brindando nuevos elementos cada vez de refuerzo como para la construcción de un nuevo consenso y de un nuevo sentido común, porque la epidemiología popular no sólo confirma lo que ya sabemos sino también organiza, eso creo que también es muy importante. Nosotros, y respondiéndote, obviamente en nuestra conducción, en nuestros dirigentes en la FESPROSA tenemos esto, no quiere decir que toda nuestra base comparta y este compenetrada; por ejemplo, hacemos un encuentro impresionante con 800 activistas de todos los pueblos en San Andrés de Giles, y sólo uno de estos activistas de San Andrés de Giles nos acompaña ese día, los no vinieron. Es un debate permanente en nuestras bases y va a seguir porque el modelo médico hegemónico, el negativismo o el negacionismo mejor dicho, está; pero esa es la batalla que tenemos que dar. Así que lo que me parece que nosotros tenemos que pensar como análisis y como conjunto del colectivo progresista es tener consignas políticas claras, no puede haber ambigüedad, la prohibición de los agrotóxicos es una bandera nacional e internacional y tenemos que ver cómo construimos la correlación de fuerzas, como convencemos a los amigos y también como damos nuevos horizontes, porque no hay prohibición sin horizonte agroecológico. Entonces ese es el complejo ideológico progresista con quienes gobiernan, con quienes quieren gobernar y con los movimientos populares, los trabajadores, yo creo que ese es el único camino, llegaremos o no llegaremos no sé, pero hay que darle.

 

RICARDO SANTAMARIA

 

En el año 2014 antes que tomara la presidencia el profesor Salvador Sánchez Cerén, teníamos primer presidente de izquierda del Salvador Mauricio Funes, era exiliado de Nicaragua porque estaba siendo buscado con otro presidente por actos de corrupción. Nosotros propusimos y elaboramos una ley para prohibición de agrotóxicos, fue presentada ante el congreso y el congreso la aprobó, ¿Y saben quién la vetó? El presidente Mauricio Funes de izquierda del FML. No sabemos qué pasó entre el congreso y la casa presidencial. Un gobierno progresista no te asegura los cambios, son personas, son personas que con una llamada internacional perfectamente pueden cambiar de opinión. Ahora, si nosotros queremos que se aprueben leyes que prohíban, Entonces ya sabemos Dónde tenemos que tener compañeros: en la Corte Suprema de Justicia. Lo que pasa es que nosotros también nos quedamos en el campo, decimos que no pero sí ¿Cuántos abogados hay aquí? Quiero que levanten su mano compañeros, abogados o abogadas, expertos en leyes ¿Cuántos economistas hay aquí? Ahí está la respuesta compañeros, porque nosotros estamos hablando siempre entre convencidos. A dónde tenemos nosotros que hablar es a la compañera que ayer presentó un programa a través del cual puede llevar con gente de algunos barrios, el tema de hipertensión. tenemos que incluir a otras disciplinas, porque si no, hombre ¿Por qué necesitamos tener evidencia? porque en los congresos médicos hay 8 médicos que están diciendo lo que quiere decir la Monsanto, la Novarti, la Sanofi… y vos tenés que decirle y pelearte con ellos en el congreso, y decirles esta es la evidencia con un salvadoreño, vos estás presentando el estudio de otro país pero esto es lo que pasa en El Salvador ¿Quiénes fueron los primeros que se fueron a la calle cuando dijimos que se iba a aprobar la ley de agrotóxicos? el Foro de campesinos, se fueron a la calle diciendo que iba a haber hambruna en El Salvador porque íbamos a prohibir los agrotóxicos ¿Quiénes eran ellos? los campesinos organizados ¿por qué? porque no tuvimos tiempo de ir de pueblo en pueblo y de campesino en campesino explicándoles que la agroecología es la respuesta y que se produce más, que se produce mejor y que no se van a enfermar. Por eso el trabajo es difícil, porque hay que salirse de la oficina, hay que salirse de la universidad y hay que ir a mojarse los zapatos y enlodárselos. Yo creo que el debate siempre va a estar sobre la mesa, yo soy funcionario público, trabajo en la Dirección Nacional de Enfermedades No Transmisibles y estamos tratando de ver cómo le hacemos. No nos alcanzan los insumos, no nos alcanzan las hemodiálisis, no nos alcanzan los dialízales, la gente se nos muere todos los días y eso es algo que enfrentamos, y eso es algo que la derecha nos tira en la cara para decirnos que por eso vamos a perder el otro año, y vamos a perder. ¿Qué va a pasar cuando la derecha llegué al poder entonces? tiene mayoría en el congreso, la Corte Suprema de Justicia de su lado y ahora sólo falta el Ejecutivo. Eso es lo que habría que preguntarse con los enfermos renales para el próximo año en El Salvador, que eso es lo que tenemos, aquí tenemos al compañero de la Coordinadora del Bajo Lempa, que es de las comunidades que han sido afectadas por esta enfermedad, también es agricultor como cualquier otro compañero que ha estado en el territorio. Nuestra mayor preocupación es cómo nos organizamos los médicos, los campesinos, para exigir; y ustedes nos han enseñado, al menos en Argentina, que aunque el dictador ofrezca palo los compañeros siempre salen porque los ideales se defienden no importa dónde sea.

Así que muchas gracias por su atención prestada y en definitiva nos llevamos también el mensaje de buscar esas formas creativas.

Cierro con esto, en Guatemala un investigador descubrió como le podría meter la vitamina A al azúcar hace un par de años. El investigador se reunió con cada fracción del congreso, les explicó químicamente, el costo, cuántos niños ciegos a día, cuántas personas «no sé qué» y el congreso no le aprobó nada. Entonces él busco una forma creativa, no sé si fue la mejor, él se fue a la escuela de ciegos y llevó cerca de 60 niños ciegos al congreso y los 60 niños ciegos comenzaron a caminar enfrente de los congresistas, no hubo un sólo congresistas que negara fortificar el azúcar con vitamina A y disminuyera a 0% la ceguera por falta de vitamina A en población indígena en Guatemala. Lo que pasa es que hay que repensarlo yo estoy totalmente de acuerdo y estas oleadas que vienen, bueno, hay que estar preparándose, nosotros decíamos que cuando venía la ofensiva estábamos en resistencia, pero no resistir por aguantar, nos resistíamos, nos formábamos y nos preparábamos para avanzar porque no hay otra forma, Muchas gracias.

 

Cecilia Fernández Lisso, Producción de Contenidos y Comunicación, Rubén Fernández Producción periodística | IDEP Salud ATE Argentina en Movimiento por el Derecho a la Salud en Argentina

 

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