Durante estos 22 meses el Sistema Público de Salud profundizó su retroceso y continuó siendo una variable de ajuste.
La gestión de Lemus comenzó con la baja de centenares de trabajadores de diversos programas como el de Salud Sexual y Reproductiva y Materno Infantil que derivaron en serios atrasos en la provisión de insumos y medicamentos durante el año 2016.
Respecto de las responsabilidades directas del Ministerio de Salud nacional en la gestión de los hospitales nacionales Garrahan y Posadas, Lemus no hizo más que trabajar en planes de ajuste: hubo 700 despidos en el Hospital Posadas y
una continuidad en la precarización laboral, donde está en esa condición el 80 por ciento de los profesionales. En los últimos meses se vivió una ofensiva sobre el derecho de los enfermeros del turno noche, a quienes les aumentaron de manera unilateral el horario de trabajo de 10 a 12 horas, acompañada esta arbitrariedad con persecución a los delegados. Esto se llevó adelante junto a una militarización del hospital, con presencia permanente de policía y gendarmería.
En cuanto al Hospital Garrahan, continuó la política contra la libertad sindical al no reconocer las autoridades a la FESPROSA local, el gremio más representativo, con su exclusión de la negociación paritaria, la negativa de la entrega de un espacio físico para la actividad gremial y a otorgar el código de descuento de la cuota sindical.
La situación en ambos hospitales fue denunciada por FESPROSA ante la Organización Internacional del Trabajo y fue motivo de la reunión que la Federación mantuvo en Ginebra hoy, 1/11, con la Dra. Karen Curtis, Directora de Normas del trabajo y Libertad Sindical de la OIT.
El plan del entonces ministro incluyó en agosto de 2016 el lanzamiento a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia, sin debate social ni parlamentario, de la denominada Cobertura Universal de Salud (CUS).
Esta no es más, en su idea original, que la profundización de los planes focales implementados desde los años ’90 en adelante.
A 15 meses de su lanzamiento, la CUS no es más que propaganda sin presupuesto, y escasa instrumentación. Desde FESPROSA nos opusimos y oponemos a su implementación y desarrollo ya que pone en peligro la accesibilidad universal a la atención en la salud pública. En tanto, los hospitales públicos dependientes de la Nación, las provincias y municipios siguen languideciendo con bajos presupuestos y malas condiciones laborales para los trabajadores de la salud.
El ahora ex ministro Lemus tampoco respondió a los reclamos de una negociación colectiva que fije un piso de derechos para los profesionales y trabajadores de la salud de todo el país; tampoco a los reclamos por el 82 por ciento móvil ni a la creación de una paritaria nacional de salud.
En definitiva, la de Lemus fue una gestión de ajuste y precarización, sin impactos positivos en la mejora de los índices sanitarios.
La asunción del vice ministro Adolfo Rubinstein podría hacer suponer, en principio, la continuidad del rumbo que Lemus llevó adelante. Más allá de los funcionarios, FESPROSA brega por un cambio en las políticas.
Sin perjuicio de ello, la FESPROSA solicitará una entrevista urgente con las nuevas autoridades para exponer su agenda y sus propuestas, exigiendo un debate amplio y democrático sobre la reforma del sistema de salud y fortalecimiento del sector público que necesita la Argentina.
La FESPROSA seguirá rechazando a la CUS como una política que no contempla los derechos universales de la población y continuará con su reclamo de libertad sindical, derecho a la negociación colectiva y desprecarización laboral para el Posadas y los ocho mil trabajadores del plan de médicos comunitarios.