5 de Junio | Día mundial del Medio Ambiente: las deudas pendientes


Reflexiones sobre el modelo de extractivismo que profundiza el saqueo de los recursos naturales y la destrucción de la biodiversidad.

La fecha fue establecida por la Asamblea General de Naciones Unidas, en su Resolución 2994 (XXVII) del 15 de diciembre de 1972 con la que se dio inicio a la Conferencia de Estocolmo (Suecia), cuyo tema central fue el Medio Humano.

El Día Mundial del Medio Ambiente es uno de los principales vehículos que las Naciones Unidas utilizan para fomentar la sensibilización mundial sobre el medio ambiente y promover la atención y acción política al respecto.

Los objetivos son «darle una cara humana a los temas ambientales, motivar que las personas se conviertan en agentes activos del desarrollo sostenible y equitativo, promover el papel fundamental de las comunidades en el cambio de actitud hacia temas ambientales, y fomentar la cooperación, la cual garantizará que todas las naciones y personas disfruten de un futuro más prospero y seguro».

Decenas de miles de actos se desarrollan hoy en todo el mundo como celebración del Día Mundial del Medio Ambiente. El lema de este año es «Piensa. Aliméntate. Ahorra», con el objetivo de extender la idea real de que en el mundo, cada día, se tiran a la basura 1,3 billones de toneladas de comida.

En nuestro país, hay una mirada crítica sobre el medio ambiente. La socióloga Maristella Svampa dijo que se impone un modelo de extractivismo que arrasa con los recursos naturales. Lo llama como «Consenso de los Commodities (CC)», basado en la exportación de bienes primarios a gran escala, entre ellos, hidrocarburos (gas y petróleo), metales y minerales (cobre, oro, plata, estaño, bauxita, zinc, entre otros), productos alimenticios (maíz, soja y trigo)y biocombustibles.

«Desde el punto de vista social -explicó-, el CC conlleva la profundización de la dinámica de desposesión esto es, el despojo y la concentración de tierras, recursos y territorios, que tienen a las grandes corporaciones, en una alianza multiescalar con los diferentes gobiernos, como actores principales. No es casual que la literatura crítica de América Latina considere que estos procesos apuntan a la consolidación de un estilo de desarrollo neoextractivista, el cual suele ser definido como aquel patrón de acumulación basado en la sobre-explotación de recursos naturales, en gran parte no renovables, así como en la expansión de las fronteras del capital hacia territorios antes considerados como improductivos».

Según Svampa, el «neoextractivismo desarrollista» instala una dinámica vertical que irrumpe en los territorios, y a su paso va desestructurando economías regionales, destruyendo biodiversidad y profundizando de modo peligroso el proceso de acaparamiento de tierras, expulsando o desplazando comunidades rurales, campesinas o indígenas, y violentando procesos de decisión ciudadana. «La megaminería a cielo abierto, la expansión de la frontera petrolera y energética (que incluye también la explotación de gas no convencional o shale gas, con la tan cuestionada metodología de la fractura hidráulica o fracking), la construcción de grandes represas hidroeléctricas, la expansión de la frontera pesquera y forestal, en fin, la generalización del modelo de agronegocios (soja y biocombustibles), constituyen sus figuras emblemáticas», reflexionó.

Por otra parte, un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) advierte que América Latina produce sólo el 11 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, pero es considerada especialmente vulnerable a los impactos del cambio climático debido a su ubicación geográfica y su dependencia de los recursos naturales. El colapso del bioma de coral en el Caribe, la desaparición de algunos glaciares en los Andes y cierto grado de destrucción en la cuenca del Amazonas son algunos de los principales daños por el cambio climático señalados en el informe.

Volviendo a la Argentina, la única fiscalía ambiental del país afirmó que en los últimos dos años crecieron considerablemente las denuncias por contaminación y relevó, en un informe dado a conocer la última semana, que la mitad de sus acciones penales están vinculadas a la cuenca del río Matanza-Riachuelo.

La Unidad Fiscal de Investigaciones en Materia Ambiental (Ufima) fue creada en 2006 para investigar presuntos delitos penales vinculados con casos de contaminación ambiental, mediante un convenio firmado entre la Procuración General de la Nación y la secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable.

El informe que dio a conocer la Ufima revela que la problemática de la cuenca de los ríos Matanza y Riachuelo concentra la mayoría de las denuncias medioambientales. Según informó la fiscalía, el punto de mayor intervención es el que refiere a la violación de la Ley 24.051, que pena a las empresas cuyas actividades industriales no tratan correctamente los residuos peligrosos. Luego, en menor medida, existen investigaciones por la infracción a la Ley de fauna y por el contrabando de especies no permitidas, sobre todo de madera.

Por último,  la Asamblea Ambiental Gualeguaychú conmemorará con un acto el Día Mundial del Medio Ambiente, establecido por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1972. Será a partir de las 20.30, frente a Casa de la Cultura.

Se leerán palabras alusivas a la conmemoración y a la trayectoria que tiene la asamblea en la lucha por un medio ambiente con menos contaminación. “Será sencillo, se entonará el Himno Nacional Argentino y se leerá una proclama”, informó Juan Veronesi, miembro de la asamblea.  Además, la actividad busca “recordar que debemos tomar conciencia, más que nunca, de la defensa del medio ambiente en Gualeguaychú”, porque “estamos muy empeñados en cuidar el Río Uruguay y el aire de esta zona de la contaminación que produce Botnia-UPM”, manifestó Veronesi.

Fuente: Agencia Popular de Noticias

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