Hace 10 años, la CPM creó el Comité contra la Tortura como sistema de monitoreo de lugares de encierro en la provincia de Buenos Aires. Este libro es una contribución a la puesta en marcha de los mecanismos de prevención y lucha contra la tortura en todo el país.
Este manual de monitoreo es el resultado de un riguroso trabajo de campo llevado a cabo por el equipo del Comité contra la Tortura de la CPM. Su presencia regular y sistemática en los lugares de encierro, la permanencia durante muchas horas, las entrevistas personalizadas, los registros y el procesamiento de datos dan cuenta de un trabajo colectivo que permite visibilizar lo peor del sistema a la vez que incidir en las políticas públicas.
Desde esta propuesta se considera que “para trabajar con este manual es necesario partir de la premisa de que en los espacios de encierro se genera sobre las personas detenidas un estado de extrema vulnerabilidad, a la vez que se obtura la posibilidad de desarrollar estrategias de contención e impide la evasión de la violencia estatal, desplegada bajo la forma de prácticas aberrantes que van desde la aplicación directa de torturas hasta la sobrevivencia cotidiana en las condiciones más indignas. Esta situación se ve agravada en todo su desarrollo por cuanto la palabra de las personas detenidas es siempre silenciada y desestimada, despojándola de todo su valor.”
La publicación se enmarca en el proyecto financiado por la Unión Europea “Hacia la visibilización y prevención de la tortura: una asignatura pendiente y acuciante de la democracia argentina”, cuyo objetivo general es fortalecer los sistemas de prevención y sanción de la tortura en Argentina a fin de avanzar en el cumplimiento de las obligaciones internacionales asumidas por el país en la Convención contra la Tortura y su Protocolo Facultativo.
En el año 2002 la CPM crea el Comité contra la Tortura con el objetivo de monitorear lugares de detención, y prevenir y denunciar violaciones a los derechos humanos de las personas privadas de su libertad en cárceles, comisarías, institutos de menores, neuropsiquiátricos u otros establecimientos donde se alojen personas contra su voluntad. Este trabajo cumple con los principios establecidos en el Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura de Naciones Unidas para el control y monitoreo de lugares de encierro. Por su diseño institucional, reúne los requisitos de autonomía funcional y financiera que exige dicho tratado internacional.
Fuente: Comisión Provincial por la Memoria