“La temática de la salud no está en la agenda del Estado”
Tras ser distinguido por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires como Personalidad Destacada de la Ciencia, el Dr. Mario Testa, autor de una extensa obra en el campo de la Medicina Social y el Sanitarismo, accedió a una entrevista para Atesociosanitario.
Sus respuestas formarán parte de la Colección Labradores de la Salud Popular, Fascículos de publicación periódica y coleccionable que edita el Instituto de Estudios sobre Estado y Participación de ATE ARGENTINA (IDEP), dedicados a los hombres y mujeres que supieron entregar energía y dedicación al servicio de las necesidades del pueblo convirtiéndose en verdaderos íconos de la historia de la Salud Pública Argentina.
El ex Decano de la Facultad de Medicina, destacado especialista en Pensamiento y Planificación Estratégica en Salud y actual docente del Departamento de Salud Colectiva de la Universidad Nacional de Lanús, se explayó sobre las preguntas que deben hacerse los trabajadores de la salud, el motivo para organizarnos, el campo problemático de la salud, la formación de los recursos humanos, los liderazgos y “el alma” de las instituciones, entre otros temas que cruzaron su vasta obra bibliográfica.
A continuación ofrecemos algunos de sus conceptos que integrarán el cuadernillo de próxima aparición dedicado a su vida, obra y pensamiento:
“Me parece que uno de los principales problemas que enfrenta el campo de la salud es que la temática general de la salud no está en la agenda del Estado (ni del nacional ni de la provincia de Buenos Aires, ni de la CABA, y tampoco de los otros estados provinciales). Y eso no es sólo responsabilidad de los respectivos gobiernos (aunque tienen mucho que ver con eso) sino también de todos/as nosotros/as, que no hemos sabido o no hemos podido (y en algunos casos tal vez no hemos querido) hacernos cargo del asunto”.
“… en las reuniones en casa de mis abuelos paternos los domingos después de los ravioles, cuando mi papá y mis tíos varones (las mujeres no hacían esas cosas, lavaban los platos) jugaban a las cartas (calabrecela, tresiete, cinquín) y después cantaban la Internacional o Hijo del Pueblo (no asustarse, eran socialistas de Américo Ghioldi) y terminaban diciendo que en tal o cual oportunidad no se había podido hacer la revolución porque no estaban dadas las condiciones. Desde entonces las estoy buscando”.
“En cuanto a la coyuntura histórica, me parece que estamos realmente en una situación excepcional, no porque enfrentemos un cambio estructural (en el sentido de un cambio revolucionario en la estructura de clases de nuestra nación –la desaparición de la burguesía y el triunfo del proletariado– para decirlo en términos un tanto clásicos y no menos obsoletos) sino porque hemos comenzado a formularnos las preguntas pertinentes a los problemas del desarrollo en lugar de atenernos a la inopia y el aburrimiento del pensamiento único”.
“En una oportunidad a una colega se le ocurrió preguntar a un grupo de alumnos que animal les gustaría ser; pulularon águilas, leones, algunos caballos y sorpresivamente hasta un chivo (obviamente un brasileño nordestino). Después, al margen del público me lo preguntó a mí luego de confesar que ella era de las águilas y yo dije que prefería ser un animal social: una hormiga o una abeja, para sentir que lo importante era el trabajo colectivo y solidario. Sigo pensando así, por eso mi último libro está dedicado “a los otros que soy” y ese es el sentimiento que más me emociona, sentir el afecto de muchas personas que me quieren”.
“… no soy ni de lejos un experto ni un conocedor profundo del movimiento obrero argentino aunque he tenido algunos contactos, sobre todo con CTA antes de que afloraran sus conflictos internos. Me resulta difícil entonces responder una pregunta formulada sobre los trabajadores organizados porque me surgen dudas, ¿a cuál o cuáles de los –creo que cinco– grupos se refiere? E insisto en usar el término “grupo” porque pienso que ninguno de ellos está organizado en cuanto clase, en consecuencia mi respuesta tiende a ser negativa o sea, no creo que ningún grupo de trabajadores organizados en este momento se mueva como factor de cambios en el actual panorama de la salud y menos de la salud pública”.
“El campo de la salud se encuentra, en efecto, enormemente fragmentado y todos los intentos de revertir esa situación han chocado con resistencias feroces y han terminado por agravarla en lugar de resolverla. Pienso (y digo) que los sanitaristas somos el grupo profesional más frustrado de América Latina porque sabemos a la perfección lo que hay que hacer y jamás hemos podido hacerlo (ni siquiera de manera parcial, como era la propuesta del SNIS) en ningún país del continente salvo Cuba.”
“En cuanto a si me considero un referente en el campo de la salud latinoamericana no sabría como responder, porque ¿cómo no ser indebidamente modesto sin aparecer como mandándome la parte? o ¿Cómo aceptar que lo soy cuando en realidad creo realmente que los referentes de la salud latinoamericana son el grupo de trabajadores/as de salud que nos hemos roto el culo en miles de reuniones, discusiones, trabajos publicados o no, investigaciones buenas, regulares o malas, cursos de docencia en varios niveles, manifestaciones callejeras, funciones ejecutivas (no en mi caso) o deliberativas (no en mi caso)?”.
> Enlace a la entrevista completa
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