A raíz de las muertes evitables de los niños en Salta


SOBRE MUERTES POR DESNUTRICIÓN

“Lo que callan noticias y marchas”

Co-rresponde -es nuestra corresponsabilidad-  aportar sobre la muerte de niños desnutridos, ya que sigue teniendo vigencia  la respuesta de hace cuatro años al Gobernador de Salta, cuando el Dr. Urtubey adjudicara ese mismo problema a una cuestión cultural. (Se adjunta debajo). La tesis a la que hacemos mención en esa nota, ha sido publicada por ENDEPA (Formosa) bajo  el nombre “¿Por qué callan si nacen gritando? Poder, accesibilidad y diferencias culturales en salud- Iruya 1978-2008”. El título hace referencia al silencio de muchos que ni el  18F ni el 1M  concurrirán a ninguna marcha, no forman parte de ningún golpe solapado ni del partido judicial. Tampoco ríen o cantan con el gobierno, aunque reciban algunos subsidios. Simplemente creemos que no tienen condiciones de igualdad esencial para expresarse y participar en las políticas que reparten oportunidades de vida y calidad de vida e nuestro país. 

Las muertes por desnutrición son noticia, pero no lo más grave o doloroso de esa situación. Son sólo la punta del iceberg de una violencia social  que interpela a las gobernantes : la desnutrición que no mata pero que como condición permanente  atraviesa la vida de miles de  familias y niños  argentinos y les impide elegir y dirigir su vida. Los pobres hijos de pobres, aquellos en condiciones de pobreza que se reproduce de generación en generación tal la situación de los pueblos originarios. Pobreza que teóricos y decisores llaman estructural por ser persistente y estar bien localizada, y que como tal, da cuenta del fracaso de todos los gobiernos  en resolver la desigualdad extrema.

En Iruya durante 30 años -independientemente de los cambios en las tablas para de medir la desnutrición– en promedio uno de cada cinco niños  estaba  desnutrido cuando era controlado. Eso da cuenta por un lado, de poblaciones que a pesar de condiciones de máxima vulnerabilidad, se esfuerzan por alimentar y cuidar a sus hijos, contradiciendo apreciaciones de muchos profesionales y técnicos. También refiere la adversidad permanente  en que esas familias viven.

Sin embargo la muerte relacionada con la desnutrición extrema, es sin duda un fracaso del sistema de salud. Hemos demostramos en el libro mencionado  que a pesar de la pobreza extrema, cuando al esfuerzo de las familias se suma un equipo de salud motivado y en el que ellas confían; cuando agentes sanitarios, enfermeros y profesionales coordinados, tenían bien individualizado con nombre y apellido a esos niños, los controlaban, asistían y curaban si estaban enfermos, esos niños rara vez morían.

Nuestra democracia tiene una grave cuenta pendiente porque carece de un sistema que garantice prevención y asistencia sanitaria accesible y equitativa, oportuna, integral y  gratuita en el momento de la prestación para todos y todas. Tenemos footbal para todos, trenes para una mitad  y aviones para pocos, todo ello financiados por todos.  Pero una atención sanitaria de calidad, sigue siendo un privilegio de quienes pueden pagarla. Sino pregunten a la presidenta donde se atiende ella.

Anisacate, Córdoba
Tomás Torres DNI 8.598.334 – Alicia de Torres. DNI 6.396.503

 

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Respuesta al gobernador de Salta por los «Desnutridos culturales»?

Por Tomas Torres Aliaga / Alicia Torres Secchi – 13/02/2011

En el día de la fecha, un noticiero de Bs As. adjudica al Gobernador de Salta Dr. J.C. Urtubey, haber dicho que las “muertes de niños en el norte de esa pcia, son un problema cultural, no sanitario ni social, porque los aborígenes no concurren al hospital”.

Somos profesionales que nos hemos desempeñado durante 30 años en esa pcia, y con fecha 3/9/2010 hemos elevado a su Ministerio de Salud, copia de la tesis para optar por título de magister en políticas sociales de la Universidad de Salta sobre “Poder, accesibilidad y diferencias culturales en salud- Iruya 1978-2008”. En dicha tesis, sistematización y estudio de caso de 30 años del programa de atención primaria de la salud en comunidades originarias salteñas, se fundamentan entre otras cosas, lo contrario a las afirmaciones que adjudican al Sr gobernador, a saber:

– Que los pueblos originarios cuando son tratados con respeto y dignidad por los equipos de salud, concurren y aceptan sin dificultad las prácticas de la medicina oficial. De igual manera rápidamente las abandonan o se resisten a concurrir, cuando son objeto de discriminaciones abiertas o encubiertas. Resisten callando, porque no se sienten ni son considerados parte de instituciones públicas.

– Que los equipos de salud que trabajan comprometidos con la población local, no tienen de parte de las autoridades sanitarias ni apoyo, reconocimiento ni recursos necesarios, para sostener las prestaciones mínimas que en salud exige la Convención de los Derechos de los Niños con rango constitucional en nuestro país.

– Que es factible económicamente sostener esas prestaciones, con un aporte mínimo anual de 150 dolares por persona, mucho menos de lo que en promedio invierte el sistema pública de salud en nuestro país, y que los gobiernos no quieren o no saben asignar a las poblaciones originarias.

– Que la desnutrición de esas comunidades, problema esencialmente socio-económico no ha sido revertido por ningún gobierno en los últimos 200 años, porque los pueblos originarios han sido y siguen siendo objeto de “practicas sociales genocidas” inclusive por aquellas instituciones o políticas que refieren ayudarlos. Su eterna condición de pobres estructurales así lo demuestra.

– Que sanitariamente la desnutrición puede ser tratada, controlada y revertida en gran medida, por políticas y decisiones que Salta ha conocido, pero no ha sostenido. Además es posible eliminar la desnutrición que afecta irreversiblemente el desarrollo infantil inicial, si los hospitales públicos contaran con las vitaminas que cualquier pediatra de nuestro país indica a sus pacientes. Todo ocurre como si la nominación de “desnutridos culturales” o “enanos raciales” (que otra funcionaria salteña supo acuñar), no fuera más que una excusa para la encubierta decisión o incapacidad, de quienes tienen la responsabilidad y recursos para resolver tal violencia social.

Anisacate, Córdoba, 9 de febrero de 2011
Tomas Torres Aliaga DNI 8.598.334 – Alicia Torres Secchi. LC 6.396.503
Camino a las Minas S/n 5189. Anisacate. Córdoba. Te: 0387-154183647

 
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