El colapso del Modelo de LA ENCARGADA en las residencias para mayores


nota_0f4706f540242e7a294e5bb348cb7c24Compartimos este trabajo de Lic. Adriana Lucas, Lic. Roberto OrdenDr. Eugenio Semino, donde se problematizan algunos modos de funcionamiento social que ocurren al interior de las instituciones de internación permanente de adultos mayores conocidas como “residencias”. El trabajo también vincula muchas de esas problemáticas con una visión de género, una discusión creciente en nuestra sociedad que quedó  demostrada en la acción popular masiva llevada adelante el 3 de junio con la movilización del #Niunamenos.

 

 

Sobre el porqué y para qué de un trabajo colectivo

En días recientes muchas plazas de nuestro país se llenaron de gritos y protestas contra la violencia de género.

En el escrito del Dieciocho Brumario, Carlos Marx analiza que al cabo del tiempo ciertos hechos trágicos vividos por el pueblo de París, terminaron repitiéndose bajo una clave de comedia.

El objetivo de nuestro escrito está centrado en poner en cuestión lo que pensamos como un verdadero modelo organizacional, el que re- produce e hipertrofia de un modo reactivo pero a la vez legitimador y hasta con un dejo de ironía , la situación de maltrato sufrido históricamente por la mujer

Nos resulta preciso aclarar que el concepto de la “encargada” centra su atención sobre aquella mujer que suele asumir la responsabilidad de las decisiones en las residencias para mayores y que es un verdadero mascarón de proa de un modelo perimido sostenido por un conjunto abigarrado de intereses y actores que medran y se ocultan tras el mismo.

Esperanzados en los éxitos, no menores, alcanzados en los campos de la educación y de la salud nos expedimos por el desarrollo estratégico de acciones que faciliten armados y dispositivos de Comunidad en nuestro caso Gerontológica con la búsqueda de efectos en el interior/exterior de contextos de internación de largo plazo.

¿De qué estamos hablando?

Aspiramos a problematizar algunos modos de funcionamiento social que ocurren al interior de las instituciones de internación permanente de adultos mayores conocidas como “residencias”.

En el libro “Alambradas culturales”, un comprometido Julio Cortázar, planteaba los distintos usos que hacía el Proceso Militar de términos como democracia, derechos humanos, libertad, etc.

En base a ello no podemos caer en el riesgo de ontologizar los conceptos sino, por el contrario, nos encontramos en la obligación de temporalizarlos y a la vez intentar su deconstrucción, tratando de entender que la llamada función diacrítica del lenguaje fija distintos significados en función de la ubicación temporal y espacial de los fonemas.

Las actuales residencias para mayores, como quedan nombradas en la Ley que, por ejemplo, regula su funcionamiento en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, reemplaza con su nueva denominación a los anteriores “Hogares geriátricos” que tenían por objetivo brindar cobertura habitacional a personas mayores sin recursos para su automanejo.

El propio concepto de residencia rememora paradojalmente en el imaginario colectivo viviendas de sectores de buen pasar de la sociedad argentina y al mismo tiempo un lugar para residir destinado a aquellos que no tienen posibilidades para hacerlo de otra manera.

Esta paradoja abierta y carente resolución, luego es atravesada por las discusiones ligadas con el ejercicio de los derechos y el rol de las políticas sociales, catapultando hasta límites impensados, muchos conflictos abiertos a auténticos inframundos, en los interiores de las instituciones, pero también a los mundos intrapsíquicos de todos los actores que transitan y/o viven en las residencias para mayores.

Queremos indicar que a los problemas de sentidos paradojales de estas instituciones se suman representaciones colectivas asociadas con el rechazo y la búsqueda de este tipo de soluciones para problemáticas de personas mayores, en su mayoría dependientes.

 

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