En el último año, por problemas económicos. Según una encuesta de la UCA en todo el país, tuvieron que dejar de comprar algún medicamento o no pudieron ir al médico o al dentista. El problema va en aumento y afecta más a las clases bajas.
Por Pablo Sigal
Recortes en el botiquín
El 38,7% de los argentinos que en el último año estuvieron enfermos recortaron gastos en remedios o consultas al médico por problemas económicos; es decir, casi cuatro de cada diez de los que padecieron problemas físicos o psicológicos. El dato surge del Barómetro de la Deuda Social Argentina, de la UCA, sobre 5.682 personas en ciudades del país con más de 60 mil habitantes.
Al analizar el universo completo de los encuestados (no sólo el de los enfermos), el recorte en salud tampoco cede: afectó al 26% de la población. Según los datos históricos del Barómetro, este deterioro en la calidad de vida va en aumento. Los indicadores en salud de la Argentina muestran una mejora hasta 2008, y a partir de ahí se da un declive persistente.
“Por un lado influyó la crisis de 2009. Pero lo que sostiene esta situación es que los sectores bajos de la sociedad nunca terminaron de despegar. Es decir, hay crecimiento, pero con desigualdad”, explicó a Clarín Dan Adaszko, sociólogo e investigador del Observatorio de la Deuda Social.
En el trabajo de la UCA se observa que los que más sufrieron los recortes fueron las personas de menor poder adquisitivo: mientras en 2008 el 25,9% de este estrato se vio obligado a achicar gastos en remedios, en 2010 la proporción trepó al 41,8%. En los sectores medios-altos, fue el 3,7% en 2008 contra el 4,1% en 2010.
“ Lo que más afecta a los pobres es el acceso a los medicamentos.
Muchas veces van al hospital público, que es gratuito, pero les hacen una receta y no pueden ir a la farmacia porque no les alcanza la plata para comprar los remedios”, dijo Adaszko.
Estos recortes, sin embargo, no van de la mano de un descenso de las ventas en farmacias. Datos de la consultora IMS Health indican que en el último año la demanda creció el 11% en cantidad de unidades. “Esto habla de una concentración de la compra de medicamentos en los sectores medios y altos”, explicó Adaszko.
En este escenario de fuerte fragmentación del ingreso, la suba de precios resulta clave. Según los registros de la Asociación de Agentes de Propaganda Médica de la República Argentina, entre mayo de 2009 y mayo de 2011 las subas fueron del 32% . “Es un promedio que esconde aumentos superiores de las drogas con mayor salida”, señaló José Charreau, secretario de Acción Social de la Asociación.
“En los sectores medios los recortes en salud tienen que ver en parte con los ajustes de tarifas de las prepagas”, explicó Pablo Di Leo, investigador del Conicet en el Instituto Gino Germani (área Salud y Población).
Entre diciembre de 2009 y agosto de 2011, las cuotas se dispararon un 61% .
La encuesta de la Universidad Católica Argentina reveló también que casi 6 de cada 10 personas no tuvieron problemas de salud el último año. Pero la brecha entre clases también se evidencia aquí: sólo 4 de cada 10 pobres estuvieron sanos, mientras que en el grupo de mayores ingresos 7 de cada 10 tuvieron esa posibilidad. “La diferencia coincide con que los sectores medios y altos tienen, en mayor medida, empleos en blanco y estables, lo que les garantiza el acceso a una obra social o una prepaga. Las clases más empobrecidas, en cambio, ocupan los trabajos más precarios. Y si bien pueden ir al hospital, las condiciones de atención son peores”.
Precisamente, una de las variables analizadas por el Barómetro fue el tiempo de espera en una consulta médica : en el sistema público, el 63% de la gente tuvo que esperar más de una hora, mientras que en el privado, las altas demoras sólo afectaron al 27%; en las obras sociales, al 30%.
La investigación de la UCA concluye: “Estamos en presencia de estados de salud y enfermedad diferentes por cada estrato social. Los que tienen dinero pagan una prepaga y acceden a la más alta tecnología. Los que no tienen ingresos suficientes y se mueven en el mercado de trabajo informal, hacen cola durante las madrugadas para obtener turno en un hospital público desfinanciado”.
Para Di Leo, hay que terminar con la “mercantilización de la salud” . Y propone un seguro nacional como el que tiene Brasil: “Para eso se deberían integrar los recursos de hospitales públicos con los de las obras sociales y garantizar un servicio de base universal. Pero esta posibilidad provoca resistencias en los sindicatos, la medicina privada y los laboratorios”.
Publicado por Diario Clarin 3/8/11