Aunque cada vez hay más médicas que médicos persiste una fuerte inequidad
Hasta seis de cada diez profesionales de la salud hoy son mujeres. Ganan casi un 20% menos que los hombres y acceden sólo a una cuarta parte de los cargos jerárquicos
ALEJANDRA OROZCO.MÉDICA TOCOGINECÓLOGA “LA FEMINIZACIÓN DE LA MEDICINA SE REFLEJA CLARAMENTE YA EN LAS AULAS DE LA FACULTAD: DE CADA 10 ESTUDIANTES 6 SON MUJERES. ES UNA TENDENCIA QUE SE AGUDIZÓ EN LA ÚLTIMA DÉCADA Y QUE MARCA UN CAMBIO PROFUNDO EN COMPARACIÓN CON GENERACIONES ANTERIORES, CUANDO LA MEDICINA ERA COSA DE HOMBRES. PERO SI BIEN LAS MUJERES SOMOS CADA VEZ MÁS, EL ACCESO A LOS PUESTOS JERÁRQUICOS O DE TOMA DE DECISIONES SIGUE EN PODER DEL HOMBRE. INCLUSO CUANDO SE BUSCA ACCEDER A UNA RESIDENCIA EN HOSPITALES NACIONALES COMO EL CRUCE, AL EXAMEN SE LE SUMA UNA ENTREVISTA EN EL QUE SE PREGUNTA A LA PROFESIONAL SI ESTÁ EN PAREJA O PIENSA TENER HIJOS. Y HA SUCEDIDO QUE PREFIEREN TOMAR HOMBRES CON MENOR PUNTAJE QUE MUJERES SÓLO PORQUE NO SUPONEN `RIESGO` DE EMBARAZO”.
Basta demorarse un rato en la puerta de la facultad de Medicina de La Plata para advertir hasta qué punto la profesión médica está siendo copada por la mujer. De cada diez estudiantes que egresan hoy de la carrera, entre seis y siete son mujeres. Y lo mismo se observa en diversos ámbitos profesionales de la medicina, donde la presencia de la mujer tiende a predominar. Pero lo cierto es que su predominio por ahora es sólo numérico. Porque aunque ellas son más en cantidad, ganan casi un 20% menos que los médicos hombres y acceden sólo a una cuarta parte de los puestos de poder.
Estos datos, que surgen de un estudio realizado por el Proyecto de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en nuestro país, reunieron el viernes en La Plata a médicos argentinos y uruguayos que comparten la misma preocupación por las desigualdades de género en el sector de la salud. Durante un encuentro que mantuvieron en la Agremiación Médica Platense se analizó la problemática y se compartieron experiencias para buscar alternativas que contribuyan a revertir la situación.
Como quedó en evidencia durante el encuentro, el avance de la mujer en la medicina constituye un fenómeno que se ha dado en forma vertiginosa en las últimas tres décadas. Mientras que en 1990, las médicas representaban apenas el 20,1% de su sector, en 2016 ya eran el 51,9% y hoy se calcula que en algunas regiones llegan a ser casi el 60%. Pero la feminización de los puestos profesionales de la salud no condujo a avances significativos en términos de paridad de ingreso. La brecha salarial de la ocupación principal entre médicas y médicos es del 19,6% en favor de los hombres.
Por otra parte si bien en los últimos años se han registrado avances en el acceso de las médicas a puestos jerárquicos, este impulso no ha sido suficiente para establecer una paridad. Como surge del informe “Género en el sector salud: feminización y brechas laborales”del PNUD, el porcentaje de mujeres jefas y directoras de áreas es de apenas el 6,2% y sólo uno de cada cuatro responsables de hospitales en nuestra provincia hoy es una mujer.
MALENA PASSOS Y SOLEDAD IGLESIAS, MÉDICAS INTEGRANTES DE LA COMISIÓN DE GÉNERO DEL SINDICATO MEDICO DEL URUGUAY “EN URUGUAY LAS CIFRAS SON PARECIDAS A LAS DE ARGENTINA: ENTRE UN 62 Y UN 64% DE LOS MÉDICOS HOY SON MUJERES Y EXISTE TAMBIÉN UNA FUERTE ASIMETRÍA EN LA DISTRIBUCIÓN DE LOS CARGOS JERÁRQUICOS TANTO A NIVEL ACADÉMICO COMO INSTITUCIONAL. POR ESO HEMOS EMPEZADO A IMPULSAR ALGUNAS MEDIDAS DIRIGIDAS A UN SECTOR PARTICULARMENTE VULNERABLE, QUE ES DE LAS MÉDICAS JÓVENES QUE RECIÉN COMIENZAN SU CARRERA, A QUIENES EL PROPIO MEDIO LAS LLEVA HOY A POSTERGAR O RENUNCIAR A LA MATERNIDAD. PERO LA INEQUIDADES DE GÉNERO EN NUESTRA PROFESIÓN NO SE RESTRINGEN CIERTAMENTE A ESE SECTOR: VAN MÁS ALLÁ DEL HECHO DE QUE LAS MUJERES MÉDICAS ASPIREMOS A SER MADRES O NO”.
EL EFECTO MATERNIDAD
Las desigualdades de género a nivel jerárquico y salarial constituyen parte del mismo fenómeno, explican en la Agremiación Médica al analizar la situación. Y es que “la diferencia en los ingresos no se registra a igual responsabilidad sino en forma global y como resultado de las diferencias de acceso a los puestos de poder. Se trata de una problemática que las médicas comienzan a sufrir ya desde el comienzo de su carrera y que está muy vinculada tanto con la maternidad como con el rol de la mujer en el hogar”.
“Si bien las mujeres somos cada vez más, el acceso a los puestos jerárquicos o de toma de decisiones sigue en poder del hombre. Incluso cuando se busca acceder a una residencia en hospitales nacionales como El Cruce, al examen se le suma una entrevista en el que se pregunta a la profesional si está en pareja o piensa tener hijos. Y ha sucedido que prefieren tomar hombres con menor puntaje que mujeres sólo porque no suponen `riesgo` de embarazo”. En hospitales públicos yo presencié pedidos puntuales de jefes de servicio o jefes de residentes varones que al enterarse que una médica está embarazada, les advierten a las otras que `ni se les ocurra quedar embarazadas también`”, asegura Alejandra Orozco, médica tocoginecóloga en los hospitales Italiano y Alejandro Korn.
“Como en las residencias no hay suplementes, está muy mal visto que una médica se embarace porque eso supone un período de licencia que termina sobrecargando de trabajo a sus compañeros. Y ese micromundo que no da lugar a los embarazos obliga a las profesionales jóvenes a optar entre ser madres o hacer una carrera, lo que hace que muchas terminen postergando o directamente renunciado a la maternidad”, explica Malena Passos, médica integrante de la Comisión de Género del Sindicato Médico del Uruguay, quien sostiene que las inequidades de género en su profesión van más allá del hecho de que las médicas aspiren a ser madres o no.
ROLES ESTEREOTIPADOS
Pese al incremento de la participación laboral de las mujeres en el sector salud, éstas siguen siendo quienes están mayoritariamente a cargo de las tareas y la organización del hogar. Como señala el informe de PNUD, ellas dedican en promedio 4,8 horas diarias a las obligaciones domésticas, un 60% más que los médicos varones, lo que representa una enorme carga de trabajo no remunerado en detrimento del tiempo que pueden dedicarle a su profesión.
“El desbalance en las posibilidades de acceso a puestos jerárquicos y mejores ingresos es en gran medida fruto de la cantidad de tiempo que las mujeres en general le dedicamos al hogar. Porque si bien las tareas domésticas hoy están más repartidas que hace unas décadas, el rol de cuidado y organización sigue recayendo mayoritariamente en las mujeres”, señala Passos, quien reconoce sin embargo que esto no es la única causa de las desigualdades: “persiste además ese viejo modelo en que el médico es el hombre y la enfermera la mujer”.
“Es habitual que muchos pacientes prefieran para una interconsulta a un médico hombre antes que a una médica mujer. Y ni hablar en las especialidades quirúrgicas, que son de las pocas donde predominan los varones. En el sistema sanitario existe un prejuicio muy fuerte respecto de la mujer en el quirófano: se las considera abiertamente menos hábiles aunque esto sea una falacia”, reconoce Alejandra Orozco señalando un fenómeno registrado también en el informe del PNUD.
Como explican los autores de ese trabajo, “los estereotipos de género vinculados a el control de las situaciones de alto riesgo, el ejercicio de la autoridad y la resistencia a las jornadas prolongadas se traducen en que predominen los hombres en las especialidades quirúrgicas y que las mujeres sean amplia mayoría en las especialidades vinculadas con la atención infantil y juvenil”.
Fuente: Diario El Día – por Nicolás Maldonado