El 90% de los niños, niñas y adolescentes no tiene cubiertas sus necesidades de alimentación por la Asignación Universal por Hijo, según un informe del CEPA. Además, casi la totalidad de quienes perciben la prestación debieron endeudarse en el último año.
El deterioro del poder adquisitivo caló hondo en los bolsillos más castigados. Hoy, la Asignación Universal por Hijo (AUH) no alcanza para cubrir los requerimientos mínimos de los niños, niñas y adolescentes a partir de los 2 años.
El dato surge del último informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), que calculó el número en base a la Canasta Básica Alimentaria del INDEC y al ingreso de AUH proyectado a diciembre de 2019, teniendo en cuenta que lo percibido mensualmente por las beneficiarias (el 98% de las titulares son mujeres) es el 80% de su valor, un total de $2.121 sobre $2.652. El 20% restante se percibe a fin de año tras la presentación de la libreta que certifica los datos del adulto responsable, la situación educativa y los controles de salud.
“En un contexto de aumento del desempleo y caída del poder adquisitivo de los sectores de ingresos medios, quienes típicamente generan las ‘changas’ que emplean a los sectores de bajos ingresos, la insuficiencia de la AUH en términos alimentarios se vuelve un problema significativamente más acuciante. Estos hogares pasan a depender casi exclusivamente de estas transferencias que representan el único ingreso estable del hogar”, sostiene el informe.
La Canasta Básica Alimentaria es el valor que delimita estadísticamente la línea entre ser o no indigente. Lo que se percibe mensualmente de la AUH (80%) sólo supera la canasta para los casos de niños de 0 y 1 años y en el caso de adolescentes de 17 años sólo cubre del 41% al 55% de la misma.
“Según el Censo 2010, los niños y niñas que se ubican en el rango etario entre 0 y 1 año representan el 10,4% de la población menor de 18 años –sostiene el informe-. Puesto de otro modo, el 90% de los niños, niñas y adolescentes no tiene cubiertas sus necesidades de alimentación por el ingreso mensual de AUH”.
Además -dados los mayores requerimientos nutricionales de los adolescentes varones-, la brecha con la AUH para un varón de 17 años es de $3.224, mientras que para una mujer de la misma edad es menor ($1.814), aunque también resulta significativa.
Por otro lado, la canasta alimentaria no incluye otros bienes también básicos e indispensables como pañales, elementos de gestión menstrual, o útiles escolares.
“En un contexto de aumento del desempleo y caída del poder adquisitivo de los sectores de ingresos medios, quienes típicamente generan las ‘changas’ que emplean a los sectores de bajos ingresos, la insuficiencia de la AUH en términos alimentarios se vuelve un problema significativamente más acuciante. Estos hogares pasan a depender casi exclusivamente de estas transferencias que representan el único ingreso estable del hogar”, sostiene el informe.
Pobreza y deuda
El estudio destaca también otro dado significativo: desde julio de 2018 a junio de 2019, el 81% de los beneficiarios de la AUH se endeudó. En términos poblacionales, teniendo en cuenta todo el grupo familiar, hablamos de 3,2 millones de personas que necesitaron tomar créditos con la Anses para subsistir.
“En el período previo (de junio 2017 a julio 2018) este guarismo alcanzaba 42% (1,6 millones de casos), es decir, que casi se duplicó entre períodos, habiéndose incrementado el endeudamiento en relación al monto percibido por la prestación de 2,9 a 3,9 veces)”, analiza el CEPA.
Si se considera el endeudamiento acumulado, puede decirse que el 92% de los beneficiarios de la AUH están endeudados (un total de 3,6 millones de personas) cuatro veces y media por encima del monto que perciben por la prestación social.
Fuente: Canal Abierto