Caras y Caretas | Producción Pública de Medicamentos


Daniel 2por Dr. Daniel Godoy | Área de Salud del Instituto de Estudios sobre Estado y Participación – IDEP  -Asociación Trabajadores del Estado de la Republica Argentina

Dos noticias acaban de circular en los últimos días en el ámbito socio sanitario. Por un lado, el presidente de Bolivia Evo Morales anunció el inicio de la industrialización y producción estatal de la hoja de coca para uso medicinal. La planta, que será administrada por la Asociación de Productores de Coca (Adepcoca), procesará 75.000 toneladas de coca por año para producir infusiones en base a coca y estevia -stevia- , un pequeño arbusto de propiedades edulcorantes (uno de los productos comerciales de extracto de hojas de estevia que es 250 a 300 veces más dulce que el azúcar refinado); también se lo conoce como la “planta de los diabéticos” por sus demostradas propiedades reguladoras de los niveles de azúcar en sangre mediante cierto efecto estimulante sobre el páncreas. . Así mismo, se supo que una segunda fábrica producirá jarabes y tés de coca y varias plantas medicinales que existen en distintas regiones del departamento boliviano de La Paz. Inicialmente será ofrecida a los miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

En paralelo, Cuba ratificó su posición de vanguardia a nivel internacional en el desarrollo de vacunas y medicamentos.

Según un articulo recientemente publicado por cubainformacion.tv y replicado por la agencia de noticias de la CTA ACTA, “el Centro de Inmunología Molecular de La Habana, perteneciente al Estado Cubano, es el creador de cuatro vacunas contra diferentes tipos de cáncer (según la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren en el mundo, por esta enfermedad, cerca de 8 millones de personas); ya en 1985 había desarrollado la vacuna de la meningitis B, única en el mundo, y más tarde otras, como las que combaten la hepatitis B o el dengue. Además, investiga desde hace años para desarrollar una vacuna contra el VIH-SIDA. Otro centro estatal cubano, los laboratorios LABIOFAM, desarrolla medicamentos homeopáticos también contra el cáncer: es el caso del VIDATOX, elaborado a partir del veneno del alacrán azul…. Cuba exporta estos fármacos a 26 países, y participa en empresas mixtas en China, Canadá y España. Todo esto rompe completamente un estereotipo muy extendido, reforzado por el silencio mediático acerca de los avances de Cuba y otros países del Sur: que la investigación médico-farmacéutica de vanguardia se produce solo en los países llamados «desarrollados»…”

Podríamos construir varias aperturas de análisis respecto de estas 2 noticias: por ejemplo, que a nuestro entender, se constituyen en potencial agenda común de países de la región para formular procesos colaborativos en aspectos que pueden ir desde articulaciones comerciales hasta tecnológicas.

Que aun analizando e interpretando las respectivas capacidades de asignación de recursos presupuestarios al sector, ambos países dan señales concretas de inversión en un modelo sanitario no mercantilizado priorizando el acceso público a bienes esenciales. Y que desde la perspectiva del modelo de Estado, gestionar un aspecto de la soberanía promoviendo resistencias hacia el interior de una industria tan rentable como oligopólica y transnacionalizada como la industria de los medicamentos (según un informe del IMS Institute for Healthcare Informatics, “El uso global de los medicamentos: Perspectivas hasta el año 2016” , demuestra que el gasto global en medicamentos pasará de $956 mil millones en 2011 a cerca de 1,2 billones de dólares en 2016, lo que representa un crecimiento anual del 3-6 por ciento).

Mientras, en Argentina acaban de cumplirse 2 años desde aquel 30 de junio de 2011 en que se aprobó la Ley 26.688 que estableció el Programa Nacional de Producción Pública Estatal de Vacunas, Sueros, Reactivos y Medicamentos. Después de un largo y complejo proceso, de 9 años desde su primera presentación parlamentaria allá por el 2002, producto de muchos años de debate y construcción colectiva en que se sumaron a los propios trabajadores/as de los laboratorios de producción pública de medicamentos y otros actores comprometidos con asegurar la accesibilidad a medicamentos y vacunas en condiciones de igualdad, gratuidad y calidad para todas las personas que así lo requieran.

Nuestro país, pionero en Latinoamérica en la producción de medicamentos desde mediados del siglo pasado de la mano del Dr. Carrillo y la empresa estatal EMESTA, cuenta con laboratorios y trabajadores que están en condiciones de producir medicamentos, un potencial productivo de fácil puesta en  marcha o disponibilidad.

A 2 años de la aprobación de esta ley, no se han dado señales de voluntad política de avanzar hacia la coronación práctica del planteo de la ley. No solo no ha habido señales mínimas de su reglamentación, sino que tampoco ha habido cambios en las asignaciones presupuestarias específicas. Recordemos que en términos de voluntad política, el gobierno nacional demoró una semana en reglamentar el 6 de Junio la llamada ley de blanqueo de capitales, que fue instaurado por ley el 31/5/13 y publicada en el Boletín Oficial el 3/6/13. A contrapelo, el 29 de mayo de este año se reglamentó –parcialmente- la Ley de Salud Mental sancionada por el Congreso Nacional 2 años y medio antes (el 25 de noviembre de 2010).

La Asociación Trabajadores del Estado como parte de un colectivo de Organizaciones gremiales, sociales y académicas, ha advertido sobre este intento de maquillaje de la “telepolítica” que intenta descomprimir reivindicaciones con amagues nunca consumados de consagración de derechos.

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