En un trance tan colosalmente crítico como la Pandemia, donde si hay una certeza en el mar de dudas, es que la decidida acción del Estado nos evita una catástrofe peor, se levantan voces temerarias que intentan convencernos de la retrograda idea que lo estatal es sinónimo de ineficacia y desastre.
“Quieren estatizar el único sistema que anda bien en el país, para transformarlo, como en cada cosa que toma el Estado, en un desastre”, disparó Belocopitt el presidente de la Unión Argentina de la Salud (UAS), dueño de Swiss Medical, y vocero de la trama corporativa que más se benefició con el proceso de Reforma del Sistema de Salud de los 90, y que se propuso coronar con la Cobertura Universal de Salud CUS que empujó Macri y sus Ministros Lemus y Rubinstein, protagonistas de la burda paradoja de administrar el Ministerio de Salud, con el único fin de borrarlo del mapa.
La re edificación del Sistema de Salud que hubo que salir a operar de urgencia desde inicio de la Pandemia, fue entre otras cosas por el premeditado vaciamiento de la capacidad del Sistema sacándolo progresivamente de su esfera solidaria para trasladarlo al campo de los negocios y la rentabilidad.
Y se hizo con la decisión del Gobierno, con el esfuerzo heroico de las y los trabajadores de la Salud, y con una conciencia de la sociedad toda de estar viviendo una situación que requería de todos y cada una/o de lxs argentinxs.
Hubo que salir a ampliar la capacidad instalada de camas, respiradores, personal, equipos de protección, logística de áreas críticas, capacidad territorial de diagnóstico, gestión de vacunas, centros de aislamiento pre y posthospitalario, y una larga lista que puso al Estado nacional y a los provinciales en un desafío inédito y vertiginoso.
El Estado lo hizo. Pero no cualquier Estado. Estado no es un término absoluto desde las apariciones de sus peores versiones.
Hay un Estado para reprimir, para hacer negocios, para extranjerizar, para privatizar.
Y hay un Estado para igualar, para ofrecer solidaridades, para generar soberanías, para dignificar.
El Estado del FdeT tuvo que ponerle membrana a las goteras que dejó el Estado de Macri .
Y contó con el decidido apoyo de lxs trabajadorxs del sector que todavía esperan mejores gestos concretos de valoración salarial, y con los sindicatos que no defendemos cajas de negocios.
El Sistema de Salud argentino que debemos re edificar, no será con el manual del negocio de la enfermedad ni la especulación corporativa, sino recuperando su ADN Carrillista, soberano, federal, estatal, y redistributivo.
Desde la Campaña Nacional Volver a Carrillo de nuestra Asociación Trabajadores del Estado de la República Argentina, nos sumamos al esfuerzo consciente de transitar colectivamente este desgraciado momento y edificar desde el liderazgo de un Estado para todas y todos, el Sistema de Salud que nos merecemos.
Hugo «Cachorro» Godoy, Secretario General de ATE
Daniel Godoy , Coordinador del IDEP-Salud de ATE