LAS MUJERES Y LOS CUIDADOS A ADULTOS MAYORES DEPENDIENTES
De eso no se habla…
En un nuevo aniversario del Día Internacional de la Mujer se recuerda el deceso de más de cien trabajadoras en una ciudad estadounidense, a principios del siglo pasado, quienes murieron incineradas, a expensas de las pésimas condiciones en las que transcurrían sus jornadas laborales.
Quienes también nos reconocemos, como trabajadores del campo del envejecimiento, queremos llamar la atención sobre los riesgos constantes a los que se hayan expuestas muchas mujeres, sumidas en la atención continua de adultos mayores dependientes.
Nos referimos a esposas, hijas, nueras, nietas, sobrinas o simples allegadas que por el simple hecho de ser mujeres se ven en la obligación de cuidar ancianos con diferentes restricciones, que dificultan o imposibilitan el normal desempeño de sus actividades diarias.
Dichas actividades no son reconocidas por el Estado ni tampoco por los Organismos integrantes de la Seguridad Social, salvo a través de expresiones aisladas y/o magros subsidios, discontinuos, de escasa cobertura útil y de carácter testimonial.
La llamada atención social invisible, como se la denomina a nivel internacional, asienta sobre el solapamiento del olvido de las responsabilidades públicas y también sobre el supuesto naturalizado de lo femenino performado por roles de cuidado y servicio.
Las políticas sociales de individuación, vigentes al día de la fecha, cargan en el plano de las responsabilidades individuales la solución de problemas de matriz social y amparan su accionar en la apelación hipócrita a los deberes familiares de las mujeres.
Queda sobradamente demostrado que las mujeres que se abocan de forma continua al cuidado de personas mayores dependientes , sufren de un modo prevalente de: cuadros de sobrecarga, afecciones osteoarticulares, trastornos vinculares y familiares, tendencia al aislamiento, pérdida progresiva para la capacidad del disfrute del tiempo libre, entre otros múltiples problemas.
A ello debe sumarse el dato incontrastable, que en el seno de las relaciones de cuidados, acontecen la mayoría de los casos de violencia y de maltrato con personas mayores.
Podemos afirmar que el tema de los cuidados como muchos otros graves problemas de nuestra sociedad no son originados por un pequeño grupo de la población con intenciones sexistas, sino que trasnversaliza todo el tejido social y es este último el que debe reaccionar colectivamente ante esta emergencia
Finalmente decimos que en este día hacemos votos a fin de que, a la brevedad, se encaren acciones sinérgicas, progresivas, personalizadas e integrales a fin de que las mujeres de todas las edades dejen de ser carne de cañón frente a lo que nos animamos a definir, como una verdadera epidemia…
Marzo del 2017.-
Lic. Roberto Orden
Mgter. en Gerontología Social