El Doctor Gómez Ponce fue obligado a retirar del CAC la mercadería que se donaba a los pequeños desnutridos que atendía. También desapareció la leche.
Luego de que el Doctor Eduardo Gómez Ponce revelara las cifras sobre desnutrición de la Tucumán, fue obligado a retirar todas las donaciones que había obtenido para sus pacientes carenciados del CAC N° 10, donde presta servicios.
El Doctor Gómez Ponce había denunciado el pasado 1 de agosto en una entrevista a El Aconquija que por orden del Siprosa se había suprimido del sistema de salud pública la palabra “desnutrición”, y había sido reemplazado por el de “bajo peso” ( Ver nota).
La nueva forma de diagnóstico ocasionó que entre el 60 y el 70 por ciento de los niños que padecen desnutrición no formen parte de las estadísticas provinciales, quedando además excluidos de los tratamientos y del Programa Focalizado de Refuerzo Nutricional. “En Tucumán hay de 20.000 a 22.000 niños desnutridos, pero las estadísticas sólo reconocen a 3.690”, había denunciado.
La noticia de que había aproximadamente 16.000 niños desnutridos ocultos del sistema de salud pública se nacionalizó inmediatamente y provocó indignación en medios de distintas provincias del país.
El lunes, cuando el Doctor Gómez Ponce se presentó en el Centro de Atención Comunitaria de Ampliación Villa Amalia, donde presta servicios, fue intimado a desalojar un depósito donde iba juntando donaciones para los pequeños a los cuales atiende. La orden provino, según denuncia el médico, de la Dirección de Salud de la Municipalidad.
Organizaciones no Gubernamentales y vecinos donaban alimentos para los niños de la zona, que eran distribuidos por Gómez Ponce cuando los menores asistían al control de peso, en virtud de que por el cambio de sistema el Estado no les proveía refuerzos nutricionales. Esa mercadería se encontraba en un pequeño depósito del lugar, y el lunes 5 de agosto se ordenó su inmediato desalojo, bajo pena de decomisar los elementos en pocas horas.
Gómez Ponce, matrícula provincial N° 2704, en diálogo con El Aconquija, explicó que “tuve que sacar todo. Había más de 100 kilos de fideos y arroz, además de ropa que la gente iba donando. Ante el temor de que la policía, u otro organismo se llevara la mercadería en el plazo que nos pusieron de dos horas, salvé lo que pude en mi consultorio, y el resto tuvimos que llevarlo a la casa particular de la señora que hace la limpieza, que se ofreció para que no perdiéramos todo”.
Gómez Ponce fue advertido de que la medida obedecía a las declaraciones que había formulado a la prensa, en las que dejaba al descubierto la existencia de miles de niños con desnutrición no reconocidos por las estadísticas oficiales.
“De esta manera, además de no recibir el refuerzo nutricional del Estado, ahora se nos dificulta darles las donaciones a título personal, humano”, explicó Gómez Ponce.
La situación se agravó porque desde la publicación de la nota desapareció del lugar toda la leche que estaba destinada para el programa de refuerzo nutricional: “El lunes, cuando llegamos, habían desaparecido los 60 kilos de leche que teníamos para los niños. No nos quedó nada. En toda la semana no hemos podido repartir leche”, concluyó.
Fuente: El Aconquija
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