ESPACIO VAMOS A ANDAR ǀ LA PANDEMIA Y LAS RESIDENCIAS PARA MAYORES


Nosotros/as Adultos/as Mayores pertenecemos a la generación en la que se comenzó a internar en los llamados Geriátricos (hoy Residencias para mayores) a nuestros/as abuelos/as y padres/madres.

Queremos decir en primera instancia y de un modo “visceral”, que nos ubicamos en la vereda de enfrente de quienes defienden o lo que es peor hacen negocios con el destino y la salud de la gente.

Pero, también, con mucho pesar supimos comprender que nos cruzamos con muchas situaciones que llevaron a familiares y allegados a recurrir a dichas internaciones, sea por razones de salud y en muchos casos agravados por motivos económicos.

Nos cuesta sobremanera , representarnos el dejar a nuestros/as mayores en lugares de encierro extraños a sus historias de vida, así como tampoco queremos recorrer esos destinos. A la vez que nos corresponde también, a nosotras/os mismos/as como personas mayores sentar posición sobre lo que viene ocurriendo en este campo, agravado por la Pandemia del Covid 19.

Sin lugar a dudas asistimos a una Geronto-epidemia que se ensaña con aquellos que tenemos más años en especial que portamos otras enfermedades que la agravan.

Vemos en estos días con dolor, indignación y temor las noticias sobre la situación de los/as residentes de los geriátricos y solo se nos ocurre una palabra Gerontocidio.

En primera instancia interpretamos que los problemas de las residencias son claramente preexistentes a la Pandemia, los cuales además de perjudicar la salud integral de los/as mayores internados/as vulneran los derechos reconocidos por la Convención Interamericana de Derechos de las Personas Mayores, firmada por nuestro país (con rango constitucional) y las normativas vigentes para mayores en distintas jurisdicciones.

Dentro de dichas problemáticas destacamos:

  • Resulta imperioso modificar las formas de organizar, planificar, gestionar y evaluar a las Residencias para mayores, en las que hoy perseveran estilos verticales y atávicos de Urge promocionar modelos organizativos más acordes con las épocas que vivimos y ponderando una mayor participación de todos los actores que albergan por dentro y por fuera dichas instituciones (internados, familiares de los mismos, trabajadores, directivos, entes financiadores y/o reguladores de su funcionamiento).
  • Podemos inferir que las legislaciones locales y de los organismos financiadores son deficitarias adoleciendo de criterios de integridad y careciendo de una indispensable mirada SOCIOSANITARIA. A modo de ejemplo una persona mayor es internada en un lugar que no es sanatorial pero donde recibe prestaciones sanitarias, mientras que dichas internaciones no están incluidas como obligatorias dentro del Programa Médico Obligatorio.
  • Resultaría un serio error considerar que el problema generado con la soledad y el aislamiento de los mayores institucionalizados en residencias se originó, únicamente, por la falta de protocolos sociales para recibir a familiares y sostener prestaciones socio recreativas en funcionamiento, dentro de dichas Dado que la pandemia no vino más que agravar, la falta de una prestación adecuada en la materia.
  • Al cabo de los años y como producto de sucesivos “ajustes” vividos por nuestro país se registró un paulatino vaciamiento de prestaciones y servicios fuera de la atención residencial básica y de los cuidados elementales, sin estar “en carpeta” su solución.
  • El hecho social y sanitario trágico de la pandemia, también pone sobre el tapete la imprescindible necesidad de programas generales de trabajo dentro de las Instituciones de larga estadía liderados por equipos interdisciplinarios, legitimados en sus roles y horarios suficientes para desplegar sus tareas.

Pensamos en base a todo lo expuesto, que resulta apremiante la asunción de la necesidad de una serie de acciones por parte de aquellos que influyen abiertamente en el destino de las personas mayores y por ello:

Proponemos la creación de una Comisión de elaboración de una nueva normativa para el contralor, contención y regulación de las Instituciones abocadas a la atención de adultos mayores conformada por representantes de:

-Residentes de los geriátricos.

-Jubilados y Pensionados no residentes de los geriátricos.

-Profesionales de la salud que integren un equipo interdisciplinario especializado en el tema (conformado por médicos/as, psicólogos/as,/kinesiólogos/as, cuidadores/as, trabajadores/as sociales, profesores/as de educación física, enfermero/as, etc).

-Instituciones gubernamentales, privadas y del Tercer Sector involucradas en el tema de la tercera edad.

  • Reconocemos el rol indelegable del Estado en todo lo referido a la prevención, promoción, asistencia y rehabilitación de la salud integral de los En este sentido damos por sentado que no puede haber política sanitaria sin una política social articulada.
  • Recordamos la plena vigencia de los Derechos de las Personas Mayores con rango constitucional en nuestro país. Incluyendo todas las facetas que comporta el proceso del envejecimiento y en especial, el derecho de vivir y también de morir con con dignidad.
  • Hacemos un explícito pedido a favor de una DECLARACIÓN DE EMERGENCIA para todos los Establecimientos Geriátricos, Residencias de Adultos Mayores (RAM) y Residencias de Adultos Mayores con control psiquiátrico, trátese del ámbito Público o Privado.
  • Exigimos que la Autoridad Sanitaria de cada Jurisdicción, se haga cargo del TESTEO INMEDIATO Y SISTEMÁTICO de todo el personal que en ellos desempeñe cualquier tipo de tareas y de los Residentes que en estos lugares se encuentren alojados en forma permanente o temporaria.
  • Auspiciamos el moderno paradigma de la comunidad gerontológica, para fomentar una interacción efectiva entre todos los actores que la conforman, dejando atrás y para siempre los resabios de los todavía vigentes modelos asilares de atención.

DECIMOS FINALMENTE Y EN VOZ ALTA QUE

En estas horas urge un re-planteo que ubique los temas de las residencias en una discusión más abarcativa, por ejemplo, sobre una Ley para un

SISTEMA NACIONAL INTEGRADO DE CUIDADOS, que incluya además de las internaciones, las tareas de los cuidados domiciliarios (su profesionalización y su financiamiento), el acompañamiento terapéutico, los recursos alternativos a la institucionalización y las prestaciones dinerarias a los familiares, que hoy sufren la mayor de las incertidumbres y de las desesperanzas por la des-gracia de tener a sus mayores, internados en residencias para mayores en las épocas del COVID19…

Alejandra Brillante – Alicia Reyley – Beatriz Mendoza – Cacho Mengarelli –Carlos Guanciarrosa – Chalo Ynchaurregui – Delia Silva – Emilce Esperón – Guillermo Defays – Jorge Eduardo Alo – Jorge Quiroga – Jorge Szkolnik – Julia Elena Pérez – Luis Maceiros – Marcos Wolman – María Clara Cocco – Mariana Castillo – Marta Rosendo – Olivia Ruiz – Quique Fernández – Roberto Horacio Orden – Rolando Amaro – Sandra Delfino – Silvia Graciela Chalup – Silvia Lezaun –Susana Laino – Toribio Torcuato Navarro