Estar acá también es hacer patria
En esta fecha patria, con lo que significa para los argentinos, cientos de personas se concentraron en Plaza San Martín CABA, para sumarse a la Jornada Mundial de Lucha contra Monsanto. La consigna fue: “En un mismo día, en todo el mundo, en cada una de sus oficinas, plantas, sucursales o en las calles y plazas todos digan FUERA MONSANTO”.
Monsanto se presenta como una empresa multinacional dedicada a la agroindustria con el fin de ayudar a los agricultores a aumentar sus rendimientos de manera sustentable, produciendo alimentos sanos, y reduciendo el impacto de la agricultura en el medio ambiente, sólo aplicando innovación tecnológica.
Pero la realidad demuestra que es una de las empresas más peligrosas y nocivas del mundo. Entonces, ¿Cuál es el bienestar que proponen? ¿El de la agricultura industrial de insumo- dependencia? Esto no puede considerarse un desarrollo sustentable bajo ningún concepto. Un alimento genéticamente modificado no puede ser sano, basta decir que ha dejado de ser un fruto de la tierra destinado a un grupo reducido de la población que accede a ellos a nivel local, para transformarse en un producto de laboratorio que satisface las necesidades de un mercado híper globalizado. En cuanto al impacto ambiental, el “glifosato” es un herbicida genérico diseñado para eliminar la competencia vegetal (las semillas fabricadas por Monsanto son productos de ingeniería; los únicos que resisten al glifosato) que es conocido por ser un veneno altamente tóxico para animales y humanos, que destruye por completo la micro fauna y la micro flora. Aún más, un estudio reciente del Conicet asocia al glifosato con reducción de fertilidad y abortos espontáneos, aumento en la incidencia de aparición de defectos de nacimiento y de anormalidades en el desarrollo, alergias, leucemias y otros tipos de cáncer.
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Monsanto, es una de las cincos grandes corporaciones que controlan la producción de OGM (Organismos Genéticamente modificados) y, como tal, responde a las exigencias de un modelo capitalista atroz: obtener un rédito económico desmesurado sin importar las consecuencias que esto acarreé.
A un año del primer fallo en contra de las fumigaciones en Córdoba -hecho que sienta precedente dentro de la justicia en defensa de los pueblos que padecen las consecuencias de este tipo de acciones- la realidad nos vuelve a decepcionar. Este año se inauguró en Malvinas Argentinas, provincia de Córdoba, una Nueva Planta de Reacondicionamiento de Semillas de Maíz, que no es más que otra planta de semillas transgénicas con patentes de Monsanto.
Por eso es necesario como grupo humano tomar conciencia de la importancia de la Soberanía Alimentaria. El poder, conocer y elegir el origen de nuestros alimentos es un derecho y debería ser una necesidad indispensable.
Con Monsanto, nuestra salud, nuestros alimentos y el futuro del planeta están realmente en juego.
Cobertura: Aliné Santana, Iván Suasnábar, Julia Pisano
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