Informe IDEP Salud | Más allá de las polémicas, los especialistas coinciden en la seguridad de las vacunas.
Los afectados por efectos secundarios representan una cifra insignificante ante las 14 mil millones de dosis de vacunas contra la COVID aplicadas en todo el mundo pero la multimillonaria demanda colectiva contra la farmacéutica AstraZeneca, por los efectos adversos de la vacuna contra la COVID, reavivó la discusión sobre la eficacia y seguridad de la vacunación.
Daniela Hozbor es especialista en vacunas y admite como genuinas las dudas que se generan por falta de información aunque considera que existe un antes y un después con la vacunación durante la pandemia: “Hoy casi nadie está pensando en la COVID porque con la vacunación se redujo la enfermedad drásticamente.” En ese sentido, cita una publicación que describe el impacto que tuvo la vacunación contra COVID durante el primer año de uso: salvó entre 14 y 20 millones de vidas. “Y una de las principales vacunas que se utilizaron fue la de AstraZeneca.”
En este sentido, la especialista asegura que la vacuna de AstraZeneca sigue siendo segura con respecto a los riesgos que pudo representar. Y aclara que los primeros casos de trombosis después de la vacunación contra el SarsCov2 se produjeron en Europa y fueron detectados en varios países durante 2021, justamente por los estudios que se realizan cuando se pasa de las fases clínicas a la inmunización colectiva. En contraposición a lo que se sostiene sin información, Hozbor asegura que todas las vacunas contra la COVID pasaron todas las fases de estudio y su utilización se autorizó cuando se comprobó que los beneficios eran superiores a los posibles riesgos.
Al respecto, la bioquímica e investigadora principal del Conicet en el Instituto de Biotecnología y Biología Molecular de La Plata, indica que “no hay ningún medicamento, ninguno, que tenga una seguridad absoluta, si miramos un prospecto de paracetamol o ibuprofeno vamos a encontrar que en alguna proporción muy baja, alguna reacción adversa presentan, pero el beneficio es mayor que el riesgo. Las vacunas, como todos los medicamentos que se usan en la salud humana, son tremendamente probadas.” Además, indica que ante cualquier caso que en un medicamento se comprueban mayores riesgos que beneficios se lo deja de utilizar.
Este año se cumplieron 50 años del inicio del Programa Ampliado de Inmunización, una iniciativa mundial que posibilitó salvar 154 millones de vidas. El dato surge de la reciente publicación de The Lancet sobre el Programa iniciado por la Organización Mundial de la Salud desde 1974: “la vacunación ha evitado 154 millones de muertes, incluidas 146 millones de niños menores de 5 años, de los cuales 101 millones eran lactantes menores de 1 año. Por cada muerte evitada, se ganaron en promedio 66 años de salud plena, lo que se traduce en 10,2 mil millones de años de salud plena. Estimamos que la vacunación ha representado el 40% de la disminución observada en la mortalidad infantil mundial, el 52% en la región africana. En 2024, un niño menor de 10 años tendrá un 40% más de probabilidades de sobrevivir hasta su próximo cumpleaños en comparación con un escenario hipotético sin vacunación histórica. Se observa una mayor probabilidad de supervivencia incluso hasta bien entrada la edad adulta.”
La polémica sobre las vacunas se reactivó en los últimos días ya que, después de haber vendido más de 3 mil millones de dosis de la vacuna contra la COVID en todo el mundo, el laboratorio AstraZeneca anunció que la retira de la venta. Este hecho coincide con el avance de una demanda colectiva multimillonaria que enfrenta el laboratorio anglo-sueco en el Reino Unido por los efectos secundarios graves que habría provocado la vacuna y que fueron admitidos por los abogados del laboratorio ante los tribunales británicos.
El médico infectologo Hugo Pizzi sostiene que “No hay dudas que esto existió pero las consecuencias son insignificantes respecto a la cantidad de vacunas que se aplicaron, además, para tranquilidad de quienes puedan tener cinco o seis dosis de la vacuna de AstraZeneca todos los casos se manifestaron pocos días después de haberse aplicado la primera dosis.”
La presentación colectiva incluye 51 casos. Las víctimas o familiares de las personas fallecidas reclaman el pago de más de 120 millones de libras esterlinas por los daños ocasionados. La Organización Mundial de la Salud ya había advertido en 2022 que la trombosis podía resultar como efecto secundario “raro” de la vacuna contra el COVID de AstraZeneca, pero aseguró que el riesgo era muy bajo ante las altas tasas de transmisión del SarsCov2 y las ventajas de vacunarse superaban los riesgos que podía ocasionar la vacuna.
Para el director de The Lancet Argentina Gustavo Sevlever las vacunas salvaron más de seis mil millones de vidas y hay algunos casos, muy pocos, en los que se produjeron efectos adversos. El especialista destaca que la dimensión de la vacunación durante la pandemia jamás había ocurrido en términos de la distribución de un medicamento y que el beneficio fue “muchísimo mayor” que los riesgos que implicaba, incluso respecto a muchos otros medicamentos que utilizamos en la vida cotidiana. La vacuna terminó con la historia del COVID 19 que fue dramática.
“La lógica médico-biológica es una cosa y la lógica jurídica-legal es otra –continúa Sevlever-, ahora hay pacientes que están haciendo presentaciones legales ante tribunales británicos porque hay algunas situaciones dramáticas como algún paciente fallecido y el propio laboratorio está reconociendo que la vacuna pudo estar involucrada en alguna de esas complicaciones.”
Sevlever recordó que todas las vacunas fueron aprobadas de emergencia durante la pandemia por motivos de urgencia y que “En la Argentina hubo una discusión muy famosa cuando el laboratorio Pfizer reclamaba inmunidad legal para proveer la vacuna al país, porque ningún laboratorio puede saber qué efectos adversos eventuales puede tener una vacuna.”
La fase 3 de una vacuna, explica Sevlever, puede tener 20 mil o 30 mil pacientes, pero el uso comercial masivo son decenas de millones entonces pueden aparecer situaciones que antes no habían aparecido. Cuando se realiza la inmunización masiva, comienza la Fase 4 de estudio donde pueden aparecer efectos adversos que antes no se conocían.
Si bien la empresa AstraZeneca aduce razones comerciales para retirar del mercado su vacuna contra la COVID, porque existen otras vacunas más desarrolladas y actualizadas, los casos de trombosis que se registraron hicieron que muchos países decidieran el uso de otras vacunas para enfrentar los efectos del coronavirus.
El primer caso denunciado en el Reino Unido es el de Jamie Scott por una lesión cerebral irreversible tras la formación de un coágulo de sangre y una hemorragia cerebral. El reclamo judicial expresa que las complicaciones empezaron luego de que recibiera la vacuna de AstraZeneca en abril de 2021.
Después de años de negarlo, en febrero de 2024, AstraZeneca admitió en una presentación que “la vacuna AZ puede causar TTS en casos muy raros. Se desconoce el mecanismo causal. El TTS (trombosis con trombocitopenia) también puede ocurrir en ausencia de la vacuna AZ (o cualquier vacuna).”
Ante la reanudación de la polémica por las vacunas contra el COVID 19, el científico Ernesto Resnik se pregunta si todavía existe gente con terraplanismo antivacunas y responde con humor a la cuestión: “14.000.000.000 de dosis administradas en el mundo y un puñado de problemas que en general no son por la vacuna. Si 14 mil millones comen churros, apuesto mi casa a que hay muchos más problemas.”
El Programa Ampliado de Inmunización (PAI) fue establecido por la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 1974, marcando un compromiso proactivo para extender los beneficios protectores de la vacunación a todos. Motivada por los exitosos avances hacia la erradicación de la viruela, un hito alcanzado en 1980, la OMS lanzó la iniciativa de colaboración con el objetivo inicial de vacunar a todos los niños contra la viruela, la tuberculosis, la difteria, el tétanos, la tos ferina, la poliomielitis y el sarampión para 1990. El PAI ahora también incluye protección contra otros patógenos específicos globales y regionales, en todas las edades del ciclo de vida, cuya inclusión está determinada por las decisiones del programa del país.
Más de 200 millones de años de vida saludables ganados por año en todo el mundo. Por cada vida salvada, se ganaron un promedio de 58 años de vida y 66 años de salud plena, y 0,8 mil millones (7,8%) de los 10,2 mil millones de años de salud plena obtenidos se pueden atribuir a los casos de poliomielitis evitados. En general, la vacunación contra el sarampión representó 93,7 millones de vidas salvadas (60,8%) del total de 154,0 millones de vidas salvadas durante este período de 50 años. La vacunación contra el sarampión fue el principal factor de vidas salvadas gracias a la vacunación, en todos los años, en todas las regiones y en todos los estratos de ingresos del Banco Mundial.
Materiales relacionados:
Acceso al PDF del informe de The Lancet sobre el PAI: https://www.thelancet.com/action/showPdf?pii=S0140-6736%2824%2900850-X
AstraZeneca dijo ante un tribunal británico que su vacuna COVID puede causar efectos secundarios poco comunes:
AstraZeneca retiró de la venta su vacuna contra coronavirus:
https://www.pagina12.com.ar/735052-astrazeneca-retiro-de-la-venta-su-vacuna-contra-coronavirus