Comunicado de la Obra de Cajade ante los reclamos extorsivos de las fuerzas de seguridad.
Durante todo 2013 la Obra del Padre Cajade y otras organizaciones sociales que pelean por los derechos de miles de niños, niñas y adolescentes han hecho pública la situación de abandono que sufren nuestros chicos y chicas y los adultos que hacen funcionar cada día todos los emprendimientos que los contienen y que abordan sus problemáticas.
Hemos participado de marchas, hemos hechos comunicados, formamos parte de una demanda judicial colectiva, participamos de jornadas de protesta, reuniones con funcionarios públicos, y pese a todo continuamos sin recibir respuestas de fondo.
Justo cuando celebramos 30 años de democracia, hoy vemos con indignación cómo la protesta policial es desde hace días el eje de atención pública por un reclamo salarial que no sólo los pondría por encima de la mayor parte de los trabajadores, sino que además los habilitaría a creer que con tan solo poner en marcha sus mecanismos de extorsión están en condiciones de hacer con nuestro pueblo lo que quieran.
Uno de los debates que generó la queja policial es sobre la sindicalización del sector. En la mayoría de nuestros casos, nuestros trabajadores también padecen la falta de sindicalización porque están precarizados, sin ningún tipo de cobertura ni derechos laborales, y recibiendo salarios de miseria.
En ese contexto, nuestros pibes y nuestras pibas se encuentran absolutamente desprotegidos y no cuentan con la asistencia que promete desde lo legal el Sistema de Promoción y Protección de Derechos. Muchos llegan a nuestros emprendimientos sociales sin acceso al sistema educativo y reciben de nuestras organizaciones a veces un único plato de comida diaria. Mientras en la mayoría de los casos sus padres se encuentran desocupados y /o subocupados, el gobernador de la Provincia, Daniel Scioli decide aumentar a $8570 el salario de los agentes de la Policía.
En La Matanza, desde mediados de octubre, Familiares y Amigos de Luciano Arruga mantienen una ocupación pacífica en el lugar donde funcionaba el destacamento policial de Lomas del Mirador. En ese lugar desapareció Luciano, un chico de 16 años que vivía en una casilla sin baño. Fue secuestrado ilegalmente por la Policía bonaerense porque se había negado a robar para ellos. ¿Quién responde al reclamo de su familia que lo busca desde hace 4 años?
Hace algunos años, cuando un adolescente, Diego Duarte, murió tapado por basura en el relleno de la CEAMSE, Carlos Cajade se preguntó por qué en nuestro país, hay muertos de primera y muertos de segunda. Denunciaba que los medios de comunicación, el gobierno y parte de la sociedad, se preocupaban más por el crimen de Axel Blumberg y no por el fallecimiento de Diego que junto a su hermano buscaba entre los residuos algo para comer justo cuando un camión removía la basura. En el mismo sentido, hoy nos preguntamos ¿hay ciudadanos y ciudadanas de primera y de segunda? ¿Hay trabajadores y trabajadoras de primera y de segunda? En tiempos en que la “inseguridad” domina los discursos y los medios la ubican como la mayor preocupación, las fuerzas de seguridad aparecen como la única garantía para la llamada paz social.
Desde la obra de Cajade entendemos que no hay paz social sin trabajo digno, acceso a la vivienda, la salud, una niñez feliz y una juventud con sueños y proyectos de vida. En los últimos años, el ajuste y el ninguneo a la niñez en la Provincia ha obligado a cerrar hogares, centros de día y organizaciones comunitarias.
Aunque nuestros reclamos no encabecen las tapas de los diarios ni los títulos en los canales de televisión. No hay paz social mientras los derechos de los pibes continúen siendo vulnerados, sus familias olvidadas y los trabajadores del sector empujados a vivir en la pobreza.
Fuente: La Pulseada
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