Autores: Sergio Cordoba, Adrian Miljenovich Acosta, Mario Taglienti, Sandra Serini
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Constitución de 1948, define salud como “el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia. La salud implica entonces que todas las necesidades fundamentales de las personas estén cubiertas: afectivas, sanitarias, nutricionales, sociales y culturales.
En estos términos, esta definición resultaría utópica ya que gran parte de la población mundial vive en estado de extrema pobreza sin alcanzar el bienestar, que significaría la ausencia de enfermedad. Por otra parte la salud no es un estado porque no es estática sino un proceso constante en el que la persona, como ser social, vive en busca del equilibrio en el proceso salud-enfermedad. De este modo para en ese proceso definen la situación los factores a los que el individuo, como parte del colectivo, está expuesto; ellos son los determinantes de salud-enfermedad. Guiándonos por los cuatro grupos propuestos por Lalonde, son: biológicos, medio ambiente, estilos de vida (o conductuales) y atención del sistema de salud.
En el grupo de los estilos de vida se encuentran los hábitos, entre los que ubicamos de la donación voluntaria y altruista de sangre como algo positivo en la vida del individuo que vive y se desarrolla en una comunidad. Así mismo la atención del sistema de salud es otro determinante, en Argentina, es el sistema de salud quien debería asumir el compromiso, en todas sus acciones, del cambio de perfil del donante de sangre de reposición a donante voluntario y altruista, ya que existe como tal para procurar el bienestar de la población.
Desarrollo:
La donación de sangre es fundamental para contar con el recurso necesario en la atención de la salud tanto pública como privada, en lo que a la hemoterapia se refiere. La sangre, como tejido obtenido de donantes es transfundida para mejorar o restituir la salud de los pacientes que la necesitan.
En nuestro país la mayor cantidad de sangre se obtiene de donantes de reposición, que son individuos que se presentan a donar para un paciente determinado.
Desde hace décadas, los que trabajamos en la hemoterapia argentina, venimos realizando promoción de la donación voluntaria, altruista y habitual de sangre, con el objetivo de lograr no solo abastecimiento sino la tan preciadas calidad y seguridad transfusional. Un donante sin presión ni obligación de donar, al que educamos para donar y promover esta modalidad de ser solidarios con la comunidad. Esta comprobado que el porcentaje de serología reactiva en este tipo de donantes es muy bajo en comparación con los donantes de reposición, porque conoce las conductas de riesgo y las evita, porque esta informado y no hay motivo que interfiera mas que su deseo de dar en bien de la sociedad de la que es parte. En ese sentido podemos ver como la donación de reposición o dirigida, coincide, por sus intereses y características, con el Modelo Medico Hegemónico.
Además, lo encontramos enmarcado dentro del paradigma Positivista. Así mismo, contribuye a la inequidad en la atención de salud, pues quien tiene poder de algún tipo, consigue la sangre necesaria y quien no lo tiene, queda excluido, favoreciendo la fragmentación del Sistema de Salud.
Si bien subsisten y lo harán por mucho tiempo ambas formas de donación de sangre, sostenemos como meta la donación voluntaria y altruista de sangre, que es referida por el Modelo de Salud Colectiva o Social, se referencia al paradigma Naturista y nos guía a una clara opción por la equidad y la justicia social, aportando desde la hemoterapia a un Sistema de Salud Argentino que realmente cumpla su cometido como “ORGANIZACIÓN CREADA PARA PROVEER SERVICIOS DESTINADOS A PROMOVER, PREVENIR, RECUPERAR REHABILITAR EL DAÑO EN SALUD (DERECHO A LA SALUD), CON CARÁCTER EQUITATIVO Y SOLIDARIO.
Conclusión:
El desafío asumido por la Hemoterapia en Argentina debe convertirse en un compromiso del Sistema de Salud del cual es parte. APS es también la promoción de la donación voluntaria y altruista de sangre; mientras este no sea un objetivo plasmado en políticas públicas asumidas por el estado nacional, provincial y jurisdiccional, seguirán siendo esfuerzos y acciones que, aisladamente, alcanzan algunos logros. Una población educada en salud comprende la importancia de contar con sangre segura en el momento que se necesita. La salud como proceso social, dirige sus acciones al individuo integral y a la comunidad, teniendo en cuenta todos los factores que intervienen en su proceso salud-enfermedad. Por tanto es necesaria una intervención eficaz para que el logro de la donación de sangre voluntaria y altruista por sobre la de reposición, sea un compromiso de toda la población, desde la promoción vista también como prevención.
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