El IDEP Salud de ATE Argentina participó en la elaboración del documento publicado por la Multisectorial 15 Puntos por el Derecho a la Salud.
Este 7 de abril, Día Internacional de la Salud, nuevamente nos encuentra con el planeta entero en medio del vendaval sanitario más crítico que la historia contemporánea conoce.
Los afectados, fallecidos, los sistemas de salud y sus trabajadorxs han sido la punta del iceberg de un punto de inflexión que incluye complejidades más severas y las seguirá teniendo en el marco de un tránsito en la incertidumbre y un final abierto, pero siempre desalentador.
La geopolítica, el mapa de liderazgos mundiales, las macro y las micro economías, la comunicaciones y la maquinaria de desinformación, el temor y la fatiga social, la biopolítica, el control social, el capitalismo de desastre y la resistencia organizada de los pueblos vulnerados, son algunos de los componentes que todavía están en plena tensión y disputa.
No hay un escenario estático que permita un análisis definitorio sobre la pandemia. Todo está en movimiento constante.
Aunque algunas claves discurren un poco más claras. La desigualdad, los aspectos biológicos, la transmisibilidad, la letalidad, la fragilidad de los sistemas de salud y de protección social, han sido excelentes caldos de cultivo producidos por las sucesivas reformas neoliberales implementadas en los Estados de Bienestar de los países del Sur global, así como sus consecuencias en la vida de las personas.
La situación de nuestro país está decisivamente atada a ese mapa de complejidades y determinaciones histórico – sociales. Sumado a la transición que supone la salida del neoliberalismo saqueador macrista, que agregó entre otros desastres, un brutal desmantelamiento del Sistema de Salud en todos sus componentes: institucional, presupuestario, operativo, y a lxs trabajadorxs.
La Pandemia ha dejado al descubierto las precarias condiciones de trabajo de los trabajadores de la salud, quienes una vez más han sostenido a un Sistema de Salud fragmentado y devastado.
Casi no hubo tiempo para hacer pie en la nueva institucionalidad que el pueblo argentino votó. Como entrar a jugar un partido sin calentamiento previo. Así y todo, no hay dudas que los costos humanos hubieran sido infinitamente peor con Macri y el neoconservadurismo en el poder.
El sistema de salud argentino está hoy decididamente más fortalecido, y en buenas condiciones para ser refundado hacia una perspectiva humanista y solidaria.
Hacer un balance negativo de la gestión de la pandemia, es un error de interpretación estructural y coyuntural de la política argentina, o es una intención especulativa lindante con la torpeza.
Nadie puede abstraerse de los tremendos costos que las argentinas y argentinos estamos sufriendo. Nadie puede ser indiferente a las condiciones materiales y salariales con que nuestrxs
trabajadorxs tuvieron y tienen que enfrentar esta situación, y que costó vidas humanas en todo el territorio nacional. Nadie puede ignorar las condiciones históricas de dependencia tecnológica que nuestro país presenta en el concierto regional y mundial. Nadie desconoce la sistemática y planificada depredación del Sistema Sanitario argentino que incluyó dictaduras y democracias.
La Pandemia deja entre muchas lecciones la necesidad de propender sin demora a la integración del Sistema de Salud y que, para concretar ese anhelo postergado, deben concretarse acciones desde la base del sistema hacia la cúspide y desde la periferia hacia el centro, es decir en sentido inverso a los intentos frustrados que registra la historia Argentina.
Pero la suerte de la Salud y la enfermedad colectiva en la Argentina, está atada al modelo de país que las mayorías populares sepamos construir.
La experiencia ha demostrado la importancia crucial de desarrollar soberanía científico técnica y capacidades productivas autónomas para enfrentar emergencias como la que estamos atravesando.
Habitar el espacio de un nuevo tiempo en la Región de reconstrucción de los liderazgos populares, es un paso fundamental.
Afianzar el curso histórico de dejar atrás las expresiones neoconservadoras del país, es un propósito
de la etapa.
Profundizar la democratización del Estado para más igualdad y dignidad, es imprescindible.
E impulsar un Movimiento Sanitario Nacional y Popular, diverso y democrático es la misión de estos tiempos.
Este 7 de abril, conmemoramos con dolor por lxs que ya no están, pero también con la alegría de estar convencidos del camino emprendido como pueblo y como militantes del campo de la Salud, sobre el cual seguiremos avanzando.
La Multisectorial por el Derecho a la Salud en la Argentina es un espacio abierto y democrático, integrado por las principales representaciones del Campo Sanitario Nacional y Popular (Partidarios, sindicales, académicos y sociales)