“Sobre la CUS y el derecho a la salud: incoherencias entre discursos y prácticas”
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IDEPSALUD ATEARGENTINA Diciembre de 2016
Todo ocurre como si hiciera décadas que en nuestro país no existieran políticas claras yprácticas consecuentes que aseguren paratodos y todas, accesibilidad equitativa, oportuna, integral y de calidad a la atención sanitaria. Más allá de los discursos poco se ha avanzado en organizar los servicios a fin de proteger a la población de los poderosos intereses del mercado de la enfermedad.Desde Carrillo hacia aquí, con excepción de algunas buenas leyes que poco se cumplen; de limitados esfuerzos en eltiempo o en algunas provincias; sólo hemos asistido a un largo y doloroso proceso de deterioro de la salud pública.A pesar de períodos de bonanza económica ode diferentes programas y recursos bajo el nombre de salud comunitariao el derecho a la salud,ningún gobiernoha incidido en modificar las barreras estructurales por las cuales la mayoría de la población hoy,padece innecesariamente y es discriminada, cuando tiene que enfrentar enfermedades.
La propuesta actual del gobierno nacional llamada CUS (Cobertura Universal de Salud), no hace más que poner en evidencia y pretendergeneralizar,las peores lacras de inequidad de las que da cuentael sistema (o ausencia) de sistema sanitario argentino. En un contexto donde:
- La mayoría de la población concurre a servicios públicos, ya sea porque carece de obra social o por las barreras económicas, geográficas o administrativas para acceder a ella. Aproximadamente el 60% de ellase ve obligada a concurrir a servicios desbordados, desfinanciados o que atienden bien, por la exclusiva buena voluntad de sus trabajadores.
- La mayoría de los aportantes a la seguridad social están prisioneros e insatisfechos en obras sociales “paraestatales” (PAMI y seguros provinciales donde el estado es el empleador), sin poder cambiar ni decidir sobre sus aportes, ni siquiera para retribuir efectivamente a los prestadores públicos que los asisten.
- La mayoría de las obras sociales han perdido su lógica solidaria y demandan cada vez más de pagos extras co-seguros, entre otras causas, por su excesiva dependencia de la lógica del mercado.Con ello ha crecido la adhesión a empresas de medicina pre-paga y la superposición de aportes de quienes tienen capacidad de pago.
En ese sintetizado panoramaplantear un seguro estatal para quienes no tienen obra social a través de un “certificado de pobreza”, no parecequerer contribuira mejor salud. Más allá de sostener condiciones y clasificaciones que discriminan y reproducen desigualdades, hace evidente el propósito deextender y aumentar los recursos para el negocio de la enfermedad. Proponer cobertura universal sin una previa y decidida mejora de los servicios públicos, sólo aumentará la actual transferencia de recursos de todos, hacia unos pocos.
Propongo como test para desnudarlos verdaderos méritos de los gobernantes que se fueron, o las reales intenciones de quienes llegaron, algunas preguntas sobre cuestiones que no demandarían mayor costo modificar:
- Desaprovechamiento de la capacidad instalada¿Cuál es la razón por la cual no seplantea organizar hospitales y centros de salud públicos para que atiendanmañana y tarde, de lunes a viernes con todos sus servicios? ¿Por qué no se exige – como en los servicios privados- quese distribuyan los recursos para que funcionen todo el día y terminar así, conlas indignas colasde madrugada o los turnosallá lejos? ¿Por qué se condena a la población y trabajadores, a que la única atención accesible sea porservicios de guardias? ¿Por qué no se busca garantizaraquelloque estácientíficamente probado como más barato y efectivo, o sea, la asistencia oportuna y detección precoz de las enfermedades? ¿Cuál es la razón por la cual disponiendo de la mayor cantidad y extensión de recursos, no se hace nada para que los servicios públicos tengan todo el tiempo la mejor calidad posible, cambiando las actuales condiciones de una pobre atención para pobres?
- Incompatibilidad de interesesentre lo público y privado.¿Por quéa losdirectivos o jefes deservicios públicosno se les exige disponibilidad horaria o se les impide ser dueños o socios de similares servicios privados? ¿Por que qué a los auditores de obras sociales se les permite ser al mismo tiempo, prestadores de ellas?¿Por qué aquello que es requisito fundamental para el acceso a la justicia, nose garantiza para el cuidado de la vida?¿Por qué sólo vemos incompatibilidad de intereses en directivos de empresas constructoras o energía?
Desde la conducción nacional de ATE y en consonancia con sus mejores trayectorias se propone como consigna “Volver a Carrillo”, a fin de marcar la necesidad de actualizar y recrear la política sanitaria que más extendió en cantidad y calidad ala redpública.La máxima y mejor calidad de servicios gratuitos en el momento de la atención, abiertos todo el día para todos, cerca de donde vive o trabaja la gente,es el único caminopara romper la lógica asistencial /mercantil actual y garantizar el derecho a la salud.
Como Ramón Carrillo sin excluir a ningún subsector, el buen funcionamiento de los servicios públicosno sólo evita que se desperdicien recursos escasos o se reproduzcan desigualdades. Es el reaseguro de la mejor calidad de los demás prestadores y el único modo de verificar la coherencia de los gobernantes y el real cumplimiento de los estados sobre sus obligaciones constitucionales.