Usos y abusos del concepto de complejidad en gerontología


imagesLa continuidad entre sentimiento, pensamiento, discurso y acción, puede ser considerada
como una identidad “plena”…  Mario Testa

 

 

Entre las muchas corrientes de filosofía de la ciencias el postempirismo recibe hoy una gran mayoría de adhesiones. Esta postura de reflexión filosófica-metodológica puso en crisis los modelos de la filosofía de la ciencia basados en procedimientos lógicos orientados a verificar los enunciados.

En lugar de poner a prueba las hipótesis por medio del control empírico, el postempirismo puso en evidencia que el uso de los términos depende del contexto en que se hallen.

Se empezó entonces a prestar atención, también, que cada término adquiere significado de las relaciones con otros términos.
La llamada sociedad de la información reprodujo hasta el hartazgo datos de diferentes procedencias, entre otros los referidos a la idea de complejidad.

Pero, el elemento clave hoy en día, es poder interpretar la información.

No solo importa a verdad de los enunciados científicos sino también la relevancia de los datos.

Muchos de los análisis simplistas que hoy pululan se caracterizan por establecer correlaciones simples a partir de datos obtenidos a boca de jarro.

Pero ciertas correlaciones resultan relevantes cuando manejamos una teoría o clave de lectura que establece una serie de líneas directrices de conceptos reguladores que nos permiten ordenar la enorme cantidad de información
En este marco y desde ya hace un cierto tiempo, se viene hablando sobre las postulaciones y teorías referidas a la complejidad.

Este concepto también permeó el mundo gerontológico.

Con el mismo se quiso achicar el abismo existente entre las prescripciones de las diferentes ciencias abocadas al proceso multifacético y poliédrico del envejecimiento y las cambiantes realidades situacionales vividas por los mayores de carne y hueso.

La apelación a la complejidad del envejecimiento fue un salvavidas mucho más eficaz, multipropósito y rentable que el concepto previo de interdisciplina utilizado con alguna antelación al mismo para justificar dichos agujeros negros obrantes entre intenciones e intervenciones.

Con el calificativo de “complejo” que se procuró adicionar a varias problemáticas de este campo se trató de sellar todos aquellos planteos críticos, dudas, ineficacias y rectas de fuga, emergentes de las problemáticas de “terreno”.

Se pasó a nombrar como complejo un conjunto diverso de situaciones que más allá de su intrincada causalidad, tenían como común denominador un supuesto carácter insoluble, a partir de ello, todo lo que se dijo complejo resultó no pasible de modificaciones y en general imputado a los efectos del “sistema” (político, económico y socio-cultural)

Para muchos profesionales del COMPLEJO GERIÁTRICO-GERONTOLÓGICO ofició como patente de corso para quedar bien en los congresos de la especialidad y también para poder seguir navegando con armadas piratas, en general distantes de las necesidades sociales

Ubicados en el seno de una postura postempirista nos ocuparía no solo formular hipótesis a fin de ponerlas a prueba, sino además, trabajar a fin de explicitar las interpretaciones que sostienen sobre las mismas, diferentes individuos, grupos y colectivos profesionales.

Desde nuestra perspectiva y repensando el concepto de COMPLEJIDAD en el campo del envejecimiento, queremos compartir algunas aproximaciones que todavía no se han recibido de hipótesis pero que pueden sembrar “efectos” en pos del análisis crítico como para la operacionalización de intervenciones en dicho campo.

Nos proponemos dar cuenta de los datos, buscando ganar coherencia entre nuestros pensamientos, palabras y acciones y a la vez auspiciar espacios de INTERCRÍTICA.

En base a lo expuesto desbrozamos gradientes de complejidad en:

  • 1.La aceptación de la presencia del conflicto como elemento inherente al devenir humano y por ende en el envejecimiento. El conflicto en sus variantes social e intrapsíquico suele estar solapado con pretendidas justificaciones teóricas, mitad azarosas, mitad ridículas y en general carentes de una línea interpretativa común y coherente.
  • 2.El reconocimiento del carácter paradojal de muchas de las intervenciones del Estado y de las instituciones del campo amplio de la Seguridad Social (Salud. Educación, Previsión Social)
  • 3.La existencia de una disputa simbólica entre distintos actores que actúan en dicho espacio en pos de afianzar la hegemonía de sus representaciones para garantizar sus intereses. En ese marco denunciamos que los temas de los mayores son objeto de constantes representaciones descalificatorias.
  • 4.Toda forma de violencia perpetrada contra mayores condensa un modo fallido de resolver conflictos cuya génesis radica en el entramado social.
  • 5.Todo actor social opera en términos de la generación de cambios constantes en su respectivo espacio situacional pero al mismo tiempo es objeto y consecuencia de los cambios y operaciones ejercidas por si mismo y por los restantes actores.
  • 6.Cada parte o componente del tejido social hologramatiza o expresa de alguna manera parcial o total las condiciones del sistema social del que forma parte.

Ahora veamos algunas expresiones concretas y situacionales de los nombrados efectos de complejidad con adultos mayores:

  • 1.Los conflictos emergentes de la atención a un mayor dependiente son de una intensidad creciente, a tal punto que son el origen del modo prevalente de la violencia cotidiana orientada a la persona mayor. Cuando se da la existencia de familiares y allegados convivientes y otros no convivientes se presentan una serie de conflictos referidos al reconocimiento del deterioro progresivo del mayor dependiente, entre quienes lo destacan (los convivientes) y quienes lo niegan (en general los no convivientes). Luego de reconocidos los problemas del mayor, surgen nuevos conflictos sobre quien es la persona que se va a abocar a dichos cuidados. Finalmente la discusión se suele centrar sobre el modo de cuidar o ayudar a quien o quienes cuidan al mayor dependiente.
  • 2.En el mismo campo (de los cuidados a mayores dependientes) el Estado a través de los relatos de funcionarios encumbrados o ejecutores locales de prestaciones y servicios, no se cansa de reconocer la importancia del mantenimiento del mayor dependiente en su medio de convivencia habitual y conocido. Dichos discursos suelen rescatar el valor inestimable de los vínculos familiares y en particular naturalizando el rol la mujer en la provisión de cuidados al mayor con restricciones importantes, pero por otra parte a la hora de apoyar dichos cuidados en el domicilio, los aportes y prestaciones son parciales, intermitentes y de baja o cuestionable calidad. En general se evidencia una marcada tacañería para todos los servicios orientados a la atención de personas con patologías crónicas e invalidantes (por ejemplo Alzheimer, problemáticas osteoarticulares permanentes, etc.)
  • 3.La disputa que nos traen los medios de difusión entre el Gobierno y Clarín, es uno de los tantos conflictos que se desarrolla en el campo de la comunicación en pos de afianzar un modelo de sociedad a través de la hegemonía de las representaciones sociales. Queremos decir que en torno al lugar ocupado y por ocupar por los adultos mayores, también existen grupos que pujan por afianzar sus respectivos “relatos y representaciones” en la materia, en pos de convalidar sus intereses. Al respecto un pensador francés cuyo nombre es Pierre Bourdieu señala “quien aspira a la conservación o a la transformación, si no quiere seguir arando entre las piedras , no tiene más opción que comprender los mecanismos básicos de las relaciones simbólicas” a lo que agrega “el poder otorgado a los dominantes por los dominados es la base de la violencia simbólica que lleva a los propios dominados a ejercer sobre sí mismos las relaciones de dominación, lo que asegura su existencia…” Un ejemplo concreto y a la mano de esta disputa es el seguimiento semestral que viene haciendo La Defensoría del Pueblo de la Tercera Edad de la CABA sobre los costos de la Canasta Básica para los Mayores desde el mes de mayo del año 2010 y cuyo último monto correspondiente al mes de 05/13, totaliza el equivalente al doble de un haber mínimo previsional. Es decir que en el seno de las representaciones que pujan sobre la vejez, la Defensoría señala que no esta dispuesta a considerar ni a protagonizar ninguna discusión sobre los haberes previsionales, que parta de un preconcepto de vejez como pobreza, criterio que no suele poner en discusión una gran parte de los actores sociales abocados al sector.
  • 4.Los hechos de violencia (explícita o implícita) orientados a personas mayores, en sus distintas expresiones, dejan al descubierto modos fallidos y en ocasiones aberrantes de “resolución” de las problemáticas asociadas con el envejecimiento en nuestro país… Desde el ocultamiento de un diagnóstico sin sopesar los intereses y posibilidades de un paciente mayor, pasando por la decisión indeclinable de mantener a una persona dependiente en su domicilio más allá que esta circunstancia conlleve serios riesgos para la salud del cuidador principal, hasta la naturalizada y extendida privación de estímulos de todo tipo a personas con evidentes y groseros trastornos cognitivos , a los que se suman un sinnúmero de situaciones cotidianas de violencia perpetrada contra mayores. Todo ese vasto conglomerado configura un conjunto de intentos de resolver “como se pueda” aquellas conflictivas que provocan enorme inquietud entre los allegados, familiares y/o responsables institucionales de mayores que atraviesan por distintos momentos críticos. Estos hechos se encuentran, en todos los casos, coloreadas por una concepción tutelar donde los otros pretenden decidir sobre los destinos de los mayores, sin contar dichas personas, con los suficientes derechos, capacidades ni posibilidades para hacerlo. Con esto no pretendemos ausentar a nadie de sus responsabilidades, sino llamar la atención sobre una comprensión más humanista e integral de las variables que operan en estas circunstancias.
  • 5.Las vicisitudes, circunstancias y contingencias por las que transitan los mayores ocurren en una atmósfera de enorme dinamismo, dado que todos los actores se encuentran atravesados por cambios constantes y de todo tipo. Por esta razón lo que pudo ser aplicable en un caso o en el pasado, no resulta trasladable para la misma persona u otros en diferentes circunstancias y esta razón demanda de capacidades en el ambiente social inmediato, en el que ocurren estos fenómenos. Dichas capacidades suelen ser de carácter limitado y en situaciones sembradas de conflictos y hostilidades de todo tipo. No obstante ello, resulta factible y necesario generar condiciones (específicas e inespecíficas) para el buen trato, al igual que anticipar hechos de violencia con mayores, aprender de los errores y poder reaccionar con celeridad ante la ocurrencia de cambios situacionales.
  • 6.Los sucesos que conllevan violencia con personas mayores asientan sobre una especie de facilitación social embozada, a partir del lugar otorgado por la sociedad y las organizaciones significativas para este sector poblacional. Los modelos de juventud asociados con el éxito individual, la idea de carga y/o gasto improductivo con que se connotan a muchos problemas de los mayores, el conjunto extenso de mitos descalificativos de la tercera edad, los temores de ingresar a dicha etapa, los montos jubilatorios y tantos otros ejemplos pernean conciencias individuales y colectivas que terminan logrando su manifestación cotidiana en hechos de violencia manifiesta o latente contra adultos mayores.

Podemos destacar a esta altura de nuestros análisis de complejidad, la presencia de obstáculos sociopolíticos de distinta envergadura, entre los cuales señalamos:

1.Problemas políticos:
Toda vez que los decisores no asumen ni declaran como problemas una serie de necesidades registradas en la población de adultos mayores. Tampoco surgen ACTORES COLECTIVOS que asuman esos reclamos

2.Problemas metodológicos:
Se parte del preconcepto conocido como “falacia preventiva” a partir de la cual los problemas se resuelven con acciones localizadas en los sectores y grupos denominados de “alto riesgo” cuando las demandas emergen mayoritariamente del grueso de la población (con distintos grados de riesgo) demandando la combinación de intervenciones focales con otras de carácter poblacional

Ahora intentaremos analizar estos problemas con el auxilio de una tabla de doble entrada que relaciona criterios con diagnósticos y sus posibles articulaciones a través de distintas formas de intervenciones.

Resulta muy dificil impactar en el universo mediático, alertando sobre la génesis de aquellos procesos que conllevan daños ciertos y perdurables entre los integrantes de diferentes sectores poblacionales.

También es sabido que no alcanza con que los gerontólgos realicemos adecuados diagnósticos de complejidad si no estamos en condiciones de llevar a la práctica intervenciones tradicionales y no tradicionales, razón por la que urge la participación de un conjunto variopinto de actores que tengan alguna posibilidad cierta de influir en la agenda de gobierno.

Para pensar y porqué no ilusionarse, con un futuro distinto para los actuales y futuros mayores en la Argentina, no resulta suficiente que algunos, de modo testimonial, pretendan emular la figura del antiguo chofer de colectivos, que debía parar, picar boleto, manejar, respetar las señales de tránsito y además llegar al destino.

La construcción del proceso del envejecimiento poblacional , no se agota con la participación de políticos, profesionales ni técnicos, demanda también y centralmente, la presencia protagónica de los propios mayores, dando cuenta de sus necesidades, problemas y prioridades por fijar .

También de profesionales, obreros, empresarios, madres de familia, religiosos, policias, maestros, comerciantes, niños, artesanos, músicos, en síntesis un tejido social comprometido con la temática…

Urge la aparición de colectivos organizados en función de ilusiones compartidas, quienes asuman protagonizar aquellas intervenciones que desborden los actuales límites corporativos y sectoriales.

En su defecto los problemas sistémicos de los mayores seguirán siendo tratados como complejos para justificar el no hacer nada con los mismos…

Licenciado Roberto Orden
CABA, 21/7/13.-