Carlos Carballo González: “El corazón de la batalla realmente estuvo sostenido por la movilización de los movimientos sociales urbanos”


SUMANDO VOCES | LEY DE ETIQUETADO FRONTAL DE ALIMENTOS

La Ley 27.642 de Promoción de la Alimentación Saludable, busca establecer un marco regulatorio para el etiquetado frontal de alimentos procesados y ultra procesados a fin de garantizar el derecho constitucional de las personas a la información oportuna, clara, precisa y no engañosa. Esta iniciativa busca revertir la situación crítica en relación a la malnutrición de la población como así también prevenir Enfermedades Crónicas No Trasmisibles.

Para conocer más sobre esta iniciativa, conversamos Carlos Carballo González, Ingeniero Agrónomo de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, impulsor y coordinador de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria –UBA- y docente de Desarrollo Rural en la Maestría de Economía Agraria. Además, sostiene actividades de acompañamiento, asesoramiento y capacitación con organizaciones de agricultores familiares todo el país.

– ¿Qué es la Ley de etiquetado frontal de alimentos?

– En primer lugar, me parece importante que volvamos al título original de ley porque es muy claro: “Promoción de la alimentación saludable”, que se haya generalizado como de etiquetado frontal fue un interesante logro comunicativo, pero éste es sólo uno de los temas. No es el objetivo principal, sino que la ley es un instrumento sumamente valioso, cuyo objetivo es garantizar el derecho a la salud y a una alimentación adecuada a través de la promoción de una alimentación saludable. Asimismo, se propone brindar información nutricional simple y comprensible de los alimentos envasados y las bebidas analcohólicas para promover la toma de decisiones asertivas y activas, y resguardar los derechos de las consumidoras y los consumidores. Este es un tema central en el debate de cualquier legislación que tenga que ver con salud, alimentación, ambiente, hábitat, etcétera.

El segundo, es advertir sobre los excesos de componente de azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas total y calorías a partir de la información clara, oportuna y veraz en atención de los artículos de la mencionada ley de defensa del consumidor. Esto nos parece fundamental, porque busca promover la prevención de la malnutrición en la población y de las enfermedades crónicas no transmisibles –ECNT-. Trabajar en la prevención de estas problemáticas constituyen para nosotros un objetivo trascendente.

– Sobre las problemáticas que han impulsado su tratamiento ¿Por qué se considera que se trata de salud pública?

– Fundamentalmente el grado enorme de malnutrición que se registra en la población y la necesidad de reducción de ECNT. Esta situación se viene agudizando sistemáticamente en Argentina -como está registrado por las encuestas de salud- desde el 2009, hasta la actualidad. Es una problemática generalizada a nivel mundial y desde la pandemia había sido caracterizada como la más importante de salud pública en la población de América Latina y del Caribe por la Organización Panamericana de la Salud.

Como principal indicador de su crecimiento constante se destacan la malnutrición y la obesidad en todos los niveles y estratos sociales; pero sobre todo en los sectores con menores ingresos y entre los niños y jóvenes.

Hablar de malnutrición de la población como una problemática creciente, absoluta y totalmente generalizada, al igual que de las ECNT, constituyen el problema de salud más importante y nos obliga a pensar en las causas y la calidad de la alimentación y de la nutrición.

¿Cómo cree que impactará esta medida en la salud y cuáles son los próximos pasos para su reglamentación?

Bueno no hay milagros y seguramente una sola medida -aunque sea una política de Estado trascendente que realmente da un paso adelante como ésta- no alcanza y no es suficiente. Cuando hablamos de una crisis alimentaria, estamos hablando de otros factores directamente relacionados como la crisis civilizatoria y debemos preguntarnos cómo llegamos a este nivel de consumismo, cuál es el rol de la publicidad, cuál es la estructura y la dinámica del sistema agroalimentario argentino, quién toma las principales decisiones y sobre la ausencia o complicidad del Estado en todos sus niveles.  

Entonces, no hay una sola política que alcance. Esta es una iniciativa muy clara, pero si no se compaña de otras medidas puede quedar en una frustración más. Tenemos temor de que la reglamentación tarde mucho, tenemos muy presente el ejemplo de la Ley de Agricultura Familiar aprobada por unanimidad en el Senado de la Nación hace más de 6 años y que todavía no fue a reglamentada.

La reglamentación y el cumplimiento de la ley, así como también la tarea del Estado de trabajar en serio hacer para que esto sea una realidad, depende básicamente de la presión y la movilización permanente de la sociedad. Esta ley que todos estamos festejando, fue posible por la participación, el impulso, el debate y la organización y es lo único que va a garantizar su cumplimiento.

Ahora bien, aun cumpliéndose todos esos requisitos y avanzando en el tratamiento de la ley no alcanza para revertir la crítica situación alimentaria y nutricional que tenemos. Tenemos que pensar más allá de la ley, en medidas de la coyuntura que atiendan las necesidades urgentes pero que estén vinculados a un proyecto nacional de desarrollo alternativo, incluyente, desde un punto de vista económico social, ambiental, cultural, política y éticamente sustentable.

– ¿Cuál es el rol de las organizaciones y movimientos sociales en la aprobación de esta Ley?

En principio, la movilización de las organizaciones sociales fue fundamental, particularmente la de movimientos sociales urbanos. Hubo contribuciones significativas desde las organizaciones de la agricultura familiar como por ejemplo la Unión de Trabajadores de la Tierra –UTT-. Además, desde distintos espacios aportaron información de excepcional calidad y contribuyeron a una comunicación persistente y clara, como la Federación Argentina de Graduados en Nutrición –FAGRAN-, la Red de Cátedras Libres vinculadas a la soberanía alimentaria o algunos Colegios de Profesionales, pero el corazón de la batalla realmente estuvo sostenido por la movilización de los movimientos sociales urbanos.

Entrevista completa:

Texto: Aliné Santana

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