Publicado por Malas Palabras – Año 2, N° 5
Un crimen fabricado
Por Claudio Lozano, Tomás Raffo, Ana Rameri, Agustina Haimovich y Mora Straschnoy
Solucionar el drama del hambre que padecen miles de argentinos es solo una cuestión de voluntad política. Sobran recursos para hacerlo, pero falta la decisión de destinarlos realmente a terminar con tanta desigualdad inventada y mantenida por el poder político. Como podrá observarse en esta investigación, con sólo distribuir el 6,4% del PBI se eliminaría la pobreza mientras que para resolver el hambre sólo se necesita el 1,7%. Empecemos por mirar dos cuadros, para que los ojos se nos llenen de indignación.
El hambre, la pobreza y aquellos que la padecen son la expresión más visible de la exclusión. La tan sola presencia de estas situaciones y de millones de personas que viven privadas de sus libertades, del pleno desarrollo de sus capacidades, de los derechos socialmente constituidos como tales son la más cabal muestra de que algo funciona mal desde el proceso económico, desde la misma política pública que atañe al conjunto de las instituciones.