Padre no se nace | panoramas de un rol social construido desde la opresión


Paternidad responsable, paternidades compartidas o copaternidades compartidas, son nomenclaturas asignadas al trabajo de transformación de un rol cultural socio_parental que es además, como casi todo, un rol político y económico dentro de los modos de organización y circulación de las sociedades capitalistas.

Ya en el año 2002 en su publicación Educación reproductiva y paternidad responsable en el Istmo Centroamericano  la CEPAL desde México se preguntaba ¿Por qué la CEPAL, que es una comisión económica regional de la Naciones Unidas, ha promovido la toma de conciencia de la necesidad de cambio de un patrón netamente cultural tan generalizado? La respuesta, aunque no inmediata, sí es sencilla: porque las actitudes machistas prevalecientes, profundamente arraigadas en los países del Istmo Centroamericano, como es la debilidad o en muchos casos la franca ausencia de una paternidad responsable, tienen efectos trascendentes en el grado de bienestar económico y social de las familias. Año tras año, en su Panorama social de América Latina, la CEPAL ha mostrado cómo los elevados índices de pobreza de la mayoría de los países de la región dependen, entre muchos otros factores, del sexo de la jefatura del hogar, del tipo de inserción laboral -íntimamente vinculada con su escolaridad- y de la relación entre el número de contribuyentes activos del ingreso familiar y el número de miembros dependientes, mayoritariamente niños. Así, las madres solas a cargo del cuidado de sus hijos, por el hecho de obtener una paga inferior por su trabajo, presentan mayor grado de vulnerabilidad y carencias que en hogares donde el varón es una fuente importante de ingresos.

Ese mismo año la Biblioteca digital de las Naciones Unidas publicaba la Propuesta de indicadores de paternidad responsable

A esta realidad innegable que describe la CEPAL hace 20 años, le agrego el enorme aporte de la lucha feminista, porque no se trata solo de un patrón cultural, es la construcción de un patrón económico basado en la opresión

También me gustaría agregar como aporte al pequeño fragmento de la CEPAL el componente de atravesamiento en la salud que toda desigualdad deviene, física o mental; aclarando que por lo general cuando se habla de «salud» en términos de abordaje, en realidad se habla de su institucionalidad o de enfermedad, y por supuesto, de una fragmentación. Acompañan la palabra salud con una otra que dé cuenta a qué tipo de institucionalidad o patología refiere y así salud integral, salud comunitaria, salud reproductiva, salud interdisciplinaria, salud colectiva, salud laboral, salud ambiental, salud familiar, salud mental… podrán o no entrar en diálogo, pero acompañada de lo que sea, salud siempre hablará de una ausencia. Y aún sigue manteniendo una línea de distanciamiento con “lo social” y sus problemas, por motivos de caja porque “salud” o mejor dicho “enfermedad” es un gran negocio y “lo social” vendría a ser una especie de gasto o peor, de beneficencia que hay que tener con la pobreza; pero claramente  no existiría lo uno sin lo otro…

Casi 2 décadas más tarde, 19 años, el mismo organismo internacional pone en circulación la publicación Paternidad activa: La participación de los hombres en la crianza y los cuidados

“Este documento surge como una iniciativa impulsada por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), en el marco de la Iniciativa Spotlight, una alianza global de la Unión Europea y las Naciones Unidas que busca eliminar la violencia contra mujeres y niñas en todo el mundo. En América Latina, la Iniciativa Spotlight es implementada por ONU Mujeres, PNUD y UNFPA, con la participación activa de mecanismos intergubernamentales, organizaciones de sociedad civil y otras agencias del Sistema de las Naciones Unidas.”

El documento aborda una serie de tópicos que describen los beneficios de la transformación en la división de las tareas de cuidado y la participación activa en la crianza de les niñes

“La corresponsabilidad en los cuidados favorece la crianza respetuosa y disminuye el riesgo de situaciones de violencia contra las mujeres, las niñas y los niños. La paternidad activa es una puerta de entrada para prevenir el maltrato infantil y la violencia contra las mujeres. Es además, una oportunidad para educar a los padres, contrarrestar las creencias nocivas respecto a la masculinidad y evitar el uso de la violencia en las relaciones de pareja.”

“Los niños/as que experimentan maltrato infantil o presencian la violencia perpetrada contra sus madres tienen más probabilidades de repetir esos patrones de relación en sus propias relaciones en la vida juvenil o adulta (Levtov et al., 2015). Contrariamente, se ha mostrado que padres más involucrados en su paternidad es menos probable que ejercerán maltrato infantil (Flynn, 2012). Al respecto, en México las parejas con mayor responsabilidad compartida en las tareas del hogar presentan menos violencia de pareja que aquellas donde la carga del trabajo del hogar y de cuidados no remunerado recae sobre todo en las mujeres (ONU Mujeres, 2020).”

UNICEF ya en 2014 había publicado en Chile la Guía de paternidad activa para padres, una producción compartida con el Hogar de Cristo y la Fundación CulturaSalud que en la primer hoja y en primera persona dedica el material: “Papá, hemos preparado este material para ti. Se trata de una guía de apoyo para que ejerzas una paternidad activa, es decir, una paternidad más participativa, involucrada y corresponsable que te ayude en tu rol de papá y en la relación con tu hijo/a.”

La Unicef recuerda en su publicación que

El artículo 18 de la Convención sobre los Derechos del Niño establece que: “…ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del niño”.

El abordaje de esta guía, como propone su primera página, está dirigido a la persona y establece un serie de trabajos conductuales de orden individual.

“Recuerda que la paternidad se aprende con la práctica. Es natural tener algunos temores y preocupaciones y no saber a veces cómo ser padre. Confía en ti mismo y en las observaciones que haces de tu hija/o. • Comparte con la madre los dilemas, dudas, dificultades y alegrías que vas teniendo en el ejercicio de tu paternidad. Pregunta a otras personas con más experiencia si tienes dudas y pon atención en construir tu propia relación con cada uno de tus hijos/as.”

El material no proporciona elementos de lectura social ni trabajos colectivos. No menciona acciones u omisiones de los distintos modos de poder en la conformación de esos u otros padres, porque la construcción de la paternidad no empieza en la práctica individual, hay un mundo organizado para la construcción del rol paterno, que es legal, social, económico, político y se constituye en cultural en familias, escuelas, religiones, trabajos, en los medios de comunicación, cine, tv, publicidad, revistas…

Durante la pandemia Unicef Chile entrega un nuevo aporte Guía «Corresponsabilidad y paternidad activa para tiempos de pandemia» Es una nueva oportunidad para generar un nuevo material con una nueva estética frente a un nuevo bigproblem que sacudió al planeta pero, con la misma mirada individualista y personalizada, como si la transformación del rol de la paternidad en los modos de organización y circulación del capitalismo patriarcal dependieran fundamentalmente de Ricardo, Francisco, Juan, Alberto… en sus casas con su mujer y sus hijos…

“En el contexto de la pandemia, padres, madres y cuidadores están en el primer plano del cuidado, protección y educación de los niños. Les ha tocado hacerse cargo de su salud, alimentación, desarrollo,
continuidad educativa y protección, con limitados apoyos de la red externa que se ha visto afectada por la situación.

Esta guía da algunas orientaciones para enfrentar el proceso a través de la corresponsabilidad de labores y una paternidad activa.”

En una línea similar en Argentina UNICEF, ELA Y PATERNAR lanzaron el 17 de Junio una campaña para concientizar sobre la necesidad de ampliar el sistema de licencias por paternidad

 “En Argentina, la mitad de las personas trabajadoras carecen de acceso a licencias de cuidado por no encontrarse en relación laboral de dependencia formal (autónomos/as, monotributistas, trabajadores/as informales o de la economía popular). La legislación actual otorga 90 días de licencia por maternidad y 2 de licencia por paternidad para empleadas y empleados del sector privado, si bien en ciertos sectores se observan avances sea por negociaciones colectivas o por ampliaciones brindadas por las empresas. No contempla maternidad por adopción, nacimientos múltiples, de pretérmino o de hijos e hijas con discapacidad. También existen diferencias en el sector público, donde a nivel nacional se brinda 100 días por maternidad y 5 por paternidad para aquellas personas bajo convenio colectivo de trabajo, aunque existen significativas desigualdades cuando se tiene en cuenta a todas las jurisdicciones provinciales.”  

Si bien «el día del padre» aplica a un rol social específico personificado por los varones heteronormados, paternar es otra cosa y es  importante lo que acontece de repensar y replantear los modos del cuidado y nuevas formas de ensamble, con tramas menos individualistas que las que la sociedad moderna fue digitadamente adoptando en el formato de “núcleo” familiar y progreso personal y todas sus órbitas de referencia que afortunadamente están en crisis y ojalá en transformación, porque la sociedad está bien malita y las “familias” han sido consciente o inconscientemente las principales reproductoras del sistema, y la crianza no es solo una forma del cuidado y del amor, también es una fuente de entrenamiento de modos y costumbres; claro que la crianza es parte del formateo y les criadores están entrenades para criar dentro del formato, en algunos lugares más acotado, en otros tan amplio que hasta no parece parte del formato… pero lo es: Sociedad de consumo, modelo productivo extractivo hasta de pensamientos y vivencias, mucho para los pocos de lo que producen los muchos…

En nuestro país la cuarta ola feminista fue un gran impulso creativo y permite hacer un valioso recorrido de relectura, reflexión y debate para la construcción de nuevas masculinidades, es una indiscutida herramienta de diálogos. Son inumerables los intercambios, materiales, experiencias con las que nos encontramos con solo poner nuevas masculinidades en cualquier motor de búsqueda de la web, actividades virtuales, presenciales, en los barrios, en escuelas, programas de tv, de radio… un universo enorme y creciente.

En el 2020 desde la Dirección General de Acceso a la Justicia y la Dirección General de Políticas de Género, se publica el Cuadernillo para reflexionar sobre la construcción de las masculinidades, que pone en relación lo micro con lo macro, lo social con lo político, lo individual con lo colectivo y hace de este ejercicio un interesante aporte.

El cuadernillo recorre el rol establecido, normalizado y normatizado que los varones tienen en la organización de orden patriarcal. Aborda una lectura introductoria del patriarcado y va desarrollado relacionadamente diferentes temas

Los mandatos de masculinidad

La imagen del hombre ha estado fuertemente asociada a la del patriarca, en tanto figura que detenta un poder en oposición al hombre que es dependiente y dominado por otros. Este símbolo de poder se reafirma en el machismo con el ejercicio de la virilidad y de control sobre cualquier otra identidad, en general y sobre las mujeres, en particular. Los mandatos de masculinidad de nuestra sociedad inducen a los hombres a:

  • Exponerse a sí mismos y a otros/as a conductas violentas;
  • Tener mayor independencia económica;
  • Ser agresivos y competitivos;
  • Separarse de lo doméstico, como forma de distanciarse de lo femenino.

Estos mandatos son internalizados en el varón a través de una serie de mecanismos de socialización

 

 

El MARCO CURRICULAR propone la Educación Sexual Integral (ESI) y Masculinidades: Los contenidos propuestos en este material están pensados para poder trabajar los propósitos formativos enunciados en los Lineamientos Curriculares para la Educación Sexual Integral en el Programa Nacional de Educación Sexual Integral Ley Nacional Nº 26.150 del nivel secundario y de las siguientes asignaturas:

Ciencias Sociales:

  • La construcción de una identidad nacional plural respetuosa de la diversidad cultural, de los valores democráticos, de los derechos humanos y de las relaciones entre varones, mujeres y otras identidades.
  • La construcción de una ciudadanía crítica, participativa, responsable y comprometida con prácticas y valores que promuevan la igualdad, la solidaridad, la responsabilidad, la justicia y el respeto de los derechos propios y de los derechos de otras y otros.
  • El reconocimiento del diálogo como instrumento privilegiado para solucionar problemas de convivencia y de conflicto de intereses en la relación con las demás personas.
  • El desarrollo de una actitud comprometida con el cuidado de sí misma/o y de las/os otras/ os, con énfasis en aspectos vinculados con la constitución de la sexualidad y las relaciones igualitarias, respetuosas y responsables entre varones y mujeres y otras identidades.
  • La comprensión de los cambios en las configuraciones familiares a lo largo de la historia, los roles tradicionales para mujeres y varones y sus transformaciones fundamentalmente a partir de la segunda mitad del siglo XX, a nivel mundial y en la Argentina.
  • El conocimiento de diferentes formas de división del trabajo y de la propiedad, así como de las distintas modalidades de producción, distribución, consumo y apropiación atendiendo a las diferencias y desigualdades que, a lo largo de la historia, se han establecido entre varones y mujeres en su participación en estos procesos sociales.

Formación Ética y Ciudadana – Derecho:

  • El conocimiento y la aceptación de las normas que involucran la propia integridad física y psíquica en el ámbito de las relaciones afectivas y sexuales.
  • El reconocimiento y la reflexión sobre situaciones de violencia en las relaciones interpersonales Cuadernillo para reflexionar sobre la construcción de masculinidades | 15 (específicamente afectivas y sexuales) o sobre conductas de imposición sobre los derechos de otras/os.
  • El conocimiento de leyes e instrumentos internacionales sobre los derechos humanos en general y de niñas, niños y adolescentes, en particular, relacionados con la salud, la educación y la sexualidad y el desarrollo de competencias relacionadas con la exigibilidad de estos derechos.
  • El conocimiento de los derechos de las diversidades sexuales y de la responsabilidad del Estado frente a situaciones de discriminación y violación de derechos.

El cuadernillo está pensado para personas adolescentes de entre 13 y 18 años y propone actividades de interacción

El cuadernillo culmina con una serie de filminas de repaso de los contenidos abordados

Por Cecilia Fernández Lisso, IDEP Salud ATE Argentina

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