Daniel Godoy | ÁREA DE SALUD DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS SOBRE ESTADO Y PARTICIPACIÓN (IDEP)
ASOCIACIÓN TRABAJADORES DEL ESTADO – REPÚBLICA ARGENTINA
Por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud, cada 7 de abril desde hace 60 años se conmemora en todo el mundo el día Mundial de la Salud.
El análisis y la descripción de la situación de las políticas públicas socio sanitarias en nuestro país, es la continuidad misma de nuestros planteos históricos y se vincula básicamente con la continuidad de escenarios consolidados en esas mismas 6 décadas, producto de la hegemonía de los mismos actores y sectores.
Porque luego de la salida de Carrillo primero, y del derrocamiento de Perón después, se instituyó procesualmente un marco explicativo acerca de la salud y la enfermedad de las personas, conceptualmente opuesto a aquél. Significó el nacimiento mismo de las llamada industria de la enfermedad, una verdadero paradigma que hilvano toda la “visión” y la “práctica” de la política dominante.
Pasó mucha agua debajo del puente desde la proclamación de políticas públicas inspiradas en que “los microbios son pobres causas” de enfermedad.
Las grandes causas siguen siendo la pobreza, la mala alimentación, el trabajo indigno, constituyendo el núcleo de la explicación de enfermedades y muertes evitables en la Argentina (casi 2 de cada 3 casos en Morbi Mortalidad) en niños y madres (Infantil y materna), y en otras enfermedades tradicionales. Sabemos que la mayoría de los niños son pobres y la mayoría de los pobres son niños; y que la línea de pobreza sobrepasa buena parte del mapa laboral; y que 3 de cada 4 de nuestros jubilados (72.5%) cobran un haber mínimo que no alcanza a cubrir la mitad de la canasta básica. El Chagas, el Dengue, y la Tuberculosis se cobran 1000 muertes al año, la mortalidad materna es de las más altas de la región en las que 100 muertes por abortos inseguros son su porción mayoritaria; el VIH-SIDA es cada vez más joven, más mujer y más pobre, y más.
Asistimos a modificaciones sustantivas en las formas de acumulación y concentración del poder, de la riqueza, de las formas de explotación, de las construcciones de conciencias y conductas colectivas… y también a modificaciones en los procesos de injuria a la salud colectiva.
Y el capitalismo desbocado ha desatado en los últimos años en la región una aceleración en el proceso de apropiación de la riqueza, mediante la agresión al ambiente en forma de un silencioso genocidio extractivista. Envenenando las napas, depredando los cursos de agua y millones de hectáreas de bosques nativos, alterando el suelo y fumigando a las personas con herbicidas genotóxicos.
Esto está generando una nueva composición de las epidemiologias regionales: nos lo dicen los compañeros de la asamblea de Famatina, las madres de Ituzaingó en Córdoba, la Liga en defensa del agua en Mendoza, los Médicos de Pueblos Fumigados, la asamblea de vecinos auto convocados en Esquel y tantos más, que el modelo productivo actual en la región genera agresión ambiental con incidencias directas e indirectas sobre la salud humana: Sojización, agrotoxicidad, extractivismo, deprivación del agua, contaminación de napas y aire, alteraciones irreversibles del suelo se combinan causalmente con malformaciones, abortos, cánceres, enfermedades respiratorias, digestivas.
El sistema de atención permanece indemne en las condiciones de organización que planificó el Banco Mundial e implementó el Menemismo: El desmantelamiento del Estado, incorporación de la lógica privada en la esfera de lo público (Hospitales de autogestión, gerenciamientos/tercerizaciones/privatizaciones/arancelamientos), la descentralización de servicios, la despersonalización de la atención, la sobrecarga de esfuerzos a trabajadores mal pagos y muchas veces precarizados, la tecnología reemplazando al vinculo humano, el negocio espurio de los medicamentos, completan el cuadro de situación en la Argentina en la que se enmarca este nuevo Día Mundial de la Salud.
Las condiciones precarias de trabajo se llevan la vida de 7.000 compañeros y compañeras del sector Salud al año. Los efectores tienen múltiples dependencias y estados de situación (Hospitales provinciales, Unidades Sanitarias municipales); Su financiamiento es tan multiforme e inequitativo como su organización (nación, provincias, municipios, obras sociales), y tan magro como los últimos 50 años (Respecto del PBI, el Presupuesto Nacional se expandió cerca de un 80% en la década, pero el Ministerio de Salud aumentó sus fondos en apenas un poco más del 50% en el mismo lapso, y el gasto privado y directo de las personas es cercano al 40% del gasto total); y su concepción está cada vez más apoyada en la industria de la enfermedad (aparatología, medicamentos, hospital).
Y activo y firme en sus propósitos en la apropiación del circulante económico en el campo de la Salud, está el Mercado y sus operadores. La constitución de un gran mercado desregulado de seguros privados es la pretensión que imaginó el Banco Mundial desde “Invertir en Salud -1993- en adelante. México, Chile y Colombia son los países de la Región que materializaron esta condición. La “arquitectura” pensada para la Argentina involucra al subsector público, las Obras Sociales provinciales y el INSSJP (Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados). La reciente ampliación del Plan Nacer al Programa está siendo impulsada al calor de esa intención que tuvo (y tiene?) al ex ministro Ginés González García como uno de sus emisarios protagónicos. “El Plan Nacer es una de las experiencias más exitosas y avanzadas de las que apoya el Banco Mundial”, anunció Michele Gragnolati, representante del Banco Mundial en la Región al coordinar una reunión, en la que participaron a fines Marzo representantes de 32 naciones, donde se evaluaron resultados de los “Programas de Financiamiento por Resultados”, entre los que se destaca el Plan Nacer/Sumar.
Vale recordar que además de por su concepción cuasi privatista, el Plan Nacer ha sido objeto de denuncias sobre pedidos de coimas, sobreprecios millonarios, encuestas infladas y auditorías millonarias que cuestan hasta cuatro veces más de lo previsto, y otras muchas irregularidades hasta por la misma Auditoria general de la Nación.
Con tal motivo una vez más y en ocasión de este Día mundial de la Salud, los trabajadores organizados en la Asociación Trabajadores del Estado de la República Argentina, convocamos a la construcción de una nueva agenda socio sanitaria en la argentina que plantee entre otras cosas.
- Erradicación de las causales históricas de enfermedad colectiva en la argentina, tales como la pobreza y la malnutrición.
- Incorporar los procesos productivos extractivistas en las causalidades de la actual situación epidemiológica de la Argentina.
- Ratificar la condición del sistema de atención pública de la salud como patrimonio social excluido de las pretensiones del mercado del aseguramiento privado.
- Propiciar un Sistema Universal de Seguridad Social y Salud público financiado por rentas generales del Estado que contemple salud integral, ingreso ciudadano a la niñez y discapacidad, previsión social universal, seguro de empleo y formación, distribución-acceso a la tierra y la vivienda, y seguridad alimentaria.
- Desarrollar un plan de inversión hacia el sector de atención de la Salud, basado en incorporación de personal y adecuación edilicia y tecnológica de los establecimientos.
- Implementar un marco paritario único para todos los trabajadores de la salud del país.
- Optimizar las condiciones de Seguridad y Medio ambiente para trabajadores de la Salud.
- Desplegar un sistema preventivo promocional socio sanitario, mano de obra intensivo, extramuros, interdisciplinario y con familias a cargo.
- Desarrollar ámbitos de plena y verdadera participación popular en Foros de Salud territoriales donde se problematice una agenda popular de temas socio sanitarios.
- Implementación plena de los nuevos marcos legales referidos a Producción Pública de Medicamentos y Salud Mental.
- Incorporación de la agenda socio sanitaria planteada en los colectivos de Género y de Pueblos Originarios.
VOLVER A CARRILLO sigue siendo LA bandera que debemos, entre todos, conectar con el plano de la propuesta y la práctica política en el marco de la fase histórica que nos toca transitar, tal como ha sido un propósito histórico permanente desde ATE.
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